Enamorate de mi

Cena.

Hola otra vez.

Este capítulo es un poco corto, pero realmente me costó un poco escribirlo por motivos que ya mencioné en mi blog. Tenía la idea pero no recordaba muy bien como la habia planteado y tuve que hacerlo más corto para poder tenerlo listo hoy ya que pase todo el día esforzándome por escribir algo de calidad, algo impactante, algo que avivara la emoción que se habia estado apagando durante la ausencia de nuevos capítulos de nuestros amados personajes.

También encontraran otra emocionante historia en mi página que se titula: Nieve carmesí. Les invito a conocer a su protagonista, William Crimson. Si veo que tiene más lecturas, comenzare a subir nuevos capítulos de esa también. Ya que la tengo completa. Solo estoy esperando un poco para comenzar a subir los capítulos.

No olviden seguirme en mis redes sociales.

Muchísimas gracias por todo su apoyo y espera. Espero que les guste este capítulo.

Instagram: R.G_Martinezautor.

***Gabby***

Siete pm. Me encontraba en mi departamento con los nervios de punta, esperando a que él llegara por mí. Dijo que vendría a buscarme a las siete treinta, y aún faltaban treinta minutos. Sin embargo eso solo me ponía más nerviosa.

Usaba un bonito vestido que el muy descarado compro para mí, uno que por cierto, era más que bonito, precioso de hecho. No podía, ni iba a dejar de admitir, que sus gustos para la ropa, eran excelentes. Siempre sabía como vestir bien.

En fin, el vestido era escotado, ceñido, con un corte de cuatro dedos por encima de mis rodillas y de un color blanco perlado precioso. Por otro lado, utilizaba unos tacones algo altos, pero solo lo suficientes para igualar su estatura. Eran de color negro. Algo simple pero muy elegante.

Habia ido temprano al salón de belleza, en donde me habían estilizado el cabello y me habían maquillado. Mi cabello caía como cataras por mi espalda, con unas ondas perfectas y majestuosas. Jamás me habia visto tan bonita al mirarme al espejo.

Aun no comprendía por qué me estaba esforzando tanto por verme bien para esta cita, si la única razón por la que la habia programado, era para tener una forma de llegar hasta él. Solo quería conseguir información sobre Katherine. Quería entender por qué ella aparecía en mis sueños.

¡Ash, soy una idiota! ¡Ni siquiera debería estar pensando en esto ahora!

En serio que estaba hecha una completa tonta. Mi enfoque debía estar en cómo sacarle la información a Luke, y estaba enfocándome en cómo me veía, en si a él le gustaría mi apariencia en esta noche, cuando claramente eso no era lo importante.

***

Pase tanto tiempo pensando en ello que no me di cuenta cuando los treinta minutos pasaron. Y tuve que dar un brinco de miedo cuando mi celular comenzó a vibrar y me saco de mis pensamientos con un horrible susto. Era él. Ya habia llegado.

Bajo las escaleras con nerviosismo y me encuentro con su auto parqueado justo en la entrada esperándome. Él se baja y… Diossss se ve tan guapo. Usa una camisa manga larga vinotinto ceñida y por dentro del pantalón negro, que parece de gabardina y lo lleva ligeramente ceñido, combinándolo con unos mocasines del mismo color.

No lleva corbata y dejó tres botones sin abotonar. Camina con tranquilidad hacia el otro lado y me abre la puerta gallardamente. Subo al auto, nerviosa y sin saber que decir. Me mantengo en silencio y luego él se sube también. Se me queda mirando por unos segundos y sonríe con picardía para volver su mirada luego al camino. Comienza a conducir y después de un par de minutos me dirige la palabra.

- Se ve esplendida hoy señorita Gavotti. Espero que le haya gustado el vestido que le compre – dice.

- ¿Por qué no me tuteas? Creo que ese jueguito de hablarme como si fuera tu jefa ya pasó.

- Es una costumbre Gabby. Se llama gallardía. Solo trato de ser respetuoso contigo.

- ¿Respetuoso tú? ¡JA!

- Vaya… - dice con un gesto de complacencia – jamás imagine que perderías los nervios tan rápido.

Tan pronto como sus palabras salen de su boca, me pongo nerviosa, otra vez, y me quedo sin habla, sin saber qué decir. Él comienza a reír. Por supuesto está muy complacido y divertido con todo esto.

- Hablaba en serio. El vestido te luce espectacular – dice y me sonrojo.

Noto que ahora su mirada está llena de seriedad y concentración y me doy cuenta de que si está hablando en serio. Entonces me mira y me sonríe con dulzura y…




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