Enamorate de mi

Exquisita figura.

***LUKE***

Me detuve de golpe cuando di dos pasos para alejarme de la puerta que daba acceso a la linda y acondicionada oficina de mi tierna jefecita, y me devolví al instante, tras recordar que me habían dejado un mensaje para ella.

¡Por poco y la friego!

Abrí la puerta abruptamente sin previo aviso y la dulzura de mi jefa saltó despavorida en su silla tras escuchar el estruendo de la puerta abriéndose de golpe. Y derramo toda su taza de café caliente sobre ella, manchándose la camisa blanca y mojándose la fea falda que traía puestas.

Sonreí divertido y con algo de pena ante la escena que contemplaban mis ojos, era sumamente adorable. Corría despavorida por toda la oficina gritando con voz chillona.

- Quema, quema, QUEMA…

No pude evitar reír ante su dramática reacción, pero supongo que no era para menos, pues el café estaba tan caliente que aún seguía humeante. Pero ya dándole un poco de seriedad al asunto… bueno no tanto. Tome un vaso plástico y lo llene de agua del dispensador y se lo rocié encima sin pensar en las consecuencias.

¿Qué rayos me pasa? ¡Ya la fregué!

Inspiró con espasmos recorriéndole el cuerpo por el agua fría que le había aventado sin previo aviso y con una mirada fulminante me encaró.

- ¿Qué carajos te pasa idiota? – reclamó furiosa, eso me dio un poco de miedo. Ya no era tan divertido - ¿Por qué madres entras sin previo aviso a mi oficina y de esa manera tan abrupta? ¿Eres un retrasado o qué? – jamás habría imaginado que su cólera llegaría a tal punto. En serio me estaba dando miedo.

¡En serio la fregué!

- Lo… lo siento mucho jefa – titubee disculpándome nervioso – no era mi intención entrar de esa manera y asustarla – recalqué – lamento que por mi culpa su ropa se arruinara.

¡Siendo sincero no, no lo lamento, fue lo mejor que pude haber hecho por ella, le hice un favor, ahora tendrá que cambiarse esa fea ropa!

- Solo venía a informarle que una tal Regina Santos llamo y pidió que le devolviera la llamada – informé mientras ella abría grandes ojos y corría hacia mí por en medio de la oficina apartando todo lo que se atravesaba a su paso, poniéndome nervioso.

- ¿Regina llamó? – confirmó con grandes ojos, como si fuera una niña esperando un regalo de navidad.

- Eh… si… - respondí titubeante, intercalando miradas a los lados con confusión.

- ¡RAYOS! – masculló sorprendiéndome, jamás habría imaginado que se alteraría tanto.

- Déjame sola, después hablare contigo – exigió molesta – ahora necesito hacer algo respecto a esta ropa – agregó luego corriéndome de su oficina con la mano mientras se tallaba con los dedos cada mancha en su camisa y falda.

- Eh… jefa – titubee nervioso – si me permite… sobre eso… - abrió los ojos de par en par y alzo ambas cejas, frunciendo el ceño y haciendo una mueca de rabia con los labios.

- ¿Qué? – inquirió con mal tono, en serio estaba molesta.

¡Ay…! ¿Qué hice?

- Permítame llevarla a comprar algo para remplazar la ropa manchada y mojada por favor – solté a lo que ella se pasmó y todo rastro de ira se apagó, intercambiándose por una expresión de sorpresa para nada común – en serio estoy muy apenado por lo que sucedió – argumenté – y tengo dinero extra que me quedó de mi liquidación de Art Life – me miro con grandes ojos, sorprendida, y luego negó repetidas veces con la cabeza demostrando mucha timidez.

- No, no, no, como crees, no te hare gastar tu dinero, además fue un error a cualquiera le pasa – objeto ella rehusándose, mientras movía las manos también en señal de negación.

- Insisto señorita Gavotti, en serio estoy muy apenado por lo sucedido y quiero compensárselo – dije muy serio, pues de verdad estaba arrepentido.

Mi sentido del humor, aunque algo gris, tenía su límite, y hoy había llegado a ese límite pues la había fregado como nunca con mi nueva jefa y eso estaba mal, MUY MAL.

***GABRIELA***

El tipo tenia cara de niño rico, estaba para comérselo y de paso su actitud, JA, ni que hablar de su actitud. Parecía el propio patán engreído, que se portaba como un caballero seductor para llevarse a las mujeres a la cama. Ya había visto muchos así en la universidad.




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