Encontrando...amor?

Capitulo 75

—pues ya descartamos un embarazo mágico, así que… debe ir a una clínica —miré a todos con horror, habían hecho una especie de ritual donde podían ver si él bebe estaba bien o si mi salud estaba bien, en todo momento no solté la mano de Walter, aterrada por ver tantas caras asombradas y preocupadas.

Wally beso el dorso de mi mano mientras estoy a punto de querer abrazarlo con fuerza para que no vuelvan a ponerme en una mesa de madera estilo película de terror donde sacrifican personas, no, no y no.

—debemos llevarla al hospital para un chequeo —Mire de nuevo a Walter a los ojos buscando consuelo y allí estaban esos ojos de cachorro calmando mi ansiedad y transmitiendo calor; me cargo y se mantuvo firme mirando a todos.

—mi mujer y mi cachorro no saldrán de aquí hasta que ustedes aclaren que fue lo que sucedió allá afuera y traigan a Cass —fue todas las ordenes que dio antes de darse la vuelta conmigo y llevarme lejos del mar de susurros, mire su expresión dura mientras caminaba hacia nuestra habitación, todo su cuerpo estaba tenso y no porque yo pesara, él podía levantarme con una sola mano si quería.

Pero lo escuche. Él dijo que podía escuchar al bebé que tengo dentro, justo como yo lo hice en ese momento. Mi cabello sigue blanco y a diferencia de otros cabellos blancos decolorados o por vejez el mío sigue manteniendo el mismo brillo que cuando lo tenía negro; la ansiedad sube por mi garganta y esta vez no quiero vomitar solo me hace sentir que una ola más grande esta por caerme encima.

Wally me dejo sobre la cama con cuidado acomodando las almohadas en mi espalda, se sentó a mi lado y esa expresión de rigidez se fue, tomo los mechones de cabello en mi rostro colocando detrás de la oreja, iba a decir algo, pero él se adelantó.

—¿Cómo te sientes? —esa pregunta me la fue repitiendo desde que había dejado de llover, acaricio mi mejilla como si yo me fuera a romper en cualquier momento.

—me siento bien —apenas me salió un susurro, tome su mano que seguía en mi rostro y deje un beso sobre su palma frotando mi mejilla luego en ella.

Sus manos se sienten calientes y por alguna razón siento frio de nuevo y me gusta su calor, no es como otras temperaturas que mientras más calor tiene el cuerpo el tuyo propio genera calor y ya quieres alejarlo, el mío parece no acoplarse y necesitar su toque cada vez más, pensé que habíamos pasado esta fase ya, ahora tengo que asumir que tal vez, solo tal vez el bebé tiene la culpa de este cambio sutil pero fuerte en mí.

—Evie…quiero que sepas que…—antes de que terminara de decir algo, las ventanas de la habitación se abrieron de golpe y Cass apenas dio unos pasos cuando se transformó en humano, su rostro comenzó a buscar algo por la habitación hasta que sus ojos negros cayeron en mí, la expresión de asombro es grande en su cara, se acercó rápidamente y sé que está mirando con tanto horror, mi cabello.

—es blanco —dijo casi para si como si no se lo pudiera creer.

—vaya Sherlock…que bueno que lo dedujiste —el solo dejo escapar el aire con una sonrisa en los labios, se alejó de nosotros y parecía extrañamente feliz.

—lo sabía… lo sabía —dio un salto de alegría y la mirada de incredulidad mientras sonreía parecía que yo era la que estaba perdida, pero mire a Wally y él tampoco estaba entendiendo.

—¿Qué estás diciendo? —fruncí el ceño ya queriendo explotar.

—¿Dónde está Isabel? —estaba caminando como si Isabel estuviera escondida en alguna parte de la habitación, ya no se veía enojado con ella cuando la menciono como otras veces.

—eso es otra cosa que no te voy a perdonar, te peleaste, casi la matas! —grite apuntándolo con mi dedo índice en regaño me levante de la cama.

—sí, eso es pasado, ya me calmé. —le di una cachetada con el puño cerrado y el apenas movió su cara a un lado, cuando volvió a mirarme sus ojos negros estaban asombrados.

—mira imbécil, ¿sabes que le causaste hemorragias internas? No me importa si perdiste el amor de la abuela por Isabel en aquel momento, superalo, porque si vuelve a pasar voy a encontrar la manera de volverte un pájaro y te cocinare —la habitación se quedó en silencio mientras Cass se sujetaba la mejilla. —¿entendido? —él solo asintió con firmeza y vi que sus ojos miraban sobre mi cabeza, me volteé y solo vi a Walter intentando contener la risa.

—bien, ahora, ¿Qué es lo que sabias? —pregunte aun con firmeza a pesar de que la mano comenzaba a arderme. Cass tiene un rostro bastante duro.

Antes de que respondiera unos leves golpes en la puerta me desesperaron y di un par de pasos dispuesta a gritar unas cuantas cosas, pero allí estaba Isabel, quien al verme se quedó mirando mi cabello y luego a Walter y a Cass.

—sabía que no había alucinado escuchar tu voz —ella entro rápido y cerró la puerta, Cass volvió a sonreír como loco.

—te lo concedo, tienes razón —dijo de repente haciendo que ambas lo miráramos incrédulo.

—¿Qué le crees? —pregunto esta vez Walter.

—las profecías. —respondió simple mirando a Isabel. —Ahora entiendo las palabras de Lace.

—¿Qué te paso en la cara? —ella señalo su propio rostro, él se quitó la mano de la cara para luego volver a cubrirse el sonrojo que tenía en la mejilla cerca de la comisura derecha de su labio.

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