Capitulo 79

—¿Por qué Lace guardaría eso allí? —Cass se pareaba de un lado al otro, pero no le había respondido a Isabel, no hasta que esta lo tomo por el brazo. —¿Qué no nos estas diciendo? —él se soltó con fuerza.

—le dije que era mejor si solo ella lo sabía, dijo que solo hasta ahora había entendido de que se trataba el libro, dijo que era más peligros de lo que sus antepasados podían medir —todos se miraron unos segundos hasta que Walter con enojo volvió a tomar a Cass de la chaqueta.

—¿Dónde. Esta. Mi. Esposa? —gruño.

—voy a buscarla —se sacudió la mano de Walter y emitió un silbido que hizo graznar a los demás cuervos y casi a los segundos después de eso muchos cuervos llegaron sobrevolando justo donde frente a Cass para luego comenzar a cubrirlo.

—iré contigo. —Walter intento acercarse y un cuervo le paso muy cerca de su cara.

—no! —lo detuvo apenas moviendo la mano para inmovilizarlo. —yo iré, traerá a Evie a salvo —Walter se notaba que forcejeaba con la fuerza invisible que lo sostenía.

—¡Cass! —grito en protesta mientras seguía forcejeando y los cuervos comenzaron a volar tan rápido en forma de circulo hasta que este se transformó en un círculo negro y el centro de un negro petróleo que asombro a Walter.

—calmate muchacho, solo él puede traerla, tu morirías al instante, no es un lugar para ti —intento explicar rápidamente Isabel sujetando del brazo a Walter.

Cass entro lentamente dentro del portan negro hasta que este desapareció dejando solo plumas dispersas en el aire, Walter con impotencia cayó al suelo, sintiendo que su pecho se llenaba de angustia, una angustia compartida.

Del otro lado Cass apenas dio un paso para salir del portan mientras este lo soltaba con pesadez; la oscuridad lo recibió hasta que sus ojos se adaptaron a la oscuridad, con cautela comenzó a caminar a pesar de no saber exactamente hacia dónde ir.

No era como sacar a Evie de un mal sueño como las veces anteriores que se desmayaba al punto de morir; Traer su conciencia teniendo de ancla su cuerpo era más fácil, ahora se sentía incompetente por no prever el lugar donde Lace, su gran amor, había ocultado el libro.

—¿Por qué aquí? —se dijo para sí mismo mientras intentaba mirar a su alrededor con su visión de cuervo.

Las memorias de cuando era más joven regresaron a él.

Lace había usado los conocimientos antiguos para darle vida propia a su mitad humana, no solo un cuerpo, uno con magia ilimitada.

Con cuidado dejo salir de su cuerpo un bastón largo el cual de un extremo comenzó a emitir una luz, igual que un farol. Necesitaba encontrar a Megara antes que alguien más de ese lugar la encontrara.

—Elena…dime que me escuchas —susurro en un pensamiento claro, el mensaje tardo en ser respondido.

—alto y claro —la seriedad y serenidad en sus palabras detuvo su andar.

—¿Qué sucede? Dime que no lo abriste —Cass puso los ojos en blanco pasando con frustración su mano libre por su cara.

—para eso lo necesitábamos, tenía que leerlo —le recordó Megara con tono serio, mientras pasaba página tras página, leyendo rápido.

—¿Qué es lo que dice? —Megara suspiro ante la pregunta llena de curiosidad del cuervo.

¿Cómo explicárselo? La mujer en cada oración que leía sentía un mal presentimiento.

—este libro no pertenece a este mundo —dijo con severidad siguiendo pasando cada página frágil y amarillenta.

—¿de qué hablas? —Cass volvió a retomar el paso esta vez mas rápido, incluso el suelo donde caminaba estaba oscuro.

—este libro… es de la biblioteca multiversal —el miedo y pánico ante esas palabras se apodero de él, haciendo que cada hueso y pluma de su cuerpo se congelara por segundos.

—¿Qué? ¿Cómo lo sabes? —pregunto con desespero mirando a todas partes, encontrando solo oscuridad.

—porque he visto las tapas de estos libros allí —Megara acaricio la página luego de terminarla de leer, no entendía como llego ese libro al mundo material, pero se veía que había sido hacia mucho, mucho tiempo.

—¿Qué? —el miedo siguió invadiendo a Cass, con su vasto conocimiento sobre el mundo espiritual ahora entendía porque ese libro era tan custodiado por Grim Lovelace,

—Evie me lo mostro, quiso que mirara uno en particular —ante ese recuerdo Megara solo frunció el ceño, las imágenes de mujeres similares a ella mirándola de regreso la hizo cerrar el pesado libro de golpe.

—¿Dónde estás? —Megara intento reírse, seguramente estaban cerca el uno del otro y por la oscuridad solo podían escucharse el uno al otro esta vez más alto que antes.

—no lo sé… todo es oscuro, pero mi flama morada sigue encendida. —siguió mirando su mano la cual la apoyaba de su rodilla, cansada de tanto estar en alto.

—no puedo verla —Cass dijo con leve desesperación, siguió caminando esta vez casi corriendo, podía pasar todo el día allí o tal vez ya había pasado demasiado tiempo.

—supongo que no, porque esto no ilumina más allá de mi cuerpo y las páginas —frunció los labios soltando un audible suspiro que para Cass fue un farol, el suspiro de Megara sonó como un eco.