¿enamorarme de ti? ¡jamas!

Capítulo 02

    ~Te odio Cox, eres demasiado odioso~


   Ellie Brown

 

 

   Loca.

   Este chico me va a volver loca con su silencio.

   Estoy impaciente esperando una explicación de como es este... juego. Me encuentro sentada con las manos sobre mi regazo. Parezco una niña pequeña a la cual le están dando la regañina de su vida. Y si, en efecto, Cox parece el padre. Él camina de un lado a otro con una mano sobre su pecho y con la otra sostiene su barbilla. Su ceño esta severamente fruncido.

   Y, estoy demasiado nerviosa, jamás había hablado con un chico. Bueno, sí. Pero con un chico en plan novios, mejor dicho, en plan falso de novios, nunca. No puedo evitar estar super nerviosa, aunque sea algo falso, no puedo evitar que eso afecte a mi sistema nervioso.

   Estoy a punto de decir algo, pero él se me adelanta.

   —Fácil —ahora yo frunzo el ceño—, tu finges ser mi novia y yo realizo tu trabajo final.

   —Si claro, es muy sencillo. Fíjate que yo todos los días voy fingiendo ser la novia de todos.

   Estaba confundida y echa un manojo de nervios por todo lo que me estaba diciendo y el parece estar muy relajado.

   ¡Ah! Me están desesperando sus largas pausas.

   —Puedes hablar claro de una vez —alzo las manos al aire, desesperada.

   Me encuentro impaciente, desesperada, nerviosa. Joder ni siquiera se con exactitud cuál es mi estado en estos momentos.

   —¡Ya te he dicho! —creo que, con nuestro, bonito, humor terminaremos tres metros bajo tierra que felices cada quien con lo que desea —, tu-solo-finge-ser-mi-novia.

   —Quiero decir —trato de relajarme —, ¿cómo debo actuar? ¿qué tengo que decir? Y todo eso.

   —Por ahí hubieras empezado —clava sus ojos grises en mi —, actuaras como mi novia y a todos les dirás eso, estarás conmigo todo el tiempo posible y...

   —Yo no voy a besarte —hablo de repente. y cierro la boca y aprieto los labios en una dura línea cuando me doy cuenta lo que he dicho.

   Siento las mejillas calientes de la vergüenza.

   —Ni yo voy a besarte a ti —no puedo evitar sentir una punzada en el pecho ante su rechazo, bueno tampoco yo quiero besarlo.

   —Eso está bien —hablo avergonzada e incómoda.

   Tonta, tonta, tonta.

   Me golpeo mentalmente, porque hablo puras barbaridades.

   —Bueno entonces creo que todo está más que claro —habla con voz neutra y se encoje de hombros.

   —Si —evito su mirada.

   Jugueteo con mis manos, mientras que pienso que decir. Ya que se ha creado un silencio incómodo entre nosotros.

   Elevo mi mirada rápidamente cuando escucho una risita.

   —Deberías de ver tu cara pecas —frunzo el ceño confundida ante su repentino cambio de humor.

""—¿Qué? —¿acaso tengo algo en el rostro?

   —Nada —niega con la cabeza divertido —, nos vemos mañana.

   Y sin más abandona el aula dejándome ahí, procesando todo lo que me ha dicho y pensando en si he hecho bien aceptar.

   Bueno solo será un mes. Y no pasara nada, ¿Verdad?

   Salgo del aula para dirigirme a los casilleros. Sin embargo al dar los primeros pasos me detengo de golpe al ver a las dos personas que se acercan hacia mi. Por favor, dios, que no hayan visto salir a Cox del aula porque empezarán con sus preguntas. Pero veo que dios no me ha escuchado.

   —¿Qué hacías con Cox a solas en el aula, señorita? —cuestiona Ryan.

   Ryan es mi mejor amigo y el a veces es un poco sobreprotector y quiere saber todo lo que hago. El es lindo, divertido, bromista y todo eso, pero cuando se empeña en tomar el papel de hermano mayor cambia completamente.

   —Yo igual, quiero saber que sucede con él y contigo —interviene Diane con una sonrisa de oreja a oreja.

   Estoy cien por ciento segura de que he perdido el color y que en estos momentos estoy más blanca que una hoja de papel.

   No se que decirles, ni siquiera sé si es buen momento para hacerlo.

   Ryan encarna una ceja esperando por una respuesta. Mis ojos van de él a Diane quien mantiene una expresión contraria a la de él. Ella parece estar emocionada por saberlo.

   —Él y yo... él y yo —mierda, no sé cómo pronunciar esas palabras. Me parece algo ridículo.

   Ambos fruncen el ceño y se miran entre ellos son saber que es lo que pasa. Y los entiendo completamente, jamás había estado tan nerviosa y preocupada al mismo tiempo. Estoy preocupada por qué no se cómo es que lo van a tomar.

   Muerdo mis labios y les paso por un lado para seguir caminando. Deje de escuchar sus voces y por un momento creí que dejarían a un lado el tema, pero me equivoque y de eso me he dado cuenta cuando Ryan se posa frente a mi impidiéndome seguir avanzando.

   —¿El y tú qué? —odio que tome esa postura, como si fuese mi hermano mayor.

   Desvío mi mirada a las plantas que adornan los pasillos de las instalaciones.

   —Que bonitas —señaló las plantas y cambio mi expresión a una de ternura.

   —Ellie —hago puños mi manos al escuchar el tono de su voz. Se que estoy terminando con su paciencia. Pero no pienso cambiar mi actitud, no quiero hablar de Cox.

   —¿Si? —prosigo admirando las plantas.

   —Puedes dejar de ignorarme —dice entre dientes. Claramente exasperado.

   Pongo los ojos en blanco y me obligó a mirarlo.

   —¿Que? —pregunto de mala gana.

   —¿Que hacías con Cox ahí? —señala el salón que se encuentra a mis espaldas.

   —Nada —murmuro.

   —Ellie —insiste y noto a mi lado a Diane.

   —Es mi novio —susurro en voz baja y dudo que me haya escuchado.

   Pero estoy tan equivocada. Si me han escuchado.

   Me cubro los oídos con las palmas de mis manos cuando escucho a Diane chillar de la emoción y a Ryan cuando grita sorprendido un: ¿Que?




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