Encantadora de Bestias

La inmensa bestia

 

I

De abejas y arpas

A pesar de que empieza la estación más ocupada, la primavera hace que el corazón de un apicultor como Joeun baile. Mientras las flores florecían, las abejas revolotean para conseguir néctar y depositarlo en las celdas del panal hexagonal. Una vez que el líquido de adentro es evaporado, llenan cada celda con cera de abejas blanca. Las colonias de abejas prosperan y se expanden en esta época del año, aunque esto signifique que los apicultores tienen que vigilar a los enjambres, más abejas significa más miel, y más miel significa mejores ingresos. Pero primero la miel tiene que ser extraída del peine.

Joeun y Elin se levantan temprano cada mañana. Si el cielo está despejado, inmediatamente se ponen a trabajar. Primero, Joeun desliza un cuchillo para la miel desde la parte superior del peine, removiendo el sello de cera tan pulcramente que hace que Elin lo quiera intentar.  Después él colocará el peine lleno de miel, con todo y marco, en un largo artefacto como un barril y gira la manija que tiene en la parte superior. En cuanto el barril comienza a girar, miel dorada empieza a fluir desde arriba. El trabajo de Elin es colar el grueso líquido a través de un trapo limpio hasta unos jarrones limpios y cerrar las tapas. Si ella trabajaba duro, era premiada con una cucharada de miel.

Mientras que la fresca miel recién extraída es dulce, lo que en realidad sorprendía a Elin era el sabor del polen, el cual las abejas recolectan y depositan en el peine. Ella se interesaba por las brillantes bolitas de polen que se adhieren a las piernas de las abejas cuando regresan al panal, pero ella nunca había imaginado que el polen era adherible. Ella probó un poco cuando Joeun le insistió en hacerlo y lo encontró dulce y delicioso. Viendo cómo se expanden sus ojos, Joeun sonrió – Apuesto a que solo los apicultores saben que tan bien sabe eso – él dijo – Eso se fermenta y queda agria en solo uno o dos días, sabes –

Ellos trabajan desde el amanecer hasta el anochecer sin pausas y se despiertan cada día para buscar trabajo en espera. Para Elin, todo era nuevo y fascinante. Todas las noches se duerme en cuanto se pone debajo de las sabanas y cada mañana había algo más para hacer. Mientras los días pasan, la agonía de la pérdida lentamente desapareció. Aun, en días lluviosos o lentos, la soledad de repente era la abrumaba y ni siquiera la presencia de Joeun a lado suyo podía calmar su corazón. Nada podía llenar el espacio que dejó la ausencia de su madre. Cuando las lágrimas brotaban, iba al establo y se agachaba para llorar a lado de la gentil yegua de Joeun, Totchi, quien estaba parada comiendo heno plácidamente. Tal vez Joeun sabía por qué se iba, pero no le decía nada y la dejaba ser.

Mientras la primavera lentamente se movía hacia el verano, Joeun poco a poco llegó a la conclusión de que Elin decía la verdad acerca de no tener hogar y familia. Obviamente ella perdió a sus padres de alguna manera bastante cruel, pero al menos nadie parecía estar persiguiéndola. Una vez cada siete días él agarra a la yegua y viaja cerca de un toh (una hora) a una encrucijada en Kojon Way, donde un mercado se pone cada semana. Ahí él puede vender su miel y comprar víveres. Un día, se ofreció para llevar a Elin con él, y se coló al instante. Claramente, no estaba asustada de ser vista.

Silenciosa por naturaleza, ella se quedaba a lado suyo incluso cuando llegaban a la ciudad, mirando con ojos brillantes las pancartas y mercancías de los puestos. Los vendedores que conocía Joeun estaban curiosos por ver junto a él a una niña, quien obviamente tenía sangre de Ahlyo en sus venas, pero todo lo que Joeun decía es que está cuidando a la hija de un amigo suyo. Cuando él le compró un hermoso vestido con un bordado floreado en el cuello, justo como a cualquier niña local le gustaría usar, ella le agradeció gustosa. Pero su rostro no se ilumino de la misma manera que lo había hecho cuando por el camino a la ciudad se encontró con una hoja en forma de panal colgando de la rama de un árbol hoaku lleno de hojas. El concluyó que ella era más entusiasta con las criaturas vivas que con ropas o accesorios.

Ella podía observar la entrada de un panal por horas, olvidándose del tiempo. Una vez, una nueva reina abeja emergió del panal, resonando sus hermosas y altas notas, y Joeun vio como los ojos de Elin se llenaron de lágrimas y sus mejillas se coloraron con emoción. Ella vagaba por los campos, siguiendo a las abejas, y cuando ella regresaba, contaba con emoción que los panales de las abejas salvajes eran diferentes uno de otro dependiendo la especie, así como de las diferentes flores de donde recolectan néctar. Pero ella no venía corriendo para reportar cualquier pequeño descubrimiento como otros niños harían.

Al principio Joeun pensó que era debido a que no estaba acostumbrada a él, pero mientras el tiempo pasó se dio cuenta que cuando ella descubre algo, era su costumbre reflexionar acerca de ello por su cuenta. Mientras limpia las cenizas de la chimenea o recoge el estiércol del establo de la cabra con una pala, su mente parecía estar llena de preguntas y especulaciones, y a menudo murmuraba a ella misma. Joeun consideraba que esos murmureos podían ser muy interesantes. Una vez mientras veía a la miel escurrir lentamente del extractor, ella murmuró – En realidad no es parecido al néctar - Mientras ella le daba vueltas a la manija, las orejas de Joeun se percataron de eso, pero parecía que Elin no sabía que hablaba fuerte. Con sus ojos se fijó en el flujo de la miel, ella continuó – Pero el color de la miel cuando las flores de saloh florecieron es diferente a cuando las flores de nosan florecieron… entonces supongo que debe ser néctar de la flor después de todo –



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En el texto hay: reinos, naturaleza, guerra

Editado: 18.08.2019

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