Encontrando...amor?

Capitulo 89

—¿podrías apresurarte? —Walter soltó un suspiro intentando mantener la calma, había tocado la puerta tres veces en lo que iba de hora, pero Evie se negaba a salir del baño. Unas manos pequeñas tiraron de su pantalón obligándolo a bajar la mirada solo para encontrar los grandes ojos verdes y cabello castaño.

—papi… no todo se soluciona con magia —afirmo con voz inocente mientras Walter abría los ojos con sorpresa e intentaba contener una risa involuntaria haciendo que del otro lado de la puerta un gemido de sorpresa e indignación salió de la boca de Evie quien abrió la puerta con rapidez haciendo que el par de afuera se sobresaltara.

—¿Qué dijiste? ¡mira como es tu hijo! —Evie señalo acusatoriamente al pequeño, indignada por el comentario del pequeño, quien inocente sonreía y se ocultaba rápidamente detrás de las piernas de su padre.

—¿vez? Ya salió —susurro lleno de victoria haciendo que su padre lo tomara en brazos e Evie le apretala la mejilla son cuidado, esterándola.

—eso no se hace jovencito —el pequeño se rio con inocencia abrazando del cuello a su padre. —además ¿Dónde están tus hermanos? Te pedí que los vigila-ras. —el sonido de algo rompiéndose desde el piso inferior la hizo entrecortar las palabras y mirar ceñuda al dúo que rápidamente se dispuso a bajar las escaleras mientras Evie iba detrás de ellos levantando la falda larga de su vestido negro.

Al estar casi en la mitad de las escaleras pudo ver a dos figuras escapando de las sirvientas con risas cargadas de maldad por la travesura que acababan de realizar.

—¡Clara! ¡Rory! —ambas niñas se detuvieron al instante al igual que las chicas que los perseguían. —¡¿Qué le hicieron a la sala?! —Evie miraba sorprendida al ver el caos que habían hecho dos pequeños de dos años en tan solo minutos.

Evie apretó los puños con fuerza intentando controlar su coraje, desde que había dado a luz al pequeño mayor supo que el instinto juguetón de los pequeños y la hiperactividad eran hereditarios de su padre, Walter.

—les he dicho que no les hagan la vida imposible a sus niñeras —Evie respiro hondo cerrando los ojos. —solo por hoy… solo por hoy —susurro varias veces cada vez bajando más el tono de voz.

Walter termino de bajar las escaleras dejando al niño sobre el sofá y capturando a las niñas antes que huyeran.

—las atrape, vamos, no hay que hacer enojar a su madre. —Walter sonrió con victoria mientras las niñas a cada brazo pataleaban por ser cargadas como bultos.

—bien, es hora de irnos —sostuvo su vientre abultado con una mano mientras que con la otra en el aire acomodaba la sala, bajando las escaleras.

Antes de abrir la puerta esta se abrió dejando que un ave entrara y segundos después se transformara en un hombre vestido de negro que se acomodó el abrigo girándose para atrapar al pequeño de cabellos castaños.

—Tío Cass —el niño lo abrazo con alegría mientras las pelinegras bajo los brazos de su padre se removían aún más.

—¿Qué paso? ¿todo está bien? —pregunto alarmada Evie llevando una mano a su pecho.

—eso iba a preguntar yo ¿todo está bien? —escaneo la habitación y luego a la pareja.

—mamá estaba tardando en el baño —contesto el pequeño haciendo que Cass elevara las cejas entendiendo porque ahora estaban tardando la pareja de líderes.

—no tengo la culpa, no puedo retener el líquido de mi vejiga —Evie intento no llorar, pero las lágrimas casi salían por si solas.

—no, lo-lo siento, ¿Por qué no vamos llevando a los terribles al auto? —Cass se movió rápido no queriendo ver a la mujer llorar, mientras Walter soltaba a las niñas y estas corrían afuera detrás de Cass.

—vamos amor, dejame cargarte. —Walter intento acercarse, rodeando sus brazos en el cuerpo de Evie y esta comenzó a darle pequeños golpes en el pecho.

—no, dejame, puedo caminar —se limpió las lágrimas como pudo y con la dignidad que le quedaba salio de la casa subiendo al auto con lentitud por su gran barriga.

Walter solo suspiro acostumbrado a los cambios de humor constantes de su esposa.

El viaje en carretera fue todo menos aburrido, los niños se la pasaron mirando por la ventana hablando entre ellos mientras Evie leía una y otra vez el discurso intentando no llorar.

—no creo que pueda hacerlo —dijo en tono bajo haciendo que Walter besara su frente.

tu puedes, yo estaré a tu lado —Evie se giró a mirar a su esposo y besarlo en los labios.

—¡ay no! No frente a los niños —se quejó Cass tapándole los ojos a las pequeñas que se quejaron queriendo mirar a sus padres, solo un pequeño flash los hizo separarse viendo a su hijo mayor tomar una foto.

Al llegar al lugar, estaba repleto de personas, justo a las afueras de lugar los paparazzi se acercaron al ver el auto llegando, el primero en bajarse fue Walter quien extendió su mano ayudando a Evie a bajar del auto. Los flashes parpadearon llenando el lugar de demasiada luz, aunque se acercaban a la pareja varios guardias comenzaron a apartarlos dejando que la pareja caminara hasta la entrada del lugar y justo detrás de ellos, los tres niños junto a Cass, mantenían una expresión seria sosteniendo cada una la mano de su hermano mayor.




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