Capítulo 2
Eran las 2 pm hacia mucho más calor que en la mañana el sol estaba en su punto más alto, caminada lentamente por las calles llenas de árboles de colores de lo más hermoso y llamativo que había en ese lugar a mi idea.
-Hermana- salto tocando mi hombro mientras terminada cayendo delante de mí, mi hermano menor el niño que me acompaño siempre
- ¿Estas bien? - me agache preocupada para darle la mano y ayudarlo a ponerse de pie- irresponsable, ten cuidado- lo golpee en broma en la espalda
-Lo siento, pero estabas volviendo sola a casa, no me esperaste- hizo puchero mientras se ponía de pie haciendo gestos de dolor
-Solo nos llevamos un año de diferencia, no exageres, además tu eres el menor aquí- sonreí- te quieres hacer el ofendido- le agarré la mejilla con mis dedos- pequeño tonto- reí fuerte.
-No eres la abuela, como para hacer eso- me retiro la mano cerrando los ojos y apretando los dientes, era evidente su fastidio- me reí más- Te quiero pedir un consejo- se puso serio
- ¿Un consejo? - lo miré algo confundida- ¿de qué? - seguí caminando a la par de el
-Sobre una chica- sus mejillas y orejas se sonrojaron al instante
-No lo creo- eche risitas burlonas- si te has puesto hasta como un tomate- le pegue en el hombro con mi puño jugueteando con el
-Ya, no te voy a contar nada- se adelantó a mí, acelerando sus pasos y aprovechando que era mucho más alto que yo
- ¡Ey! - le grité- ¡espera! - corrí y él se detuvo- ¿Cómo se llama?
-Se llama Alessia Prins- sentí un corrientazo en mi corazón que me provoco inseguridad, la sonrisa que tenia se borró al instante los recuerdos de las palabras de las chicas en el baño no dejaron de rondar mi cabeza- es muy linda y hemos quedado en salir, pero no sé a dónde llevarla no conozco nada aquí y los nervios están que me consumen.
-Hermano- empecé a sobrepensar mucho- yo…
- ¡Cuidado! - me halo hacia él, provocando que ambos cayéramos contra el asfaltado. Un auto negro con un conductor obviamente imprudente paso a centímetros de mí, provocando que casi muriera
- ¡Idiota! - grite mientras me ponía de pie junto a mi hermano- Llévala a un parque y luego al museo- Frank, mi hermano me miro sorprendido
-Estás loca- sonrió- gracias lo hare.
Mi inicio en esta ciudad no iba tan mal, pero sentía que algo no muy bueno sucedería pronto, la presión en mi pecho fue bastante agobiante. Llegamos a casa y decidí dormir, no tenía tarea y no había nadie en casa excepto de mi hermano que estaba haciendo tarea.
Mi familia tenía una inmobiliaria que había crecido demasiado rápido ya que normalmente siempre compraban o vendían casas en este pueblo, casi nunca se quedaban por más de un año a vivir aquí. Las razones pues… eran “secretas” o eso decían todos, obviamente las personas se iban o desaparecían por una razón: La familia Prins
-Mis padres… ellos…- me levante con esa preocupación en la cabeza, acaso mis padres tenían algo que ver en todo esto, peor aún con la familia Prins
-Tenemos que cambiarnos, hoy hay una fiesta- el muy descortés de mi hermano como era su costumbre abrió la puerta sin tocar siquiera, me saco de mi pequeño trance
-Mal educado- ambos nos miramos- ya vete- me senté
-Tienes un nido ahí- se burló y logro sacarme una sonrisa, mientras cerraba la puerta yo me ponía de pie a ver que usaría hoy
Desde que nos fuimos de vacaciones no he asistido a reuniones sociales, no me gustaban para nada eran aburridas y estresantes.
Sería una de las pocas antes de cumplir la mayoría de edad a las que asistiría no podía con la hipocresía de las personas y menos con la que yo tenía que poseer.
-Vestido azul, celeste o crema- todos eran incomodos- ninguno -cerré mi armario me tumbe en la cama observando otra vez el techo- No quiero ir- tenía tan poco ánimo, me puse de pie de un salto y me mentalice- debo ir- volví a mi armario y elegí ese vestido horrible color crema corto con corte de princesa que se ceñía al cuerpo, mostraba lo justo y necesario para no pasar a lo vulgar como decía mi madre.
Escuche toques en la puerta era mi padre con la maquillista y estilistas de mi madre, rato después la maquillista salió de mi habitación junto al estilista, bueno no soy buena con las brochas y maquillajes le agradezco el gesto a mi padre, pero nunca lo había hecho.
-Listo- toda mi familia en el auto, me sentía sofocada e indecisa de ir- Esta noche es nuestra oportunidad- mi padre me miro- estas hermosa hija mía- sonreí
-Gracias padre- me tense aún más, tanta atención de mi padre no era normal.
Llegamos al lugar 30 minutos después era un lugar muy famoso por sus invitados de honor, el hotel LAUV un lugar precioso y enorme que pertenecía a la familia Prins como todo en ese pueblo, bajamos del auto no hacía para nada frio era una noche cálida, mis tacones sonaban en la baldosa dorada mientras caminada del brazo de mi hermano a quien sujetaba con ganas. Entramos al lugar tenia música clásica y un montón de hombres y mujeres con vestidos y trajes elegantes, saludamos a algunos e ignoramos a otros.
-Lis- toco mi hombro y reconocí la voz de inmediato
-Neitan- sus ojos brillaban- ¡Que sorpresa! - deje el brazo de mi hermano quien me dejo ahí sola sin pensarlo 2 veces
-Que gusto verte- sonrió perfectamente
-El gusto es mío- me puse tímida, me observo por unos segundos
-Vaya te ves preciosa- estaba sonrojándome
-Gra...- mire a mi padre pasar delante de mi
-Niño, vete- me quede quieta sin poder decir ni una sola palabra su voz estaba cargada de furia
- Si señor- sus pasos alejándose hacían eco en mi cabeza
-Lis que haces con un don nadie- me tomo del brazo- olvídalo, pero ni se te ocurra deshonrarme así
-Papá… me duele- mi brazo delgado y delicado estaban siendo sujetado por una mano fuerte- disculpa