—¿Qué hacemos aquí? —mire el edificio frente a nosotros.
He pasado frente a este sitio e incluso entregado paquetes ¿Qué hacemos aquí?
—pues primer que nada, buscar aliados. —dio un par de pasos y no me quedo más remedio que seguirlo.
Me mantuve callada mientras él se encargaba de presentarse en la recepción, me abracé a mí misma sintiendo más frio, como si aquí helara.
—Cass —él me ignoro siguiendo hablando. —¡Cass! —él se giro estaba a punto de regañarme hasta que su rostro se volvio un mar de preocupación y miedo, me abrazo, dejando mi rostro en su pecho.
—mierda… ¿tú y Walter aun no lo han hecho? —murmuro en mi oreja para que nadie más escuchara lo que decía.
—¿hacer qué? —con el abrazo fue que me di cuenta que estoy temblando por el frio ¿tendré fiebre?
—ay vamos, cuando mamá cuervo y papá cuervo se quieren… —no lo deje terminar esa frase porque ¡¿Qué le pasa?!
—¡iiu! ¡No! —intente alejarlo de mí, pero él me tomo del brazo y me saco del lugar poniéndome bajo el sol, pero a pesar del fuerte clima caluroso, yo sigo sintiendo frio como si acabara de salir de una hielera.
—estas evitando tu celo, pequeña idiota —me regaño mostrándome la pantalla de mi celular. —mirate, eres un desastre, si otro lobo está cerca te puede marcar y adiós al favor de la diosa. —guardo mi celular en su bolsillo de su gabardina negra
—¿así de grave es? —él se pasó las manos con frustración por el cabello, mirando a todos lados.
—mucho, es mejor que vayamos con-
—¿Cómo lo evito? —él iba a decirme otra cosa, pero con todo lo que pude coloque mi mano sobre su boca. —ya tenías planeado presentarme aquí, al menos retrasemos sea lo… lo que sea esto. —me miro durante unos minutos y luego suspiro resignado.
—buscare algo. Quedate aquí —se fue corriendo y entre los pilares se transformó en ave y se marchó.
—este… este idiota, se llevó mi celular. —lo mire volar lejos y no me quedo de otra que sentarme en el suelo, este incluso caliente no impedía que mi cuerpo entrara en calor.
Pero si tengo frio ¿Cómo es que Walter estaba tan caliente? Pude sentir su calor, pero…
Antes de que siguiera pensándolo unos pasos detrás de mí me hicieron girar mi rostro solo para ver una melena roja como el fuego y un vestido de esos ejecutivos elegantes de color blando.
La mujer me miro bajando sus lentes grandes de sol.
—¿ve a pedir limosna a otro lugar? —su tono de voz me dio el valor suficiente para ponerme de pie descubriendo que incluso con los tacones de aguja que carga ella es más alta que yo.
—lo siento, pero no vine a eso… solo espero —y antes de que dijera alguna otra cosa la mujer dio un paso hacia mi mirándome directamente a los ojos.
—hueles a … bruja… —susurro con tanto odio que si no fuera por este frio en el que estoy…—y a algo más —di un paso hacia atrás cuando la escuche decir eso.
Es obvio que es una loba, parece una Kardashian postiza, solo que con cabello rojo.
—no tengo ni la menor idea de que habla —dije dando otro paso hacia atrás viendo como ella levantaba la barbilla con prepotencia.
—creo que lo sabes, además, mira esas mejillas, estas en celo, cachorra —quería golpear esa cara llena de Botox (que puede que no tenga) pero las ganas de pegarle no se me quitan.
—ya te dije que no-
—Meg! —ambas volteamos a mirar la voz profunda de quien habia gritado mi nombre, allí estaba Walter, en un lindo traje de tres piezas en color gris.
—Alfa Rothlow! O ¿debo llamarte Alfa Styles? —se rio apenas lo vio y ahora si me le iba a lanzar a golpearla.
La única que puede hacerle bullying al perro este soy yo.
—Jenna, no puedo decir que es un gusto verte. —Walter me abrazo tan rápido como vio mis intenciones.
La mujer nos miró entre shockeada y confundida, miro donde las manos de Walter estaban.
—ay ¿no me digas que los rumores son ciertos? —Walter apretó un poco sus manos alrededor de mis hombros.
—¿Qué haces aquí Jenna? Creí que tu familia no se metía con los brujos —su rostro se contrajo del asco y como si alguien la hubiera tocado comenzó a sacudirse el polvo invisible de la ropa.
—bueno ¿Qué puedo decirte? Me sorprende que dejaras ir tan rápido la profecía y… estés con… ella —creo que escuche mal o ¿todos creen que no soy Evie?
—¿no tienes almas que atormentar? Mi prometida y yo debemos ir a otro lugar. —Walter me guio tomándome por los hombros lejos de esa mujer.
—¿prometida? Vaya… te conformas con tan poco estos días —se rio deliberadamente. —con razón dejaste la manada, ahora ambos huelen a… brujos —se tapó la nariz y Walter solo hizo que yo siguiera caminando.
—no vale la pena estas personas. —susurro cerca de mi oreja, guiándome cual niña pequeña, estoy harta.
—oh no, suéltame, suéltame que yo le arranco la cola —gruñí con dientes apretado mientras Walter bloqueaba mi camino.
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Editado: 20.12.2024