Encontrando...amor?

Capitulo 62

—es un no rotundo. —sentencio Cass con los brazos cruzados, rodé los ojos ¿Por qué no me sorprende?

—Cass. —le llame la atención, pero este solo asentado su ceño fruncido.

—Incluso tu abuela se mantenía al margen de esas pirañas. Cuando ella… —lo vi contenerse mordiéndose el labio inferior. —cuando ella se sacrificó, ninguno de ellos quiso ayudar. ¿crees que lo harán ahora? —sé que su preocupación es válida, nos ha dado ya un sermón de lo que son ese gran consejo e incluso nos confirmó la existencia del vampiro al cual Henry nos dijo que buscáramos para pedirle ayuda.

—quemare este lado del mapa si es necesario —sonrió leve uniendo mis manos sobre la mesa con calma. Ese siempre fue mi plan inicial, sin importarme quien estuviera en medio, los quemaría a todos. Cass solo rodo los ojos dando un fuerte golpe en la mesa.

—no solo los brujos y hechiceros se reúnen allí, los vampiros, lobos y demás lo hacen, nunca creí que necesitáramos una intervención tan grande —Cass volteo su rostro hacia donde estaba Walter, mi lindo esposo al menos me está apoyando en mi locura.

—además ¿quién nos asegura que esas personas saben lo que paso realmente ese día? Puede que ignoren todo gracias a Glen —lo vi dudar ante mis palabras, puede que sean unos seres despreciables, pero no podemos descartarlos o ponerlos en nuestra lista de personas no bienvenidas ¿si me doy a entender?

—eso es muy oscuro. —dijo Lucien frotándose los brazos como si tuviera frio.

—mientras más maliciosamente podamos pensar, es mejor para nosotros. —ese tipo de pensamientos me ha ayudado a lo largo de varias vidas, siempre es “piensa mal y acertaras” y funciona bien como un mantra.

Estas personas han sido muy cuidadosas y se han unido para destruir a una familia solo por uno de sus sucesores.

—My Lady tiene razón, no hay documentos que digan algo sobre el consejo con el caso de Nemira. —todos guardaron silencio.

El caso de Nemira parecía algo que quisieron esconder de absolutamente todos, haciéndola quedar como un cuento de hadas más allá de lo que realmente es, una historia de amor que acabo mal por las familias de ambos. La mano cálida de Walter esta sobre mi muslo intentando darme consuelo.

—eso es una razón más para hablar con ellos. —Cass tenía esa expresión de no querer ceder ante nada —¿a quién podemos mandar? ¿Cass? —lo escuche gruñir enterrando las garras en la mesa.

no voy a ir —replico en mi mente tan fuerte que me mareo.

no te pido que vayas tú, pero no vamos a mandar a alguien al matadero sin que pueda defenderse. —obviamente no mandare a nuestro más inestable pajarraco con esos ancianos, pero no podemos nadar a nadie en quien no confiemos en su lealtad.

¿Qué planeas Elena? —me miro a los ojos sin pestañear, Walter vio esa mirada y supo que estábamos hablando por telepatía. Los otros chicos solo lo miraban a él y luego a mí.

necesitamos un representante y que ese mismo representante busque al vampiro. —le recalco esperando que al menos se le ocurra a quien podríamos mandar.

¿quieres un espía? —ladeo la cabeza igual que un ave.

¿así no se movió Glen? —imite su gesto y solo puso los ojos en blanco para luego quitar sus garras de la mesa.

necesitamos saber más de lo que está afuera, esto es un problema más grande si lo miramos desde otro punto de vista —se quedó en silencio un momento.

—está bien, creo saber a quién podemos enviar —dijo entre dientes a lo que sonreí a boca cerrada.

—saben, no deberían excluirnos. —se quejó Lucien con demasiado drama para mi gusto.

—lo siento, no dije nada del otro mundo, solo le recalco que no es a él a quien mandaremos, pero si alguien de nuestro lado que pueda hacer más de un trabajo —a cada momento señale a Cass y este parecía que me iba a picotear la cabeza.

—¿Cómo si fuera un asesino? —exclamo Magnus con horror a lo que negué varias veces.

—no matara a nadie, pero si tiene que saberse cuidar las espaldas —ellos asintieron más calmados y Cass simplemente ya había desaparecido.

—anda de muy mal humor. —se quejó Walter observando el lugar por donde se había ido el pajarraco.

—creo que él no sabía que había sido Glen quien le dio el toque de gracia a la anciana Lovelace. —pase mis dedos pos mis cienes para meter todos mis dedos en mi cabello intentando masajear mi cabeza.

Esto es demasiado.

Él aquella noche quería que yo supiera no solo sus sospechas sobre Glen, tambien quería que mirara el rostro de mi padre. Ahora confirmarlo gracias a Henry, creo que lo destrozo por completo.




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