Encontrando...amor?

Capitulo 19

—es aquí…la entrada a la bóveda —dijo apenas llegamos a un gran circulo de piedra entre algunos escombros, Lucien hizo algunos movimientos con sus manos y el área quedo despejada. Me quede mirando el lugar, parecía sacado de Indiana Jones.

—bien… ¿y porque-

—solo un Lovelace puede abrirla —explico Magnus interrumpiéndome y mi ansiedad subió.

—oooh no, no, no bajare allí —retorced un paso antes de pisar una piedra y perder un poco el equilibrio.

mi señorita, yo bajare con usted, soy quien más conoce este lugar, incluso el señor Magnus no puede entrar debido a su larga edad, no podríamos arriesgar su existencia —explico Cass con calma mientras estaba en el hombro de Magnus mirándome fijamente.

—¿le dice algo? —pregunto Magnus intrigado. Al parecer estas aves son incluso más leales con alguien de sangre directa de esta familia caída.

—di… dice que… bajara conmigo —explico aun un poco en shock, no estoy asimilando que puedo escuchar a Walter en su estado lobo y ahora que este pájaro me hable.

—entonces no tienes por qué temer, mi señora, Cass es muy capaz de protegerla. —la seguridad de Magnus me calma un poco, pero tambien me preocupa.

Lucien dijo que para realizar la ceremonia se necesitan algunas cosas que están en este lugar porque sino, no sería válido.

Así que me quedo mirando la piedra que ahora que la miro mejor, es el mismo símbolo que había salido en mi mano luego de mirar esa vela negra.

—bien ¿Qué esperamos? —mi pregunta dejo a todos en silencio, mientras estiraba mis manos al suelo.

—bueno… esperaba que solo con tenerte aquí se abriera. —su explicación me hizo levantar una ceja. ¿es en serio? A veces dudo sobre la historia de Lucien trabajando para mi familia.

—Lucien, estas puertas no se abren, así como así, solo la anciana de la familia podía abrirlo o-

—mi madre —termine la oración de Magnus y este asintió con pesar.

no se preocupe mi señorita, puede abrirlo de otra manera —me quede mirándola.

—dice que hay una manera de abrirla —al ver como todos se me quedaron mirando.

—¿Cómo? —pregunto Bobby un poco irritado. Creo que la energía de la casa le está afectando, es como si… esas energías pesadas de esa noche siguieran aquí.

bueno, no creo que le agrade —lo mire incrédula y entonces voló.

—mi señora, si entrara con Cass, use esto, para que él pueda posarse en su hombro —me entrego cuna especie de hombrera de cuero que me quedo perfecta en mi hombro derecho, mientras las correas cruzaban de mi pecho atándose justo debajo de mis senos.

Cuando Cass regreso luego de un rato, en sus patas dejo caer a mis pies un cuchillo que me resulto familiar. Lo tome enseguida —deberá… usar unas gotas de sangre —dijo con calma posándose en mi hombro derecho, se siente extraño.

—bueno… okok… entonces solo… corto mi palma y

debe dejar que la sangre caiga directamente en la hendidura —dijo volando directo a lo que parecía una luna y un sol unidos, voltee a mirar a todos y estos se alejaron bastante.

—oigan ¿Por qué se alejan?

—es mejor mantener una distancia segura —dijo Lucien y solo entrecerré mis ojos apuntándolo con el cuchillo.

Ahora estoy más nerviosa, no es la primera vez que me corto accidentalmente, pero ¿abrir una puerta mística que lleva a un sótano mágico? No, sin duda esto es lo más raro que he hecho en mis vidas anteriores.

Tomando una respiración honda me acerco a donde estaba la Cass y ese grabado en la piedra, arrodillándome frente a esta.

estará bien, mi señorita, se lo prometo —mire al ave y luego el cuchillo.

—te creo —murmure apretando el filo del cuchillo contra mi palma derecha lo suficiente para hacer presión, pero no para cortar, hasta que conté mentalmente hasta el número tres y retire rápidamente el cuchillo sintiendo como la piel se me habría rápidamente y la sangre roja corrió. Apreté mi mano dejando que la sangre se filtrara incluso entre mis dedos; el olor a tierra mojada y metal llego rápido a mi nariz y las aves comenzaron a graznar, ensordeciéndome.

La tierra comenzó a temblar levemente bajo mis pies mientras esa luna y sol quedaban rellenos de sangre, hasta que se hundió un poco haciendo el sonido de un click y mi sangre desapareció. Cass voló hasta mi hombro mientras me ponía de pie.

alejémonos un poco mi señorita —su sugerencia llego rápido a mis oídos por encima del gran sonido de graznidos alocados.

El suelo comenzó a hundirse un poco y luego a retraerse lentamente, pero no todo, solo por donde estábamos parados, dejando un rectángulo y algunas bolas de fuego a los lados de las paredes dejándonos ver unas escaleras de piedra que bajan quien sabe a dónde porque no se ve desde donde esto si tiene fin.

vamos, mi señorita —mire a los muchachos que salieron de su escondite.

—bien, creo que… bajaremos ya —Magnus asintió manteniendo su mirada en mí y luego mire a Walter.

—ten cuidado —fruncí mis labios en una leve sonrisa y acomodando mi cabello bien hacia mi lado izquierdo bajé con Cass a mi lado.




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