Encontrando...amor?

Capitulo 90

—juro que este será el último Walter —lo dije tan seria que los dolores ya eran como espasmos que me adormecían toda mi barriga y obviamente el canal por donde estos bebés van a salir.

Respire hondo caminando de un lado al otro, se ya bastante bien que estos niños no van a salir hasta dentro de un rato, uno muy largo.

—calma amor, lo sé —susurra en tono tan culpable mientras me soba la espalda baja y camina a mi lado.

No sé si estoy sudando el esfuerzo o por esa cueva, pero el cabello ya lo siento pegado a todo el cuerpo a pesar de que lo tengo algo recogido.

Otra contracción.

Apretó con fuerza la mano de Walter haciendo que de nuevo las luces parpadeen. Intento mantenerme positiva. Cuando estoy pasando por estos horribles dolores recuerdos muy bien el día que nació el primer cachorro, estaban por hacerme cesárea y él les gano a los dolores primero ya estaba asomándose tan rápido que como pude apague la luz de toda la ciudad y cree mi propio monzón, todos estaban preocupados por el clima que estaba causando y para mi desgracia Cass solo me llevo a donde el mismo había sido creado pues el agua de allí es más sanadora de lo que parecía.

Respire hondo cuando las contracciones se esfumaron durante unos minutos dejándome el cuerpo anestesiado, aun no quería entrar al agua.

—debes entrar, el agua te aliviara el dolor. —hablo tan casual Cass que hice la tierra temblar.

—no…no lo hizo la última vez —me queje y el solo desvió la mirada, creo que mi rostro lleno de dolor y angustia mientras estoy en labor de parto asusta a cualquiera.

Miro mi reflejo en el agua solo para descubrir mis ojos verdes brillantes, me sostuve mi vientre bajo respirando hondo e intentando calmarme.

Cuando nacieron las gemelas tambien estuve en tanta agonía que ni el agua me calmo, entre cada una de las niñas solo había diez minutos de diferencia, esas terribles salieron de mi pataleando y gritando a todo pulmón, incluso pude sentir la magia que desprendían de ellas apenas nacieron, fui la única capaz de soportar todo esto y tener los ovarios para arriesgarme a salir de nuevo embarazada.

¿pero que creen?

El proceso del embarazo con Walter es demasiado… entretenido. Saca un lado de mí que parece que incluso me desconozco.

—señora… es momento —Isabel entro corriendo acomodándose el cabello, afuera de seguro debe estar el clima empeorando.

Es bueno saber que al menos el pueblo no me odia por hacer esto. Ellos son los primeros en estar felices y llenar a los niños de regalos.

—aun no tengo canas en mi cabello. Isabel —gruñí con una voz antinatural haciendo que incluso en la entrada de la cueva resonara un trueno.

—ok, sí que empeora su humor, parece que un demonio te ha poseído —quería replicar a su broma, pero la contracción vino más fuerte y solo Walter pudo meterme al agua sirviéndome de cama como la última vez, deja que tome sus manos y mis uñas le hagan sangrar.

Creo que deja que haga todo esto porque él no puede entender la cantidad de dolor que una mujer puede soportar por dar a luz de manera natural.

Isabel puso su mano sobre mi barriga y me ayudo a sincronizar mi respiración, creo que ella y su súper oído sabía que una contracción más fuerte vendría, sentí sus dejos a pesar de sentir mis labios allí abajo adormecidos. Asintió con la cabeza y e intercambie una rápida mirada con Walter, con Isabel y Cass.

—Puja. —ordeno y al instante aspire con fuerza y puje.

Puje tan fuerte que apreté los labios y cerré los ojos, podía sentir esa enorme cabeza hacerse espacio en mi pelvis.

Creo que si no fuera bruja y me regenerara no podría soportar un parto natural, menos la recuperación.

Cuando no lo soporte más grite con el poco aliento que me quedaba, toda mi entrepierna allí estaba dormida, de alguna manera podía sentirlo y no es lindo.

Llore. Negando varias veces, no podía volver a pujar así. Isabel asintió a mis negaciones.

—lo sé, lo sé, pero eres fuerte, tu puedes —me alentó como solo una mujer que ha pasado por algo similar puede hacer.

La dejé estar aquí porque supe que antes de convertirse ella había estado completamente sola el día que nació su hijo. Quise preguntar por él, pero sus ojos tristes me dijeron que no era un tema que quería tocar.

Tomando respiraciones hondas rápidas calmando mi corazón hinchado volvió a pujar con fuerza sintiendo dos dedos de Isabel tomar la cabeza del bebé y mientras pujaba iba sacándolo más y más, todo fue con tanto cuidado y precisión que solo ver a ese pequeño salir del agua con sus manitas estiradas y luego puños apretados listo para gritar al mundo mi corazón dolió.

Dolió de alegría de solo verlo. Yo, yo había llevado a ese pequeño nueve meses en mi vientre y allí esta, rosado y una mata de cabellos oscuros.

—¡es un niño! —Isabel me lo entrego cuando me vio contener el aliento.

Lo acomode en mi pecho y limpie mis lágrimas como pude, necesitaba mirar a este pequeño llorón en mi pecho mientras intenta acostumbrarse a su nuevo entorno.

—ya… ya cariño, estas con mami y papi —susurre en su oreja haciéndolo calmarse, su llanto se fue pausando tan dramáticamente que parecía que necesitaba escuchar mi voz de nuevo.




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