Encontrando...amor?

Capitulo 72

—¿en serio? ¿pelearse como niños? —estoy más que enojada con esos dos, Cass huyo apenas, pero deja que regrese, lo desplumare.

—lo siento, creo que nos dejamos llevar un poco —la escuche gritar desde dentro del baño; yo en cambio estoy como un león enjaulado caminando de un lado al otro.

Wally se quedó con nuestro consejo allá debajo y los visitantes. Se veían sorprendidos de que yo fuera la “anciana” de la que tanto hablaban las “evidencias”. Creo que me confundieron con una simple sirvienta, y no es para menos, baje corriendo apenas escuche las explosiones y la energía extraña que emanaba Cass me hizo creer que estábamos bajo ataque, no lo perdonare.

—¿un poco? Casi hacen pensar a esos señores que somos unos… unos … aarg! Voy a desplumar a Cass —me despeine todo el cabello mientras camino de nuevo a la mesa donde esta aun un trozo de pan con mermelada, no he estado comiendo nada tan pesado y es preocupante si es que estoy… ay no, ni quiero pensarlo.

La puerta del baño se abrió de repente y uff…soy mujer, soy hetero, soy mujer, soy hetero. Me repito una y otra vez en mi mente desviando la mirada, Isabel esta apenas con una toalla cubriéndole lo necesario, su piel es pálida, obvio, es un vampiro, pero es… de alguna manera se ve mejor que mi tez pálida.

—bueno, tienes que entender, Cass no parece muy bien con mi presencia aquí. —asiento levemente aun con la boca llena.

—si bueno, tiene que controlarse, no vivirás el resto de la vida aquí, solo vienes a ayudar. —la vi quedarse callada sonreírme. —¿Qué? —ella negó quitándose la toalla y yo me doy la espalda de manera casual tomando algunas uvas quitándoles la semilla.

—eres una caja llena de sorpresas, Evie, aunque veo que, a pesar de tenerme aquí, no confías en mí. —la mire sin entender. —el campo de fuerza, soy un vampiro que ha tratado con magia, puedo oler esas cosas —intente olfatear yo por mi cuenta y nada, yo no he levantado ningún hechizo de protección. Ella al ver mi confusión se queda quieta, ella en ropa interior se acerca y examinando mi mirada.

—¿no lo sabes? —niego levemente pegando mi trasero al escritorio detrás de mí, ella entonces se aleja y toma la blusa poniéndosela con rapidez. —dejame preguntarte algo. —la veo acomodarse y ponerse los pantalones, no quiero que se siente en la cama, pero es tarde, ella está en la orilla de la cama desordenada, creo que noto mi incomodidad y mira solo de reojo la cama. —oh, tranquila, omitiré que huelo que en esta cama hubo mucha actividad. —¿soy yo o hace calor?

—no, solo… dormí hasta tarde. —ella me sonrió, una sonrisa cómplice.

—sí, bueno. ¿has curado a otras personas desde que despertaste tu don? —la pregunta me toma un poco desprevenida, no tengo que pensarlo mucho, pero ¿algo cambio? Ella se veía mal cuando la toque y mis manos hormiguearon después.

—bueno … si —entrecerré los ojos ¿A dónde quiere llegar?

—lo que sospechaba —se acomodó mejor en la cama. —a ver, dime una cosa ¿Qué recuerdas de niña? —intente hacer memoria, pero los recuerdos se me escurren entre los dedos —¿recuerdas la ceremonia del espejo? —ese nombre me dejo bastante confundida.

—¿la que? —levante una ceja y ella se rio.

—todos los años creo que le cambian el nombre, pero es una ceremonia donde reúnen a los niños de la familia para saber que dones tiene, todos los clanes deben traer a sus hijos y usan el sello de la familia Lovelace para saber qué tan fuerte es el don del niño. —luego de su explicación es que caigo en cuenta de lo que había visto, veo mi dorso de la mano por instinto. —a algunos niños les arde, por el temor que les genera.—explico con calma colocándose sus tacones. ¿como puede usar tacones?

—puede encenderse la mano —dije mirando mi propia mano donde una vez estuvo esa marca.

—si, es lo normal, lo que no es normal es que arda —yo asentí con calma ante sus palabras recordando a ese pequeño niño. —a algunos les quema, significa que su magia no esta al nivel de su casa pero tambien se debe a…—ella pareció pensarse su respuesta.

—¿a que?—pregunte insistiendo, sintiendo de nuevo la ansiedad subir a mi estómago.

—hace mucho tiempo hubo un caso similar, el niño le ardio tanto la mano que fue una quemadura permanente —me quedé asombrada al saberlo.

—¿Por qué? —frunci el ceño.

—era un niño casi vacío, esta clase de niños hay en todos lados, son… —rodo sus bonitos ojos como si fuera algo obvio —ladrones de poderes, pelean con otros brujos o hechiceros y les roban su magia —la imagen de ese niño y su versión adulta me asusto.

—¿hubo uno en la ceremonia? —yo asentí con cautela.

—si…

—no suelen vivir mucho esa clase de niños, su magia o su manejo de ella es mediocre y si roban magia esta no dura tanto, son como baterías. —no la mire, pero se exactamente quién es ese hijo de perra.

—¿pueden robarle a la propia familia? —ella frunció el ceño.

—por eso se creó el sello. No puedes atacar con magia a alguien que pertenezca al clan o podría matarte. —mis ojos casi se me salen por la sorpresa.

—hijo de …—susurre apretando mi puño, controlando mis flamas.

—y ahora… me explicas ¿porque la barrera? —volvi a mirarla confundida.




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