Capítulo 11: Guardia de otoño
Mafer
Los bosques en estas tierras no son muy diferentes.
Todos son silenciosos y turbios, nada como lo esperaba. En
los bosques generalmente hay animales salvajes, aves
catando y volando por los cielos, pero aquí es tan diferente,
en las películas la tierra de las hadas es mucho más bonita
y alegre. Nunca me lo hubiera imaginado de esta manera
tan lúgubre, ¿pero qué más da?, no hay nada que hacerle,
es una frontera afectada por el choque de dos cortes muy
distintas.
Hemos caminado por horas dejando atrás la corte de
primavera, ya no hay nada de flores y aún no sé
exactamente hacia donde nos dirigimos.
Ambos van delante de mí como siempre, con esa
conversación que parece muy entretenida, no alcanzo a
escuchar nada de lo que dicen, solo sus risas.
Me gustaría poder hablar con mamá o la abuela, las
extraño, y necesito explicaciones.
Lo que pasó esta mañana me tiene intrigada y
preocupada al mismo tiempo, llevar mi cuerpo a otro lugar
así de la nada no es un don común entre las hadas, es más
hasta creen que están extintas las que poseen ese don, y no
obstante está el hecho de que no soy un hada, aunque Suri
insiste en que lo soy.
¿Acaso es eso posible?
Con todo lo que me ha ocurrido estoy dudando de mi
naturaleza porque de alguna manera siento que no ha sido
la primera vez que me ha pasado.
La noche en que corría por el bosque, cuando nunca
había estado allí y Yira quiso lastimarme, en ese momento
pensé que era una pesadilla, pero ahora creo todo lo
contrario, yo estuve en ese bosque, y de la nada volví a mi
habitación.
Además, está el extraño cuchillo que llevo en el muslo,
es una completa locura que haya soñado con que un
hermoso hombre me la entrega, y como si nada aparezca en
mi cama. Todo no puede ser una simple coincidencia, hay
algo más, y las únicas que me lo pueden explicar son mi
madre y mi abuela, pero están tan lejos.
¡Maravilloso! ahora soy un fenómeno entre un mundo
paranormal, ¡lo que faltaba!
Avanzo, abstraída del mundo, sumergida en mis
pensamientos, cuando escucho la alarmante voz de Cris, y
los gritos de Suri para que se calle.
Pero entre los dos están armando un tropel que se
escucharía a kilómetros a la redonda.
Agilizo el paso para ver que ha ocurrido. Cris esta de
cabeza, una soga atado a su tobillo lo mantiene metros
sobre el suelo.
Suri sube con rapidez y agilidad por el árbol, parece una
ardilla de lo rápido que trepa. El arco y las flechas en su
espalda y con la daga atada a su muslo. Me coloco debajo
de Cris para que caiga sobre mí y no se haga tanto daño.
El suelo vibra, y Suri me mira con los ojos bien abiertos
y luego sube más rápido por el árbol, siento que alguien
está detrás de mí, giro despacio, me quedo paralizada ante
lo que tengo frente a mí.
No sé qué demonios es, pero es enorme.
—Distráelo —grita Suri desde arriba.
—¡¿Qué?! —grito sin apartar la vista de la criatura.
—Que lo distraigas mientras libero a Cris. Es un troll, y
aunque suelen ser muy tontos son muy peligrosos. Y no
queremos ser cena, ¿verdad?
—Es que aquí nadie es normal, todo al que me encuentro
me quiere poner en un plato con vegetales —tomo algunas
piedras del suelo, y comienzo a lanzárselas mientras me
muevo entre los árboles.
Comienza a seguirme torpemente, dando golpes a las
ramas que se interponen en su camino y reventando
algunas, cada vez va tomando más velocidad y soy su
objetivo. No veo por donde voy y tropiezo con la raíz de un
árbol, me muevo a tiendas, cuando volteo el troll está
corriendo en otra dirección, abro la boca bien grande de
sorpresa.
—Vámonos ya, hay que aprovechar que una de sus
trampas a atrapado algo —me apura Suri.
Mi hermano esta junto a ella, sucio de tierra.
—¿Por eso se ha ido?
—Sí. Quizás es más importante que nosotros. Y es mejor
no tentar nuestra suerte, puede volver.
La niña tiene razón, lo último que quiero es terminar
siendo el platillo principal de una cena.
Me levanto y nos echamos a correr tan lejos como
podemos. Escucho las voces de unos chicos maldiciéndose
uno contra otro, entonces me detengo de golpe.
Entre los árboles puedo ver como tres muchachos se
encuentran atrapados en una red, y el troll se dispone a
matarlos con un trozo de árbol.
—¿Porque te detienes? —pregunta Suri con la voz
agitada.
—Necesitan ayuda —señalo a los chicos en la red.
—Son de la guardia, recuerda que mi padre dijo que nos
mantuviéramos alejados de ellos.
—Pero va a matarlos —replico con insistencia. Ella
suspira dramáticamente.
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Editado: 19.05.2022