—wow. Wooow. Calma —me estaban sosteniendo de los hombros cuando me desperté de golpe, mirando alrededor de la habitación como una loca.
—¿dó-dónde estoy? —pregunte aun sin creer lo que mis ojos veían.
—estas… en casa… solo te quedaste dormida ¿recuerdas? No podías dormir porque Walter se había ido —mientras Cass explicaba parado desde la entrada de la habitación yo solo podía respirar hondo y calmar los latidos de mi corazón.
Apenas podía parpadear, todo me daba vueltas y las imágenes seguían allí marcadas bajo mis parpados, no se quieren ir.
—¿Evie…? —apreté con fuerza la mano de Walter y dejé caer mi cabeza en su hombro mientras él me abrazaba.
—les daré tiempo —fue todo lo que Cass dijo para luego salir de la habitación dejándonos solos.
Walter no hizo preguntas y solo se quedó allí apretándome sin quererme soltar mientras los minutos pasan tan lentamente como el reloj sobre la mesa de noche, torturándome.
—viste a…—sabía que iba a preguntar por la pequeña Evie, así que asentí sin querer dejar de abrazarlo.
—sí y… no entiendo lo que vi. —el soltó un suspiro, sentí sus labios en mis cabellos.
No sé cuánto tiempo pasamos así, pero Magnus entro mientras al lado estaba Cass sosteniendo el pomo de la puerta.
—trajimos algo para que comiera, Mi señora —mire la bandeja en sus manos y sonreí, entonces me digne a mirar de nuevo ese estúpido reloj notando que ya eran más de la una de la tarde, solté un suspiro acomodándome en la cama mientras Walter tomaba la bandeja y la colocaba sobre mis piernas.
Cuando levante la vista, todos me estaban mirando.
—emm… gracias…—sonreí a medias y con cierta incomodidad tome la cuchara e intente comer, los escuche soltar un suspiro al verme comer, no esperaba que estuvieran tan preocupados, pero creo que no dormir en tres días y comer poco si afectan.
Debo recordar que estoy casi el centro de ellos o al menos el “tótem” que necesitan para ganar esta guerra.
Walter me recogió un poco el cabello para que no entrara en la sopa, no sabía que una sopa podía acabarse tan rápido.
—iré por mas —Magnus tomo la bandeja de las manos de Walter y se marchó, dejándonos solos de nuevo.
—es bueno que comas mucho —quise replicar con algún comentario sus palabras, pero me quede completamente quieta cuando su dedo pulgar paso por la comisura de mis labios.
—gra…gracias… —susurre viendo una media sonrisa en sus labios.
—no vuelvas a hacerlo —sus ojos cafés me miraron tristes, lo que menos quiero es preocupar más a estas personas, espero no volver a desmayarme de nuevo.
—si no vuelves a huir —dije de forma seria y el beso mi frente y luego tomo mi mano.
—no lo volveré a hacer —no deje de mirar a sus ojos y por un momento estos se volvieron amarillos, igual que los de su lobo.
—bien… entonces… tomare una ducha antes que Magnus regrese —estaba por levantarme de la cama cuando los brazos de Walter me detuvieron. —¿eh? —mire detrás de mi viendo las manos de Walter en mi cintura volviendo a dejarme a su lado.
—no iras sola —lo mire confundida a lo que él se levantó y me cargo sacándome de la cama en sus brazos como si yo no pesara nada.
—es-espera… esta vez quiero —me detuvo en seco mis palabras sujetándome con una sola mano mientras con la otra abría la puerta de la habitación.
—la última vez que paso la tina exploto, no voy a arriesgarme —quise defenderme, pero tenía razón, solo estaba relajándome cuando simplemente la tina “exploto”, según ellos me había muerto o algo por el estilo pues la tina tenía el agua de color purpura brillante y yo estaba sumergida hasta el fondo.
No me quedo de otra que dejar que él me llevara al baño.
—no, espera. Yo puedo desvestirme. —grite cuando sus manos comenzaron a tocarme como si fuera la cosa más natural del mundo.
—está bien. —se quedó mirándome esperando a que me quitara la camisa de SU pijama. Le di la espalda y me quité la camisa para darme la vuelta aun cubierta, sus ojos seguían allí, mirándome con demasiada atención.
¿al menos pestañeo? No lo sé.
—deja de mirarme así —me queje lanzándole la prenda a la cara, este se la dejo un momento antes de quitarse de la cara.
—tu deja de sentir vergüenza, ya he visto tu cuerpo —se quejó con la mirada en mis pechos, me los cubrí intentando que su mirada dejara de molestarme.
Es cierto, lo he visto como dios lo trajo al mundo, pero… por alguna extraña razón me siento demasiado expuesta; así que con enojo me quito el resto de la ropa y entro a la ducha abriendo la llave y dejando que el agua fría me caiga de lleno, contuve un chillido por lo fría que estaba el agua así que poco a poco voy graduándola hasta que deja de estarlo, no está caliente, pero tampoco está fría y aun así siento un calor a mis espaldas.
Me doy la vuelta abriendo mis ojos solo para ver a Walter sin ropa allí parado con apenas unas gotas de agua en su cuerpo, bajo la mirada lentamente solo para encontrarme con la vista de su amigo bastante despierto, levanto la mirada rápido sintiendo un poco de vergüenza pues en comparación con la visión de Cass, el de Walter es unos grandes centímetros más largo. ¿se debe a su complexión? No puedo pensar en algo más cuando la voz de mi “esposo” me saca de allí.
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Editado: 18.11.2024