Encontrando...amor?

Capitulo 47

—sé que no estuve en la guerra… pero tienes que ser un poco más flexible, Cass —el vínculo en nuestra mente está allí, fijo. Él está bajando las escaleras hacia la entrada oeste donde están los vampiros. —Elena, casi mueres quien sabe si te afecto de alguna manera romper esos hechizos —solté un fuerte suspiro, tambien lo he pensado mientras estamos en esta caminata. Al pasar por el pueblo ya todos parecían volver a la normalidad, hice algunas paradas para saludar a algunos familiares de las personas que fallecieron. —no creo que haya sido eso, además, hay algo que me consterna más —creo que es bueno decirle esto a él, sabe quién soy, y quien más o menos he sido, hace que no se sienta como una locura que mi cerebro creo debido al trauma o algo así. —¿el qué? —su tono es irritado, pero es algo ya de su personalidad, así que suelto la bomba. —cuando estuve allá… creo que confundí la mente de Evelyn con el mas allá —él se detuvo en seco, llevaba varios escalones adelantado así que miro hacia arriba con incredulidad. —¿Qué? —miré mis manos como lo hice cuando desperté. —si… yo- vi a Evie.- estaba… intente seguirla en un campo de hierbas, pero este comenzó a subir y subir hasta que… —la sensación de ahogo regreso a mi bastante rápido y solo pude pasar saliva intentando quitar esa piedra pesada de mi pecho, pero esta no se iba. Cass subió los escalones regresando a mí y poniendo su mano sobre mi mejilla. Sus ojos negros miraron directamente mis ojos y como lo hizo aquella vez en la biblioteca, entro en mi mente, no solo en mi mente, lo vi mirar lo mismo que había visto cuando buscaba a Evie. Él se alejó apresurado al parecer sintiendo el mismo peso que yo. —Elena…—había en esos ojos negros un atisbo de lastima, tal vez. —¿es muy malo? —pregunte al verlo más alterado. —mejor vamos por ellos —bajo esta vez mas rápido las escaleras. —¡¿así de malo es!? —baje las escaleras igual de rápido queriendo agarrarlo de las greñas esas y tirar de ellas, pero cuando más bajaba ya podía ver al grupo de personas vigilando la puerta y del otro lado del marco estaban dos figuras delgadas, pero ya no tan demacradas como antes. A pesar de la sombra que daba los arboles aun así entraba la luz; todos voltearon a mirarnos y comenzaron a abrirse paso para dejarnos pasar. Soy la única que es un poco más bajita que el resto. —Buenos días señores —salude con una sonrisa tensa viendo como algunos lobos hicieron una reverencia y otros solo apenas movieron su cabeza en señal de respeto. —My Lady, estuvimos vigilándolos y cuidando de ellos hasta que despertara —explico Magnus haciendo una pequeña seña respetuosa a los hombres del otro lado del marco. Solo asentí y me acerqué, ambos me miraron y se arrodillaron. —nuestra señora. —ambos se refirieron a mi así al mismo tiempo, de alguna manera mi pecho se llenó de pena opacando esos latidos pesados en mi pecho. —levántense… pueden entrar —vi por mi rabillo del ojo que alguien se tensó más cuando el vampiro mayor tomo mi mano y la pego a su frente. Sonreí a medias, me recordó a la escena del padrino. ¿Esto es la mafia? Puede ser… —¿señora? —hablo uno de los lobos que tenía claramente heridas de batalla y su ceño fruncido. —yo los libere, tampoco estarán por el valle libres como si nada, pero tampoco los trataremos como nuestros enemigos los trataron —todos quedaron en silencio y mire a Cass, este solo asintió levemente y ambos vampiros entraron con lentitud. Todo el camino de regreso al valle fue completamente silencioso, incluso por Cass en mi mente, estaba muy callado, apenas la brisa en el aire batía con suavidad. Cuando llegamos a la casa de Magnus pasamos a una especie de granero, incluso los habitantes del valle se habían quedado en silencio mientras nosotros pasamos rodeando a los vampiros. Algunos contenían un gemido y otros se persignaban y entraban a sus casas. Los dejamos entrar y ellos miraron que el lugar parecía más una casa con dos camas y sobre cada una había una muda de ropa, un pequeño baño y una mesa con dos sillas. Ambos me miraron. —no los íbamos a dejar en un calabozo —explico Cass con su tono irónico, los vampiros nos miraron y luego sus objetos solares. —nos lo… —son libres, pero por ahora, serán tratados como… ¿humanos? Por la tranquilidad de los habitantes del valle y la manada se quedarán aquí, descansen y… Cass se encargará de traer algo para que coman —¿Qué? —no sé, roba el banco de sangre de la ciudad —me queje a lo que el vampiro más viejo se rio, lo voltee a mirar y el negó varias veces. —gracias, mi señora. Esto… es menos de lo que esperaba. —mire sus ojos pero estos ya no estaban tan rojos como la primera vez que lo vi. Asentí lentamente y los dejamos allí, cerrando la puerta. —¿en serio? ¿robar sangre? —alzo una ceja mirándome con escepticismo. —no dispongo de un banco de sangre o ¿sí? —me cruce de brazos y Cass negó pasándose las manos por los cabellos peinándolos hacia atrás. —¿Qué paso? ¿todo bien? —Walter llego rápido y me miro de pies a cabeza. —sí, está bien, la “cárcel” provisional funciona, ellos se quedarán allí hasta que organicemos exactamente qué hacer con ellos. —todos asintieron de acuerdo con este plan. Eche una última mirada a la puerta dejando que Walter me llevara de nuevo a la casa de Magnus.




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