Ya ha transcurrido una semana desde que Ammy estaba con la absurda idea de querer celebrar mi cumpleaños, una semana ha pasado desde aquella discusión con Andrés y desde ese momento no le he vuelto a dirigir la palabra que no sea para responder algo de la clase o para saludarlo.
Ammy me preguntaba la razón de mi repentino comportamiento con él, pero yo solamente trataba de evadir aquella pregunta...
Hoy es 02 de septiembre y me estoy dirigiendo al cementerio para dejarle flores a mi madre, por lo menos hoy como es sábado no tengo que preocuparme por la prepa.
Pasé 40 min en el cementerio, hablando con la tumba de mi madre o simplemente recordando todos los pequeños momentos buenos que he pasado con mi tía o con los pocos amigos que he llegado tener a lo largo de mi vida.
Estoy a una cuadra de mi casa, Tommy siempre me sale a recibir, pero este mes ha estado en la casa de mi Tía Caitlyn, ella y mi madre eran inseparables, con la muerte de ella mi tía se deprimió, como todos, pero con la diferencia de que ella no me saca en cara nada, ella si quiero o bueno eso es lo que creo.
Apenas llegué a casa me puse a cocinar para mí porque mi padre por estas fechas lo manda a mi hermano a pasar donde mi tío Marcos y él se pone a tomar y me trata mal, con la excusa de que yo debería de ser la que esté bajo tierra y no mi madre; por eso siempre cada 02 de septiembre trato de llegar temprano a casa e irme a la casa de mi tía.
Estaba en mi habitación alistándome para salir rápido a la casa de mi tía cuando avanzo a escuchar que alguien azota mi puerta, es mi padre y al parecer se encuentra demasiado tomado.
Avanza hasta mí, rápidamente retrocedo y veo la manera de cómo salir huyendo de esta horrible situación, pero lamentablemente siento que algo obstaculiza mi paso.
Mi padre al ver aquella oportunidad la aprovecha y me agarra de mi blusa y me aleja completamente de la ventana.
Padre, suéltame por favor - le dije con lágrimas en los ojos - Cállate tú eres la culpable de todo esto - yo movía mi cabeza en modo de negación, me tomó del cabello y me tiró al piso - Padre por favor tranquilízate - Que me tranquilice, con qué derecho me vienes a pedir eso– paff, sentí que toda mi cara se viró por la cachetada que me propinó… Después de eso no supe lo que sucedió, todo veía negro y no supe lo que mi padre había hecho conmigo.