Encantus. Alas de fuego (libro 3)

Capítulo 30: Caos en el velo

Capítulo 30:

Caos en el velo

 

Gerald

Me llevaron de regreso a mi celda. Dormí demasiadas horas y todavía tengo la pesadez en el cuerpo por haber recibido lesiones que no me pertenecían. No me sentiré mejor, sino hasta mañana, es lo que espero.

Las confesiones de Yira me siguen pareciendo irreales, pero tienen su lógica. No puedo decir que miente, yo mismo he visto a Darla y Kevin, y sin saber muy bien lo que sucedía asumí que ellos ya nunca volverían. Pero me cuesta creer que esté aquí para que Maritza en algún momento ocupe su lugar, lo que significa que Yira eventualmente morirá.

Su escape y el de los demás que estamos marcados es detener ese ritual como sea. Y sí lo logramos solo compraremos un poco de tiempo, la raíz del problema es Maritza. ¿Cómo acabar con ella? Muy fácil, fue lo que dijo Yira.

Destruir su latente corazón en alguna cueva del otro lado de velo. La bruja conservó su corazón en el mundo humano y se ancló a Encantus por medio de Agadria. Encontrar la cueva en el mundo humano hasta sería fácil, el problema recae en que cualquier criatura que pertenezca a Encantus que entre, será mermado hasta convertirse en humano.

Alguien tendrá que sacrificarse por el resto.

—Levántate —ordenan desde el exterior. Los cerrojos suenan a la puerta ser abierta. Se trata de Tony—. Muévete.

Salgo de la cama y emerjo hasta el pasillo.

—¿Ahora qué? —pregunto.

—Maritza quiere la cabeza del hada de fuego antes de que cause más problemas—es su respuesta.

—Pero la necesitan para el ritual —replico.

La quieren muerta. ¿Qué pudo haber hecho Mafer para que no sea indispensable para el ritual?

—Ella no es la única hada de fuego que existe. Todavía su padre sigue con vida. Podemos usarlo a él en su lugar —explica muy sonriente.

—¿A qué se debe el cambio? —pregunto con la esperanza de que me dé una respuesta.

Este chico no suele ser muy comunicativo, sin embargo, hoy está siendo bastante platicador.

—Mafer se ha vuelto muy fuerte. La corte de verano está despertando porque ella está en Encantus, además, lastimo a Maritza a través de Yira. —Me empuja por la espalda—. Andando.

Lo que significa que Mafer es un peligro para la bruja, entonces existen muchas posibilidades para librarnos de Maritza. Le tiene miedo al hada de fuego.

Tony me lleva directo a la celda compartida a cielo descubierto. Allí solo está Eulis. ¿A dónde se han llevado al resto?

Con la reja abierta ingreso.

El hada de otoño cabizbajo.

—¿Te encuentras bien? —pregunto al tiempo en que Tony se retira de la reja.

—Solo le dieron unos toques —dice entre risas Tony, alejándose.

—No te perdiste de nada interesante —comenta Eulis. Alza la mirada. Tiene un par de moretones en el rostro. —Estoy bien.

—¿A qué se debe la golpiza?

De cuclillas frente a él estiro la mano para… No puedo. No estoy completamente recuperado de las heridas de Yira, no es buen momento para sanar a alguien más. Solo son un par de golpes. Estará bien.

—Quieren llamar la atención de Mafer. ¿Sabes que la quieren muerta?

Me siento en el suelo. Mis brazos sobre mis rodillas.

—Algo comento el traidor.

—Tienen miedo —Eulis se recuesta contra la pared. —El fuego consiguió lastimar a la bruja, no estoy muy seguro de cómo, pero así fue.

Por el contrario, yo sé muy bien como sucedió. Maritza es un huésped en el cuerpo de Yira, y la mayor parte del tiempo la ha controlado, desde un poco antes de que su madre muriera.

Quien representa a la corte de verano sigue haciendo la vida de mi abuela un martirio. Y ahora, genera temor en la bruja. Su principal enemiga, porque, aunque el rostro que ha visto desde siempre haya sido el de Yira, es Maritza quien en más de una ocasión ha buscado su muerte. Es bueno saber que Mafer, no es tan fácil de atrapar. Cada vez que la hermandad cree tenerla en sus manos, ella se escabulle de cualquier manera.

—¿Y los demás? —me preocupa lo que puedan estar haciendo con los gemelos y Suri. Dar puede resistir, pero ellos son niños.

—Se los llevaron después de que me trajeran —explica el hada de otoño. —Tu abuela está empeñada en que podemos hacerla venir. Convocarla o algo así.

Arcadia descubrió la extraña habilidad de Mafer, y espera que le digamos como convocarla. El problema es que solo Suri tiene ese vínculo con ella. Y solo Mafer sabe cómo ir a donde quiere.

—No conseguirán nada —digo.

Por más que los torturen los gemelos no tienen nada que decir. Ambos son nuevos en esto, y estoy seguro de que Mafer no les ha confesado algo que ni siquiera ella misma entiende muy bien. La única que puede hablar al respecto tiene una fortaleza de hierro. No hay castigo que la haga hablar. He aprendió a admirar al pequeño elfo. Su lealtad hacia Mafer es impresionante.




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