Encontrando...amor?

Capitulo 8

—es mi culpa… no conteste a tiempo —negué varias veces, el doctor nos dejó solas y Gina no hacía más que mirarme y llorar.

—tranquila… pero… ¿es cierto lo que dijo Ashton? —Gina entonces dejo de llorar y luego de una pausa asintió.

Con lo que pude fruncí el ceño en confusión.

—¿Por qué? —le hice una pequeña seña para que se acercara a lo que ella lo hizo.

—yo no estaba al pie de la carretera —confesé, ella solo me miraba con sus grandes ojos marrones preocupada entendiendo rápidamente lo que trataba de decirle.

—¿Por qué no se lo dijiste? —señalo a la puerta rápidamente queriendo casi salir corriendo para llamarlo, confiábamos en Ashton, era casi un padre sustituto excelente (si no fuera por la loca de su madre).

—porque es imposible que Bobby me encontrara… el seguía en el bar —ella bajo la mirada intentado pensar y unir las piezas. Por las bolsas bajo sus ojos puedo deducir que no ha dormido nada.

—entonces… —intento decir algo, pero le tape la boca.

—mantengamos esto así —ella me miro con horror, sabía que tal vez se lo contaría a Ashton pero ¿ellos saben que hay hombres lobo? Porque he conocido a Gina desde niñas y sé que ella no sabe que eso existe entonces ¿toda la ciudad lo sabe? No lo creo.

—pero Meg… no podemos ocultarle esto al Sheriff —Ashton había subido tanto en todos estos años que tenía el puesto de Sheriff muy bien merecido.

—por favor, por ahora no —aun quiero saber a quién Bobby está protegiendo o ayudando.

—bien, pero me tienes que decir que paso —dude un momento si contarle o no, pero lo hice, claro, omitiendo el gran detalle de que un lobo se transformó en humano frente a mi antes de desmayarme. Ella me miro con horror.

—debes renunciar, sabía que ese trabajo no era bueno para ti —rodé los ojos, sabía que diría algo así.

—Gin, si voy por la vida renunciando a trabajos porque un idiota me persiguió por la calle hasta casa entonces

—¿era el mismo del súper? —la mire confundida.

—¿Cómo?

—cuando salimos del súper estabas extraña, incluso miraste por la ventana a alguien, no lo vi bien, pero ¿era él? —lo pensé un momento, ¿era cuchillos locos? Bueno, el me siguió, pero no fue quien me ataco. Negué varias veces.

—no, fue otro… alguien que parece no aceptar un no como respuesta. —y si es cierto, pero… ese tipo sabe que soy bruja, pero ¿Cómo lo supo? Además ¿Por qué justo ahora? Bueno tampoco es que

—¿ves? Por eso hay que decirle a Ashton —solté un suspiro.

—¿y que hará? En el bar no hay cámaras, el tipo jamás lo he visto y Bobby tampoco lo vio así que no hay nada que puedan hacer —ella se quedó en silencio, hizo un enorme puchero, sabía que yo tenía razón.

—bueno, pero ¿tú lo has visto? —lo pensé un momento, recordaba su cara así que asentí. —bien, si lo volvemos a ver llamaremos enseguida al Sheriff —intente sonreír apenas levantando las comisuras de mis labios.

Me quede en observación durante dos días en los cuales Bobby no apareció ni siquiera para saber de mí, Ashton solo me dijo que le había avisado y este solo me mando buenos deseos, Gina cumplió su palabra y no le dijo nada al Sheriff, eso me alivio pero tambien me preocupo, pues cada vez que dormía tenia pequeños flash de mi memoria pasada, y por lo que supe, ni siquiera vivía en esta ciudad, la familia de Evie eran de una mansión al otro lado de la colina, gente que casi nadie veía, tenía que investigar por mi cuenta sobre ello.

Una niña tan pequeña como Evie corrió por su vida hasta estar con los humanos, pero… las cosas no acabaron bien.

Intente hacerme la dolida, pero la realidad era que mis huesos habían sanado, entre mis sueños recopile información que la madre de Evie le contaba sobre su deber, junto a la otra hermana de la ella o de… mí, es tan raro.

Se supone que cuando las niñas puedan tener edad suficiente (no sé cuánto es eso) ellas pondrán saber quién de las dos será la elegida para casarse con un hombre lobo, algo así como las almas destinadas y es allí donde entra la matanza a toda la familia.

Y es aquí donde entro yo.

Tengo que encontrar a ese “cuchillos locos” y poder vengarme como es debido.

—tus exámenes... —cierto, olvide que el doctor haría más pruebas. —¿Cómo es posible? —su incredulidad y la miradita que me echo me hizo sentarme de golpe, éramos nosotros dos. Así que ver que podía moverme tan rápido y sin dolor es algo que lo dejo mirándome como el capitán américa cuando salió usando el suero de súper soldado.

—doctor por favor…—le tome del brazo y su mano la cual sostenía la tableta comenzando a sentir algo nuevo fluyendo con ese toque. Sus pensamientos, podía escucharlos y no eran nada bonitos. Apreté mi agarre a su mano; tenía que intentarlo.

—mis heridas no eran tan graves, solo necesito descansar —hice lo mismo que en diarios del vampiro, cuando los vampiros miran directamente a los ojos a sus víctimas para hipnotizarlos; pude ver como en sus ojos un tono morado se filtraba, se quedó con la boca entreabierta un momento para luego repetir mis palabras. —y desaparecerá los exámenes que me hizo esa noche. —le solté la mano y el hombre se quedó parpadeando desconcertado.




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