Encantus. Alas negras (libro 1)

Capítulo 18: Nieto de Rocío

Capítulo 18: 
Nieto de Rocío 


Gerald

 

Ojos en las alas.

Es lo más ridículo que he escuchado, y sin embargo, esas cuatro palabras no dejan de hacer eco en mi mente. La escuche tan segura de esa tontería que sin querer estoy tratando de darle un poco de lógica pero no tengo nada. Nunca he presenciado una hada con algo parecido a ojos en las alas. Preguntarle a mi madre sería una locura, nada más pensar en ello lo es. Lo mejor es poner mi cabeza en otro asunto mas importante, Kevin.

Así que son hermanos, ahora entiendo porque la preocupación de ella por el chico. Mafer sostiene que su hermano fue secuestrado por Darah y enviado a Encantus, pero Yira nunca menciono a un chico como razón de la muerte de su madre todo lo contrario, ella no siquiera tiene idea de porque la familia de Rocío estaba en su casa ese día.

Es momento de escuchar la versión de Kevin, si él llegó a Encantus antes de que Darah muriera lo único que necesito saber es quien lo trajo. ¿Cómo llego a nuestras tierras? Alguna de las dos tiene que estar mintiendo.

Me aseguro de que nadie me siga habla la celda donde mantengo aoculto al niño. Lo mejor es que si hermana no sepa que él se encuentra aquí, mucho menos mi madre. Si ya a ella se le ha metido en la cabeza realizar un juicio para la asesina de Darah, no pongo en duda que también coloque al chico en tela de juicio.

Para mí las cosas no están claras, la visita de Yira a la corte de invierno no me deja confiar plenamente en su palabra y que haya evitado hablar del tema no es que la ayude mucho.

Lyon se encuentra reclinado contra la pared al lado de la entrada de la celda de Kevin, como le he pedido él no se ha alejado del chico.

—¿Ha dicho algo? —pregunto.

—No mucho en realidad, pero he conseguido que me dijera a donde lo llevaban.

El elfo se mueve para abrir la puerta.

—La corte de invierno, eso ya lo sabemos.

—La reina de hielo exigió la presencia del chico. ¿No es algo extraño?

Kevin está tendido sobre la pequeña cama con la mirada fija en el techo ni se inmuta al escucharnos entrar.

—¿Supongo que no tiene idea de porque la reina lo quería ver?

—Sigo sin tener idea —responde Kevin antes de que Lyon pueda hacerlo.

—Tengo algunas preguntas para ti —digo.

Él se sienta con las piernas cruzadas recostado de la pared.

—¿Por qué estoy encerrado aquí? —pregunta él en respuesta a mis palabras.

—Es más seguro que con los duendes. Además, tu hermana también se encuentra en las instalaciones del castillo.

Tengo su completa atención.

—¿Mafer?

—Sí. Pero está en problemas por un hada llamada Darah, ¿la conoces?

—Ella es nuestra vecina, su hija Yira está en mi escuela. Solíamos jugar siempre hasta que…

—¿Qué? —le insta Lyon a seguir.

Kevin se queda en silencio por unos minutos, tengo la sensación de que se ha perdido en sus recuerdos. Espero a que se decida a hablar, presionarlo no me dará las repuestas que busco, y si tiene el mismo carácter que la hermana ni pensar en cómo terminará esta conversación.

—Yira me invito a que la acompañará al bosque con su madre. Mi hermana había ido por mi hermano a la escuela, y se suponía que sería rápido. Iríamos al bosque y regresaríamos antes de que Mafer llegara. Las acompañe, y entonces aparecieron esos hombres extraños, con la piel verde y tan delgados. Darah les ordeno que me llevaran y le pidió a Yira que se asegurara de que no regresara a casa. Eso fue lo que paso.

Entonces Mafer tiene razón, su hermano fue secuestrado y no solo eso, Darah ha sido responsable de la entrada de niños humanos a Encantus cuando se suponía que ella debería mantener en vigilancia la puerta para que eso no sucediera. ¿Por qué? Dudo que el chico pueda responder esa pregunta, ni siquiera sabe que ha muerto y por manos de su hermana.

—¿Te trajeron directamente con los duendes oscuros o estuvieron en algún otro lugar? —pregunta Lyon.

—Con los duendes, siempre estuve con ellos. Hablaban sobre una hermandad y una señora, es allí a donde envían a los otros niños. A quienes pierden.

Lyon y yo cruzamos la mirada. Ese tema de la hermandad es como una espina que se inca en mi mente cada vez que es mencionada, desatando mi curiosidad. 
Necesito llegar al final de todo esto.

—¿Escuchaste de quien se trata? —pregunta Lyon.

Lo sabía, esos niños nunca regresaron a su mundo. Como mi madre cree. La cuestión ahora es saber que ocurre con ellos una vez que son entregados.

—Nunca dijeron su nombre —se encoje de hombros.

Eso nos deja al igual que al principio, solo con suposiciones.

—Quizás se refieran a la reina —sugiere Lyon.

—Es posible, lo que para mí no encaja es para que necesita niños humanos —digo.

—Los duendes se los comen —dice Kevin con horror en la mirada.

—No lo creo. Hubo un tiempo en que si lo hacía pero han pasado demasiados años desde la última vez que un duende probó la carne humana por los poderes que según una bruja podían obtener. Pero esos tiempos se acabaron —expresa Lyon.




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