Con incredulidad estábamos acercándonos a la casa, solo estábamos a un metro de esta cuando las puertas de cristal se abrieron, pensé que la vería allí parada, pero no, la casa parecía vaciá.
—¿ella nos llamó o fuiste tú? —cuestione caminando con lentitud, casi arrastrando a Cass, incluso podía sentir su sudor frio ¿Cómo? Mientras me lo pregunto nos adentramos a la mansión, las paredes son altas y el piso es tan blanco que no parece que estuviéramos pisando un suelo, los adornos e incluso las flores son hechas en cristal o granito blanco, incluso madera blanca, mucho más que cualquier árbol que haya visto, al llegar al centro de la habitación las escaleras a ambos lados del espacio no me sorprendieron, la sensación de que conozco este lugar es cada vez peor.
—sigue siendo mi deber, así que en parte —antes de que siguiera se escucharon unos pasos desde arriba.
Ambos dimos un paso atrás la voz se acercaba cada vez más, volví a dar un paso más adelante, esa voz…
Cuando la figura delgada albina apareció me quede sin aliento. Este si es la casa de la diosa de la luna y ella está bajando con tanta gracia que parece irreal.
—¡sabía que podías! —dijo con orgullo apenas llego hasta Evie agachándose y pellizcando su mejilla, parecía tan… tan…
Su rostro se elevó y nos observó a ambos.
—vaya, vaya, tú debes ser Cass —se levantó tan rápido y se acercó a Cass a mi lado, este la miraba con incredulidad.
—¿Por qué… por qué nos llamaste? —pregunte haciendo que me mirara, su rostro sonriente y sereno me miro con cariño, un cariño peligroso.
—bueno, como siempre, al grano —toco apenas mi mentón con sus dedos índice y pulgar desde abajo hacia arriba. —pude sentir mi libro. —no pude ocultar mi sorpresa, menos ante esos iris blancos mirándome directamente.
—bueno…estaba pensando en entregarlo —la vi mirarme a los ojos con sospecha, sus ojos miraban tan directamente los míos que ni siquiera puedo parpadear.
—¡eso es bueno! —su tono juguetón y contento regreso mientras se alejaba de mi al igual que su toque.
Parecía una princesa dramática y alegre, una versión retorcida la bruja buena del sur Glinda y Mirana la reina blanca, solo que esta da mucho más miedo.
—pero… su… majestad —al escuchar esas palabras la diosa se giró con gracia. —¿Cómo lo regresaremos? —Cass se auto evaluó. —no podemos cruzar los mundos, así como así. —ella lo escaneo con la mirada.
—tú lo traerás, puedes abrir ese portal tuyo y… traerlo hasta aquí. —lo vi intentar replicar, no entendía porque, pero con un solo movimiento de su mano Cass desapareció.
—oye… diosa, no puedes simplemente mandarlo. —
—es un buen chico, pero esta aterrado, eso es obvio —se miró las uñas, las cuales son largas, esas manos pálidas me hicieron volver a tener otro pequeño flash.
Me toqué la cabeza y sentí a Evie en mis piernas.
—¿te pasa algo? —mi corazón latía algo rápido, mi mente seguía teniendo un corto circuito donde imágenes rápidas iban y venían.
No podía entenderlas ni mucho menos prestarles atención.
—creo que debes descansar, no lo olvides, entregale el libro a Cass y podrás regresar. —intente mirarla y ella estaba allí con un semblante inocente, casi psicópata.
—no...no mientas Luna… no poder regresar al menos que termine —la vi sonreír e ignore el fuerte dolor en mi cabeza, cada vez más pesado.
—bueno, cierto, ya lo sabes, te ira mejor, tu tranquila —se me acerco de nuevo tocando mi frente y por alguna razón no quería que me tocara. —eres la mejor para este trabajo *** —escuche mi nombre de nuevo y algo se sentía incómodo.
—no es mi nombre —atiné a decir y vi terror en sus ojos.
Eso fue todo lo que mire antes de perderme en la blancura y la oscuridad.
No voces.
No imágenes.
Nada de dolor.
Ni siquiera pude soñar, solo desperté al otro día con los susurros fuertes y familiares de Wally y Cass, cuando abrí los ojos ellos me miraron por instinto.
—ya una no puede dormir hasta tarde —me queje estirándome bajo las sabanas sintiendo en mi vientre algo peculiar.
Cierto, estoy embarazada.
—¿estás bien? —Se sentó a mi lado en la cama mientras yo hacía lo mismo frotando mis ojos.
—sí, estoy bien ¿Qué paso? ¿Por qué pelean esta vez? —hubo silencio y apenas abrí mejor mis ojos ellos se intercambiaban miradas.
—¿recuerdas que…
—¿vista a la diosa de la luna? —pregunto apresurado Walter con los ojos muy abiertos.
—¿entonces no fue un sueño? —pregunte haciendo una mueca cuando ambos negaron, me volví a recostar.
—¿Qué paso? ¿Por qué los invito a su castillo? —solté un suspiro fuerte.
—el libro. Ella quiere el libro de regreso, pero ¿Cómo lo vamos a llevar, no conozco esa zona? —Cass parece asustado, pero no creo que este mas asustado que yo.
—yo sí, pero, dame chance sí. Solo recordarla me hace doler la cabeza. —algo en ella no está bien e incluso ella misma me lo confirmo con su mirada.
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Editado: 20.12.2024