Capitulo 52

—AA--AAH!! —me desperté gritando todo lo que pude, sintiendo el calor de los brazos de Walter, quien es el único con tanta masa muscular que podría acercarse así a mí.

Llore tanto y tanto, siento el ultimo gramo de dolor que esa pobre niña sintió como si fuera mío propio. No puedo controlarme y Walter no hace más que estar allí, no he abierto del todo los ojos por las lágrimas, pero sé que estoy sola con el aquí. Él dice algunas palabras que apenas logro entender mientras me apretá en su pecho, entonces me doy cuenta que no solo estoy llorando sin control, sino que tambien estoy temblando, no sé si de miedo, rabia o ambas.

¿Cómo pudo?

No solo estuvo con ellos, tambien mato a su propia sangre para ¿Qué? ¿con que fin asesinas a todo un linaje?

¿poder? Este hombre asesino a su propia madre o por lo menos ayudo con ello y no solo eso, asesino a su esposa y casi a Evie, aunque sabemos que ella si murió esa noche en realidad.

No soy solo un sustituto, tengo que vengar a esta pobre pequeña.

Esta es mi vida ahora. Este dolor. Este odio. Este mundo ahora es mío.

no sé cuánto tiempo paso, pero poco a poco deje de sentir los brazos de Wally tan apretado a mi alrededor, ellos seguían allí, pero ahora me sostenían gentilmente. Me dejo recostada de nuevo en la cama mientras limpiaba mis lágrimas con sus pulgares.

—ya… ya lo recordé… —musité apenas con la voz tan cordata, dolía más por dentro, estaba quemándome.

—tranquila… todo saldrá bien. —susurro sobre mis cabellos dejando un beso allí.

—no… no… —comencé a negar tantas veces y él se alejó, mientras me frotaba los ojos como si ellos tuvieran la culpa de algo, cuando los volví a abrir, sus ojos cafés estaban mirándome directamente, había tanto dolor y entonces recordé. Él tambien puede sentirlo.

—Evie… Evie, escuchame —me tomo de las mejillas y estando tan cerca podía sentir su respiración caer mí. —todo… todo lo haremos juntos ¿ok? Tu padre pagara por lo que hizo hoy. —con esas palabras gire mi rostro hacia la ventana percatándome que apenas comenzaba ocultarse el sol.

Lo tome de las mejillas sintiendo la barba bajo mi tacto.

—gracias por estar conmigo —él pareció no entenderme, por la manera en que sus cejas se fruncieron, pero acabe dándole un beso en la punta de la nariz.

Se quedó allí como esperando a alguna otra cosa o tal vez analizándome, el caso es que se quedó allí mirándome directamente a los ojos y comencé a incomodarme, hasta que sonrió y beso mis labios.

—¿tienes hambre? —apenas se alejó de mí, una ola de aire fresco me pego directamente en la cara a lo que solo respiré hondo sentándome en la cama de nuevo intentando estar cerca de Wally a lo que él se alejó disimuladamente y yo volví a acercarme.

—sip, pero… ¿Cómo están todos? —lo tome del brazo dejando caer mi mejilla allí, su camisa estaba algo abierta, pero esta no se le pega al cuerpo como las demás y me deja ver un poco.

—todos estaban preocupados por ti —acaricio mi cabello haciéndome casi ronronear.

Mis sentimientos están calmándose dentro de mi bastante rápido, tal vez es porque Walter está a mi lado. Asentí lentamente tomando su mano para mirar su marca, la cual tambien desapareció.

Jugueteo un momento con ella bajo la atenta mirada de Walter, solo sigo las líneas en su mano como si fuera alguna clase de mapa imaginario en mi cabeza.

—¿estás leyendo mi fortuna? —dejo escapar una leve risa negando.

—no, aun no sé cómo leer la mano, pero…—me quede callada escuchando muy dentro de mí de nuevo ese vago recuerdo, Evie escucho la voz desde los cielos de alguien.

—¿pero? —la pregunta de Walter se quedó allí en el aire mientras mi mente ahora analizaba lentamente los pequeños detalles.

La casa se estaba quemando y Cass fue quien la saco, segundo: no todos podían usar magia, solo los de mayor rango, tercero: la anciana hizo algo… y cuarto y último ¿Qué fue esa voz en el cielo? ¿la diosa intervino esa vez? Es lo más probable.

—Cariño ¿en qué piensas? —agito su mano frente a mí y entonces fue que pestañee.

—acabo… acabo de recordar… todo lo que pasó la noche del accidente —él me miro sorprendido, acomodándose en la cama.

—¿lo recordaste? Pero… no lo había- —coloque mi mano en su boca.

—esa noche morí, mi cerebro se reinició y no recuerdo más que despertarme y caminar a la ciudad… —el pareció aún más sorprendido. Nadie sabe que paso exactamente esa noche.

Entonces quito mi mano con cuidado de su boca. Parecía preocupado.

—Evie…

—la anciana… ella me hizo recitar un encantamiento… ¡vamos! —me levanté de la cama y lo comencé a jalonear para que se levantara, pero entonces la puerta se abrió.

—se llama transferencia —ambos nos quedamos atónitos al ver a Cass allí parado muy tranquilo, quise sentarme, pero Walter comenzó a gruñir, así que toco usarlo de asiento y hacer que sus manos me rodearan la cintura.

—¿Qué transferencia? —pregunte inocente sintiendo como algo extraño comenzaba a hacerse incomodo en mi trasero.