Encontrando...amor?

Capitulo 5

La noche siguió tranquila hasta que toco salir, como siempre me fui primera con apenas mi bolso cruzado y mi suéter grueso por el frio, las calles vacías me mantenían en calma, he vivido aquí desde hace mucho y nunca ha pasado nada raro.

Hasta que escuche el tacón de los zapatos de alguien detrás de mí, no quería girarme para mirar, pero allí estaba, cruce la esquina y me dio tiempo de mirar, pero para mí mala suéter quien me seguía estaba entre las sombras de un callejón, pero su figura es la misma que en el bar. Apure el paso intentando no verme alterada, Bobby no le entrego el cuchillo al sujeto por lo que cuando me fui el cuchillo seguía detrás de la barra ¿Querrá venganza? Lo dudo, pero un tipo que lanza cuchillos con excelente puntería es algo de lo que no quiero quedarme a mirar.

—oye brujita… ¿no te da miedo la oscuridad? —ese apodo… mire a mi izquierda, el mismo lunático de la otra noche. ¿se habían unido los dos? Mire hacia atrás pero no estaba el tipo que me seguía, acelere el paso escuchando al inútil del callejón venir detrás de mí. —vamos bruja ¿Por qué caminas tan rápido? —se estaba burlando y no podía guiarlo hasta el edificio de mi casa, pero antes de que volviera a girar para despistarlo y volver a mi ruta me tomo del brazo. —¡detente! —me pego contra la pared tan fuerte que tal vez rompió alguno de mis huesos, me queje bajito un poco mareada, allí estaban sus ojos amarillos mirándome entre un velo oscuro. —me vengare… ¿crees que puedes lanzar personas con magia y salir victoriosa? —su boca fue directo a mi cuello y con horror mire sus dientes afilados ¡¿QUÉ MIERDA ES ESTO?! ¿crepúsculo?

Intenté alejarlo, pero mis muñecas estaban casi rotas en sus manos gigantes; sentí sus dientes rozar mi piel y con terror cerré los ojos esperando el mordisco, pero no llego, más bien sentí una brisa fría y todo mi cuerpo se sentía más ligero, abrí mis ojos viendo que entre la negrura de la noche estaban peleando dos figuras, aprovechando que no me miraban comencé a correr en puntillas (si es que eso es posible), hasta que volví a cruzar la esquina y acelere aún más, me dolía el cuerpo pero no tanto como para que mi sistema olvidara por un momento que debo sobrevivir, llegue hasta la zona del bosque donde preferí ocultarme y llamar a Gina.

Me interné lo suficiente hasta que me escondí en el árbol de siempre.

Cada vez que nos sentíamos tristes huíamos aquí hasta que alguien de servicios sociales venia o algún policía.

Me quede allí intentando respirar, pero la respiración se me entrecorto haciéndome toser, con una mano en la boca note el líquido desgraciado.

—sangre… —murmure limpiándome enseguida de la camisa, como pude saque el celular y marque el número de Gina, pero mientras repicaba escuche algo acercarse, recogí lo mejor que pude mis piernas esperando que Gina respondiera, pero antes de que eso pasara allí estaba, un perro gigante paso a toda prisa a mi lado, deteniéndose unos metros antes, su pelaje oscuro me aterro y más cuando se detuvo y se giró olfateando en el aire, su cabeza se giró casi al instante hacia donde estaba.

Lo mire a los ojos, esos ojos amarillos, antinaturales, camino a paso lento hacia mí, sin apartar la vista busque entre mi bolso dejando en mi pecho el celular, aún estaba repicando.

No es un perro, eso puedo verlo por el tamaño del animas a unos cinco metros frente a mí, sus orejas puntiagudas y su pelaje gris oscuro el cual no está erizado, sus ojos ahora más cerca no se ven amenazantes, se ven curiosos, he paseado perros desde los quince y puedo identificar a uno peligroso y a otro curioso.

Parece un husky con esteroides, pero en realidad es un lobo. ¿un lobo en la ciudad? ¿Quién suelta su lobo mascota de noche? Bueno tendría un punto, nadie está en las calles, nadie se asusta y el animal puede ir a hacer popis tranquilo sin que lo señalen, pero aun así…

—cal-calma perrito… —dije aun buscando en mi bolsa sin apartar la mirada, el perro ladeo la cabeza como si entendiera mis palabras.

¿a quién llama perro? —me quede de piedra cuando escuche su voz y el tambien se quedó quieto cuando vio mi reacción —espera … ¿me escuchas? —su expresión cambio totalmente a un perro cuando escuchaba la palabra “carne” o un perro policía al escuchar “hierva”, bueno ustedes entienden.

Encontré mi taser eléctrico apuntando al perro (lobo).

—no… no te me acerques —hice sonar la máquina y este se alteró un poco alejándose inclinado su cabeza.

brujita… no te hare daño —escuche sus palabras de nuevo.

Y paso lo que no creía posible que pasara, ese lobo frente a mi luego de que lo rodeara una extraña neblina apareció en su lugar el mismo tipo del súper.

Intente levantarme dejando caer mi celular, Gina contesto, pero al levantarme todo comenzó a marearme y todo se sumió en oscuridad ¿Qué estaba pasando?

—¡hey! ¡Bruja!, ¡bruja! —fue todo lo que escuche como si fuera un eco.

Entre la oscuridad la voz de una niña llorando se escuchó, trate de seguirla, pero no la encontraba.

—¡oye! ¡Niña! ¿Dónde estás? —mi voz se perdía en el vacío, jamás me había pasado algo como esto.

Mi subconsciente estaba dividido, eso es más que sabido, hasta medite para intentar llegar a mi interior, pero no había nada; era como un gran vacío, un gran velo que no se quien lo puso.




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