Encontrando...amor?

Capitulo 48

nota: perdonen la demora, pero esto de trabajar sobre turnos que no me corresponden me dejan agotada mentalmente y no tengo en que pensar. Escribire lo mejor que pueda.

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—estamos reunidos de nuevo para tratar un asunto importante —todos estaban en silencio manteniendo la calma. —sobre nuestros nuevos amigos, los vampiros. —levante la mirada manteniéndome firme cuando algunas miradas se volvieron hacia mí. —como saben, nuestra nueva matriarca aún no se familiariza con sus nuevos dones. —algunos comenzaron a murmurar y otros soltaron un suspiro.

—¿va a dejarlos quedarse? —pregunto uno de los lobos y solo lo mire directamente a los ojos.

—por ahora están bajo una prisión “mágica”, tenemos que saber quiénes exactamente son nuestros enemigos y quienes podrían apoyarnos, así que si, ellos se quedaran hasta entonces. —todos se llenaron de preguntas hacia mí a lo que solo pude levantarme haciendo caer la silla —les di su libertad y ellos ya no tienen a donde ir, no tienen familia, así como algunos de nosotros. —todos guardaron tanto silencio que podía escuchar un alfiler caerse. —sé que están asustados, tampoco confió mucho en ellos, pero es nuestra única ventaja. —el silencio prosiguió a pesar de mi mala cara.

Hice contacto visual con mi esposo y este tenía esos grandes ojos cafés tan brillantes que parecía que se levantaría y me atacaría.

—si nuestra Lady mantendrá bajo vigilancia a esos dos, entonces no debemos preocuparnos mucho por ello —sentencio uno de los ancianos del valle y todos mantuvieron la calma para asentir.

La reunión termino apenas unos momentos después, al parecer la barrera seguía intacta y los brujos quedaron un poco traumados con el desastre que hice.

Al parecer ese “pobre hombre” había sido internado porque use alguna clase de magia oscura que estaba prohibida en la familia Lovelace desde hacía unas generaciones atrás.

Se preguntaran ¿porque estaba prohibida al igual que ilegible en los libros más viejos de la biblioteca? Bueno, es un hechizo que no puede quitarse, no al menos por la mano de quien lo creo, y si me tratan de desvivir por ello, no podrían, los hechizos que lance una matriarca son generacionales. Mientras una gota de sangre Lovelace siga en esta tierra, esos hechizos seguirán allí.

Un claro ejemplo es este castillo, sus terrenos siguen custodiados por cuervos. Mismas aves que usan magia, tanto para transformarse en humanos como para seguir viviendo en este mundo.

Magnus es parte del hechizo del terreno de la familia, ya que si por alguna causa ocurría una desgracia como la que ocurrió hace años, los hechizos serian ligados a un familiar o dos… creo que ya deducen quien es el otro familiar.

Pensé que me había quedado sola con mis pensamientos hasta que salgo de mi pequeño momento disociativo y allí estaba Walter.

—hola —sonreí apretando los labios y él sonrió igual, pero acerco su mano a la mía atrapándolas con tanta gentileza que me sorprendió.

—¿estás bien? —mire a todos lados y ya todos se habían ido de la pequeña habitación, incluso Cass.

—¿dije alguna cosa? —el me miro preocupado.

—no, lo digo por… —su mano fue a mi mejilla acariciándola con cuidado.

Pensé en tantas cosas que solo cuando sentí sus labios en mi frente me di cuenta que tal vez se refería al hecho de que me desperté y no he querido sentarme o “relajarme”.

Solté otro suspiro dejando mi cara en el pecho de Walter, parecía una gran almohada. Con más confianza ahora que estamos solos rodeo mis brazos en su cintura, todo el parece una estatua griega, tan perfecto que me parece poco creíble que este conmigo solo por “amor”.

—¿Qué crees que estas tocando? —me pregunto con un tono de diversión en sus palabras mientras sus manos acarician mi cabello en el pequeño nido de pájaros que es mi coleta en el cabello.

Me reí entre dientes mientras apretaba la zona suave en su espalda, su lindo trasero.

—nada. —intente sonar inocente mientras doy un apretón en ambas nalgas.

Por un momento me recordó a mi yo del pasado y no pude evitar reírme; más cuando él me alejo y me miro con sus mejillas sonrojadas. Yo intente sonreír, pero la palabra culpable y pervertida están escritas en toda mi cara.

—eso no te librara de contarme como te estas sintiendo ¿sabes que yo tambien puedo sentirlo? —eso me borro la sonrisa de golpe y con los ojos muy abiertos miro directamente a sus ojos.

—¿Cómo? —el soltó un suspiro y apoyo ese lindo trasero sobre la mesa, volviendo a tomar mi mano, dejando un beso sobre ella.

—Megara, Evie… como quieras que te llame. en serio quiero ayudarte, eres mi pareja ahora —se inclinó lo suficiente para pegar su frente a la mía, una pequeña corriente endulzo mi cerebro haciéndome soltar un suspiro.

Esa ansiedad que sentía cada vez que mis poderes querían salirse de control se desvaneció al igual que la comezón en mis manos, todo fue como…

Una risita resonó en mi mente, casi como el eco de algo siniestro acercándose.

—¿pasa algo? —nos alejamos bastante rápido, estaba por hablar, pero Cass irrumpiendo rápidamente nos hizo girar la cabeza en su dirección.

—Mi señorita, lamento interrumpir, pero tienen que venir a ver esto. —y así como entro volvió a salir, pero antes de irse escuche el aleteo de sus alas y su graznido.




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