Enamorate de mi

¿Ella?

Hola linduras ¿Cómo están? Espero que muy bien. Lamento no haber publicado ayer como prometí, pero no tenía internet y bueno…

Pero aquí estoy nuevamente, con otro capítulo nuevo. Este es solo el capítulo de ayer. El de hoy aspiro subirlo por la noche. La verdad no quiero retrasarme, además de que mañana creo que tengo un parcial en la universidad y bueno, debo estudiar. Eso sin contar mi trabajo y mucho menos mi participación en el concurso la era de las maquinas, con mi obra de relatos cortos “El chico del tren” chéquenla, seguro les gustara.

***Luke***

El silencio nos habia inundado por una semana, eso no era muy bueno. Sin embargo me mantuve al margen, realmente no quería que ella hiciera preguntas innecesarias, preguntas que yo no quería contestar.

Pero todo estaba por complicarse.

Una inesperada visita llego para hacerme la vida imposible, y aunque amaba a esta mujer, era realmente desesperante tenerla cerca.

Hacía mucho que mis hermanas y yo no veíamos a nuestra madre. Sí. Nuestra madre. Esa mujer que jamás se preocupó por darnos un futuro mejor, esa a la que le ofrecí la oportunidad de cambiar una miserable vida, por una mejor, una en la que no le faltaría nada.

Alegó que ya estaba muy vieja como para cambiar su vida. Que lo más importante, era que mis hermanas y yo saliéramos de aquel agujero que llamábamos hogar.

Hice mucho dinero cuando me mude aquí. Era joven, ambicioso, y tenía un fuerte deseo por llegar lejos. Siempre peleo por lo que quiero y lo obtengo, no hay manera alguna en que me rinda.

- Luke cariño, ven a buscarme al aeropuerto – era mi madre tras la bocina del teléfono.

¡Esto si es un problema!

- ¿Mama? ¿Qué rayos haces en Miami?

- Vine a verlos. Tu hermana tuvo la cortesía de pagar mi boleto de avión.

¡Vanesa! ¿Qué hiciste?

- ¿Vas a venir a buscarme o no? – mi madre era demasiado intensa en intransigente.

- Si mama, iré a buscarte, espérame – pero aun así la amaba. Era mi madre ¿Qué más podía hacer?

- Señorita Gavotti, tengo que salir un momento, algo importante surgió – anuncie sin decir qué habia sucedido. Ella me miro con grandes ojos.

- Bueno… señor Rodríguez… asegúrese de no tardar por favor – respondió casi titubeante.

Salí corriendo de la oficina antes de que ella me bombardeara con sus preguntas.

Subí a mi auto, lo encendí y emprendí marcha hacia el aeropuerto. Tampoco era bueno hacer esperar a mi madre, ella era… peculiar.

Luego de unos minutos llegue al aeropuerto en donde ella me esperaba, y tenía una mirada de reproche en su rostro, una que detestaba ver. Cada vez que me miraba así, me hacía sentir como el peor hijo del mundo. Ella era experta en hacer eso.

- ¿Por qué tardaste tanto? – Reprocho. Lo sabía, sabía que no tardaría en comenzar a ser ella.

- Estaba en el trabajo mama…

- ¡Clarooo! – Ironizó – y tu trabajo te retrasa porque eres un simple empleaducho y tienes que pedir permiso antes de salir.

- Bueno…

- ¡Ay, no puede ser! ¿Entonces lo que Vanessa dijo era cierto?

- ¿De qué demonios estás hablando mama?

- Cuida tu lenguaje Luke, soy tu madre.

- Lo siento… pero… ya, en serio ¿De qué hablas?

- Hijo, será mejor que esa muchachita con la que tratas de acostarte sea muy hermosa, mira que ponerte a trabajar como empleado después de…

- ¡Mama! – Proteste – ya fue suficiente. Eres mi madre, te amo, pero sabes que no me gusta que te metas en mis asuntos.

- Pero por favor hijo, es que tú no puedes seguir así, debes estable…

- Ya fue suficiente mama, dije que no quiero hablar contigo de eso, ni de nada que se refiera a mi vida personal.

- Hijo, yo… - la fulminé con la mirada y eso basto para que dejara de hablar.

- Te dejare en casa, debiste avisarme antes que vendrías de visita.

- Quise darte una sorpresa, querido. Pero… ¿Tú a dónde iras?

- Iré a trabajar mama, estaba trabajando ¿Se te olvido?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.