—ammm… ¿Cómo es que…
—¿se cocinar? —asiento tan efusivamente que lo escucho reír. —jamás e cocinado para otra persona, Evie —casi me atraganto con el trozo de waffle en la boca, él se levantó a prima y comenzó a darme unas palmaditas tan suaves que no me ayudaron en mucho, su palma está caliente y su otra mano me ayuda a tomar el vaso de jugo. Trato de respirar hondo para calmar el picor de mi garganta. —vamos linda… ¿estás bien? —tomo un sorbo de jugo para no tener que ver este rostro adorablemente atractivo, tan preocupado.
Para mi este tipo de cosas no son más que molestarlo demasiado, pero aquí esta él, como si con mi propia saliva me fuera a matar.
—ya. Ya… estoy bien —hablo tomando algunas pausas y sus ojos están intentando mirar a través de mi piel.
—¿segura? —tomo mi mejilla con tanta calma que me hizo suspirar sin querer; asentí y dejé un beso en la palma de su mano mirándolo a los ojos. Contuve las ganas de toser más, tragando despacio y carraspeando la garganta. Él trajo su silla más cerca de mí y lo mire con incredulidad.
En la cama me mantenía abrazada y si notaba que me movía un milímetro lejos me regresaba a mi lugar, incluso tuve que subirme en su pecho para cambiar de posición lo que pareció dejarlo complacido.
—eeeenntonces… ¿a tu lobo, es decir, a tu lobo le complace esta clase de cosas? —él parecía cómodo con su propio razonamiento.
Le parecía lógico. A mí no.
—gracias por dejame mantener este instinto bajo control, aunque para ti sea incómodo. —negué varias veces.
—es… extraño —fruncí el ceño tomando una fresa con el tenedor. —jamás he tenido ese tipo de atenciones, siempre he sido la que cuida de Gin, incluso cuando nos enfermamos de niñas.
—¿ustedes dos nunca las…—no lo deje terminar la frase, su rostro se veía que tenía una disculpa y culpa en sus ojos cafés, pero ¿Por qué culparse? ¿Qué más podía hacer él? Apenas era un lobo joven.
Seguimos siendo jóvenes.
—me he preguntado lo mismo…Gina es menor que yo, pero cuando la querían adoptar se apegaba a mí para que tambien me llevaran con ella —el recuerdo vino a mi mente de golpe.
Sé que no puedo decirle que tal vez todo es culpa de Cass. Ese pajarraco evito que tuviera una familia.
—¿entonces se quedaron juntas? —asentí tomando el ultimo trozo en mi plato, soltando un suspiro.
—eres bueno en esto —señale mi plato vacío y el solo se rio. —pero. Volviendo al tema. Tal vez fue mejor asi. —me encojo de hombros terminando de comer.
Cass tuvo sus razones y pensando un poco de manera egoísta: si el padre de Walter hubiera sabido que tengo otra familia y que sigo con vida ¿los hubiera matado?, solo estoy pensando en ello por unos segundos y el piso donde estoy tiembla ligeramente. La mano de Walter la sostiene y su mirada esta sobre mí; pestañeo varias veces y miro mi entorno.
—¿estás bien?
—¿Por qué?
—sentí… tu preocupación —fruncí el ceño y regresé la mirada a mi plato y mis dedos están algo brillantes en purpura.
—deberías hacer que al menos Lucien regrese… —no le di explicaciones y pareció no necesitarlas, se levantó de la silla dejando un beso en mi frente y no sé de dónde vino el impulso de abrazarlo con fuerza y de nuevo. Allí. Todo comenzó a vibrar de nuevo. Él me regreso el abrazo y todo se volvió en calma.
—¿aun quieres que lo traiga? —note la manera en la que olía mi cabello; es terapéutico ahora que tengo esta especie de unión con Walter me siento como una niña pequeña. Sintiendo que toda mi vida necesite ser protegida por alguien más.
Siento que aún me queda algo del alma de Evie dentro de mí. Ella sigue sufriendo por lo sucedido, mientras que, a mí, me toca la peor parte.
Debo protegerla. Vengar su muerte y recuperar el apellido de su familia.
—tu ganas. —me rendí, escuchando el latido del corazón de Walter, se aceleró mientras mantenía su nariz en mi cabello.
—eso me gusta —ok. Vale. Estoy tratando de superar su voz sensual cerca de mí, pero él no está ayudando.
Cuando intenta alejar mi cara de su cuerpo y yo me niego él se ríe.
—Evie ¿Qué pasa? —su tono de voz no es de preocupación, se está divirtiendo porque sabe que mis orejas deben estar rojas.
Luego de varios intentos de que lo mire, se rinde entre risas profundas se queda quieto un momento para después de un momento me toma desprevenida y me carga, solo allí es cuando miro sus pupilas dilatadas y por un momento veo esos ojos de su lobo brillando allí dentro.
¿en que está pensando y porque siento que ahora si recordare lo que va a pasar?
¿puedo negarme? Si
¿quiero negarme? no
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Editado: 18.11.2024