Encontrando...amor?

Capitulo 68

—no… no… yo solo quiero restaurar la familia y ya —Isabel me miro con una sonrisa.

—¿no sabes lo que hiciste? Quemaste literalmente un collar con un hechizo tan fuerte que no cualquiera podría. —intente rascar mi nuca paseándome de un lado a otro mientras ellos permanecían sentados.

Luego de ese emotivo encuentro Henry procedió a explicarle brevemente la situación que lo llevo a venderse para obtener esos anillos diurnos y peor aún la traición de su novia, la situación de Dylan que es aún más crítica, pues él no creía que nuestro padre haría algo tan horrible como matar a la mujer que amaba, cuando le explique que vi como mato a mi propia madre parecía que comenzaba a comprender todo, no era la primera mujer que mi padre asesinaba a sangre fría.

Ahora el tema central, mi derroche de poderes en un momento de absoluta locura y violencia.

—pensé que me matarías, pero… me liberaste —explico con calma de nuevo acariciando la prenda en su muñeca.

—sentí que eso merecías, a pesar de lo que te hicieron hacer —vi los ojos de Isabel mirarme con atención.

—pequeña… creo que no sabes lo que hiciste ¿cierto? —la mire sin comprender.

—¿no le has explicado? —Isabel miro a Cass casi como si lo fuera a regañar, este solo se cruzó de brazos apoyándose en la pared.

—tenía cinco años cuando paso todo esto, apenas manifestaba sus poderes, Lace no me explico muchas cosas, siempre mantenía el drama —la mueca en su rostro me dice que ni el mismo parece medir el alcance de mis poderes.

—sigues siendo un idiota por lo visto.

—ok, ok, calma, explicame exactamente lo que crees que es mi alcance —dije con calma sentándome, Isabel solo asintió y tomo una honda respiración.

—como sabes, no solo soy activista, antes era algo más como una Arqueóloga, buscaba libros más viejos que el tiempo mismo, escaneando a las primeras brujas, solo por diversión, pero lo que tienen esta clase de libros es…la misma profecía —la lentitud con la que lo dijo me hizo entender que esto es lo que más necesito escuchar.

—¿Trabajabas para brujas? —pregunte un poco confundida.

—salía con ellos —respondió con recelo Cass, como si esas palabras deberían tener algo más oculto.

—no me culpes, me enamore de Grim por lo inteligente y problemático que podía ser para otros brujos —la sonrisa sensual en sus labios me dijo que estaba recordando a esa persona.

—ok… ammm…

—Grim fue el primer Lovelace que conocí, no estuve tan estrechamente comprometida con tu familia hasta que llegué a conocer a tu abuela. —asentí con lentitud. —bien, aclarado ese punto —sus ojos fueron a Cass. —Con Grim, tu familiar de linaje sanguíneo, tenía un cierto don que, según él, no deseaba que ninguno de sus familiares tuviera, pero era más que obvio que necesitaba un hechizo para que no llegara a pasar, lo vi casi volverse loco por esa profecía.

—¿Cómo? ¿Cuál profecía? —Mire a Cass y este puso los ojos en blanco.

—Grim creía que los dones de los Lovelace debían seguir dentro de la familia ya que estos eran más peligros en los hombres por su mal temperamento. —la seriedad con la que Isabel hablaba parecía que algo extraño se iba a desatar.

—son solo historias… —dijo Cass.

—creo que no soy la única que debe escuchar esto. —y con esas palabras Cass emitio un silbido que casi me deja sorda, ante este acto Isabel me quedo mirando extrañada.

A los treinta minutos llegaron el resto de los chicos Lovelace que quedábamos, solo había algunos hombres, pero en su mayoría somos siete mujeres y cinco hombres. Isabel se quedó sorprendida.

—como te explique… los vampiros que usaban hicieron que el linaje se redujera a esto —todos se mantenían serios mirando a Isabel y a Henry.

—chicos, los mande a llamar porque al menos siento que esto nos concierne a todos los que quedamos —todos asintieron levemente. —sobre lo que era o fue los Lovelace ¿bien? Isabel Bremoux vino a ayudarnos—todos volvieron a asentir.

—bien chicos, como le decía a su joven anciana, tengo la suficiente edad para decirles que conocí a su familiar, Grim Lovelace —Isabel parecía una celebridad en una entrevista de chismes, era su momento de brillar.

—¿el gran brujo? ¿Grim el grande? —dijo uno de los chicos con asombro ganándose la mirada de todos.

—sip, ese mismo, nunca le gusto ese nombre, pero fui yo quien insistió que eso era más imponente —manoteo con su mano en el aire. —en fin. no sé donde habrá quedado ese libro pues Grim se obsesiono demasiado con lo que leyó en ese maldito grimorio y lo que los volvió lo que son y lo que serán. —sus ojos se fijaron en mí. —jamás pensé que tendría que darle la razón a un muerto, menos a dos.

—¿a dos? —pregunte aun sabiendo que la respuesta seria, Lace y Grim.

—tu abuela tambien se obsesiono contigo, Evie, ella sabía que tu serias la elegida —las palabras seguían resonando en mi mente, sé que lo soy… dime algo que no sepa.

—¿Qué profecía? —pregunto Lisa.

—¿la noche del silencio? —pregunto John con dudas y en sus ojos un brillo que me dejo un poco perturbada ¿Qué noche del silencio? ¿porque tengo escalofríos?




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