Cuando salimos la tierra a nuestros pies comenzó a temblar haciendo que me tambalear mientras algunas rocas de las ruinas del castillo caían, Cass me sostuvo de la mano y cuando dejo de moverse la tierra corrimos hacia un pedazo de zona abierta completamente atónitos al mirar como la barrera poco a poco comenzaba a desvanecerse.
—¿Qué está pasando? ¿Quién nos ataca? —grité cuando vi un destello rojo elevarse en el cielo, ambos lo seguimos hasta que este exploto, era fuegos artificiales.
Rápidamente sentí un jaloneo en todo mi cuerpo.
—eso es una anti-magia —la cara de Cass se llenó de horror, se alejó de mí y se volvió un ave comenzando a graznar tan alto que todas las aves alrededor comenzaron a volar a su lado.
—¡es-esperame! —grite comenzando a correr apresurada, un leve dolor en mi vientre me hizo detenerme.
Ahora que recuerdo, estoy embarazada.
—hijo, hija, en serio debemos ir a proteger a estas personas, incluyendo a tu padre. —como si pudiera entenderme, comencé a caminar de nuevo esta vez apretando el paso sin correr y a mitad de camino un lobo se acercó a mí, yo en estado alerta solo lo mire, esos ojos amarillos me miraron y luego inclino su cabeza como si hiciera una reverencia.
Mis músculos se relajaron y deje que se acercara, solo hasta ese momento me doy cuenta que mis manos se habían iluminado en tono morado.
El lobo tenía una armadura extraña, que me hizo recordar al libro de la brújula dorada. Me subí a su lomo y me sostuve de su pelaje como pude, la armadura plateada cubría su cuerpo como una segunda piel, tenía unos adornos extraños, lo único que no tenía protegido son sus ojeras, no del todo, solo una parte.
Cuando llegamos a la casa veo a Walter, su lobo tambien tenía una armadura esta en vez de ser plateada tenia dorado con blanco, la parte del “casco” tenía forma de lobo incluyendo los colmillos estos hechos de algo parecido al diamante.
—ve a dentro, los brujos no pueden usar magia —
—no, no me ocultare, soy una de las
—tienes a nuestro cachorro, no voy a ceder —gruño haciéndome sentir pequeña. Una de las sirvientas de la casa me tomo de la mano.
—vamos My Lady —ella siguió jalando de mi mano hacia dentro de la casa. —los niños del pueblo están adentro, debemos protegerlos. —insistió esta vez llamando mi atención con esa información.
¿de qué nos perdimos?
Al entrar a la casa echo un vistazo al reloj, ya está saliendo el sol. ¿Cómo es posible? Tanto tiempo pasamos allí.
Corrimos hasta una puerta donde había otras sirvientes esperándonos, ellas solo me comenzaron a jalonear escaleras abajo, dentro del lugar parecía una segunda casa, todos estaba juntos y la mayoría de las mujeres tenían armas. Recorrí con la mirada todo el lugar, parece un bunker antinuclear.
—no, no puedo quedarme aquí… ¿Qué está pasando? —intente acercarme a la salida pero una de las mujeres me sostuvo de la mano, se veía su gran vientre abultado, ella esta embarazada.
—mi señora, los lobos, ellos junto a otros brujos están atacando —fruncí el ceño en confusión.
—¿Qué? no… eso —negué varias veces sin creerlo. ¿no estaban detenidos todos ya? Tal vez no pudieron llegar a ellos o ¿esa es su respuesta por los cargos que se imputaron? Mi mente está trabajando muy rápido.
—yo los vi llegar, venían con un ejército —me quedé con la boca abierta sin saber exactamente qué decir, solo vi las escaleras arriba y como algunas de las chicas que antes se la pasaban por los alrededores de las ruinas del castillo limpiando y acomodando ahora tenían armas en sus manos y sus rostros serenos.
He visto suficiente cuando fue Elena en mi otra vida, ellas no están preparadas, la manera de sostener los rifles es demasiado tensa, los niños detrás de mi están asustando mientras abrazan a sus madres o abuelas.
—si ellos llegan a la casa, no tendremos oportunidad. —dije con firmeza mientras le quitaba una de los rifles a las chicas, los abrí solo para ver que no habían cargado las armas. —dame las balas —ella con terror por el error de no revisar me entrego las balas con la cabeza baja, las chicas la regañaron en silencio, luego de que la cargue me la quede. —voy a salir, tengo que protegerlos a todos, eso incluye a quienes están afuera. —mi pecho sentí un tirón y por alguna razón, comencé a llorar, alguien había muerto.
Cuando bajé la mirada a mi rifle vi que este le habían aparecido unos símbolos extraños.
—mi…mi señora… —
—colocare una protección al bunker, no bajen la guardia —cuando vieron que las luces se tornaron en un tono lila todos parecían más tranquilos, subí las escaleras y solo una de ellas tenía una mirada de culpabilidad.
—ustedes son niñas… yo estaré bien —mire a la chica, ella sabía lo del bebé, ella no lo diría en público y cuando le sonreí ella se le escapo una lagrima. —estaré bien. —solté un suspiro y como lo había practicado con Lucien coloqué una barrera de protección.
Me coloque el rifle con el correaje que le colgaba y cerré la puerta, busque las armas y solo me decepcione, todas habían desaparecido, con pasos firmes me dirigí a la entrada de la puerta yendo a donde estaba el establo descubriendo que al menos Dylan y Henry no estaban allí, me fui directo al camino que llevaba al pueblo descubriendo pilares de humo a lo lejos, sostuve con fuerza el correaje del rifle.
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Editado: 20.12.2024