—es lo más vomitivo que he escuchado —estoy de acuerdo con Johnny, de solo recordar todo lo que vi por un momento es como… una grotesca película de terror.
—tenemos al padre del año —solté un fuerte suspiro y John me siguió, dejándose caer una vez más en el sofá, estuvo así durante un rato, entre levantarse y volverse a sentar.
—yo… —lo vi dudar si decir algo o no, pero su mirada fija en la nada me dice que aún no se cree lo que le he conté hace unas horas.
Al nuevo “consejo” no tuve que darle muchas explicaciones, ellos comprendieron que sea lo que sea tuve mis razones y estaba dando un voto extraño de confianza a seres que no conocía.
Tal vez los libere muy pronto, pero esos vampiros… en algún momento tendrán que volver.
Como el resto de nosotros, no tenemos un “aquelarre” o una “manada”, estamos formados de varias partes de varias cosas y apenas estamos funcionando, con dudas, con viejos estigmas y solo basándonos en confianza.
Confianza en que la diosa tomo la decisión correcta al dejarme vivir.
Si supieran…
—yo crecí sabiendo que era un… bastardo, mi propio padre me lo dijo —Solto una risita irónica mientras se pasaba las manos por la cara como si quisiera quitarse algo —pero aun así su ira no fue contra mí por no llevar su sangre —vi la nostalgia en sus ojos azules, al igual que la tristeza de saber que sangre corre por sus venas.
—¿Glen lo sabe? —John levanto la cabeza para mirarme, en sus ojos está el desconcierto, tal vez mi padre lo sabe, pero decide ignorarlo. —¿y Leonardo?
—Jamás lo conocí, pa-Glen tampoco lo menciona —y allí esta, otro hueco en la trama.
¿Qué será de mi hermano? ¿sabrá que estoy viva? ¿estará del lado de mi padre?
En las memorias de Evie esta difuso su rostro, a veces está claro, pero luego se va como si nada.
¿será algún hechizo?
La manera en la que las mujeres Lovelace trataron a los hombres por generaciones me parece muy mal ¿Por qué? por este mismo desenlace que vivimos ahora.
—¿tu estas bien? Estas muy pálida —intento no reírme, creo que no se ha dado cuenta que soy tan pálida como un papel.
A veces me confundía yo misma pensando que soy una versión extraña de blanca nieves, pero luego recuerdo mis poderes fuera de control y estoy casi segura de que no puedo ser una versión alterna de “Once upon a time”, si hubiera caído en esa versión de cuentos de hadas de seguro que le corto la cabeza rápido a Regina.
—estoy bien —y luego de decirlo fue como si un balde de agua helada me cayera encima, si no fuera por John que me sostuvo antes de que el resto de mi cuerpo diera con el suelo, creo que despertaría con un dolor de cabeza del diablo.
Y aquí estoy, de nuevo en el mundo dentro de la mente de Evie, ya no están esas enredaderas, pero sigue siendo oscuro.
Todo alrededor está en tonos morados y verdes; mis pies siguen el camino de piedra hasta encontrar un árbol con hojas verdes brillando y tronco color lila.
—solo falta que me digas que estoy aquí porque tú sigues aquí, Evelyn —mi voz aquí dentro no tenía eco, pero escucho a lo lejos una pequeña risa.
¿Cómo es que sigue viva?
Tal vez todo es por el hecho de que es una gran bruja.
—no estoy viva, pero tampoco estoy dentro de “mí” —busque el origen de su voz mirando a mi alrededor. Aquí en este espacio no tengo magia, solo estoy yo y mis puños pero…
Mientras buscaba a mi alrededor veo un pequeño reflejo detrás del árbol y lo sigo solo para encontrarme a una pequeña niña caminando por un pasto verde, va dando saltos y mira hacia atrás, entonces la observo, esos ojos verdes brillantes están vivos y alegres.
La sigo con dudas, fijándome en donde estoy pisando.
La pequeña vuelve a mirarme y echa a correr hasta que su cuerpo desaparece entre el verde pasto alto, el mismo me cubre la cintura y por fin intento mirar arriba y algo capta mi atención.
—este cielo…—musito bajito, escuchando la risa a lo lejos de Evie.
—¡vamos! ¡ven! —dejo de mirar el cielo tan familiar y comienzo a correr echando a un lado la hierba alta.
Me siento agobiada, esta hierba me recuerda a esa película de terror, de la cual los protagonistas tontamente entran a la hierba alta luego de escuchar la voz de un niño pidiendo ayuda.
Mientras estoy pensando en eso, siento como esta hierba ahora se vuelve agua y estoy tratando de mantenerme a flote, pero es casi imposible.
¿voy a morir?
¿puedo morir aquí?
Si muero ¿la diosa me dejara en paz?
Tantos pensamientos en mi mente hacen que me hunda a pesar de intentar mantenerme a flote hasta que tomo una inhalación onda y me rindo.
Me rindo hundiéndome sin intenciones de luchar.
La cosa extraña es que a pesar de la presión en mi pecho no necesito respirar, pero este agobio no me deja.
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Editado: 18.11.2024