Encrucijada: La profecía y el tigre

CAPÍTULO 2 Una Vida Tranquila

La vida era maravillosa en Sigridur todos compartían lo que había en la isla no había ni ricos ni pobres todos tenían los mismos derechos y obligaciones y La Isla contaba con un río de agua dulce que  emanaba de las entrañas de la Tierra mini árboles frutales de todos los tipos que dan frutos todo el año y sus arrecifes estaban plagados de diferentes tipos de pescado por lo que la abundancia en la isla era extrema tenía todos los elementos para que la vida pudiera subsistir e incluso tener privilegios que los reyes mismos quisieran tener, es por ello que, los ancianos sabían que estaban en una tierra bendita, la tierra amada… una tierra elegida para alguien especial y ese alguien ya había llegado tenía nombre y rostro la contradicción de lo que creían… era una mujer

Los ancianos predecían que el tiempo de partir con Isis estaba cerca, que su pueblo sufriría aún cuando éstos buscaron las posibilidades de salvarlo, era el destino de la aldea simplemente ser instrumento para que Lena pudiera crecer sana y salva de todos los enemigos hasta poderse valer por sí sola.

 Una tarde como cualquiera, Lena que tenía un corazón aventurero y curiosa por naturaleza  comenzó a recorrer la isla y antes de que diera un paso Más allá de los límites su madre la detuvo.

-Lena Recuerda que no puedes ir más allá de los límites que te he impuesto- reprendió su madre con el ceño fruncido

-Madre sé las leyes de mi pueblo pero hay algo ahí que me llama, hay algo ahí que pronuncia mi nombre que me dice que no tenga miedo qué debo ir- respondió Lena con su carita seria, pues rondaba en los 12 años de vida.

- No hay nadie ahí mi querida hija siempre ha estado deshabitado y sin embargo puede ser peligroso, el mal se puede esconder de muchas formas y te puede llamar por lo que siempre tienes que tener  cuidado- contestó su madre acariciándole cariñosamente la mejilla.

- ¿Qué es el mal mamá? Los ancianos me han hablado de poderes oscuros pero el mal en sí, ¿De dónde viene? ¿Quién lo creó? - cuestionaba Lena con ojos tristes.

- El mal hija mía, es cuando el hombre deja de amar y la ausencia de este don da pasó a la oscuridad y llena el vacío con el egoísmo y la sed de poder- la tomó de la mano para emprender el camino de regreso, y mirándola a los ojos puntualizó – tu Lena estás llena de ese don no permitas que se acabe, porque tú estás destinada a conservarlo y a que de frutos para que la vida humana trascienda, sé valiente hija mía cuando llegue el momento, los miedos te perseguirán y te harán su presa pero una presa se puede volver su peor pesadilla si está lo decide, tal vez hoy no entiendas mis palabras pero aprendelas bien: Tú eres luz, tienes un poder inmenso el cual reside en el amor y es lo que siempre te dará la energía para seguir adelante, pase lo que pase, siempre recuerda que tu Padre  y yo siempre estaremos contigo. 

Lena con sus dos manos tomó la cara de su mamá y la miró y le dijo– Siempre lo recordaré mamá- Kaira le dio un beso en la frente, Lena se abrazó al torso de su mamá y recargo su cara sintiendo el latido de su madre al unísono con el de ella, esa sensación de paz y tranquilidad hacían que Lena se sintiera poderosa capaz de cualquier cosa. 

Su casa de Lena medía alrededor de 7 m x 30 m solo en construcción, con una puerta en medio de madera tallada con una gran águila Con las alas abiertas, el techo prácticamente se confundía con la pradera ya que éste estaba lleno de musgo enredaderas y plantas varias que dejaban ver flores de colores y desprendían un olor exquisito; al entrar en la estancia había una piel de un jaguar que su padre había cazado, así como ya se los había dicho, esa tierra era bendecida por la vida y existía variedad de animales que se dejaban ver de vez en vez y que eran cazados por la tribu. Curiosamente como por medio de magia o  la bondad de la madre tierra, estas especies no se extinguirían a pesar de los años. Los muebles estaban laboriosamente tallados, la mesa, las sillas e incluso el marco que rodeaba la chimenea era delicadamente hermoso.

El sol comenzó a ocultarse en el Horizonte en el límite del agua donde más allá los ojos no podían ver sus destellos, esta vez eran distintos eran una gama de colores rojos, naranjas y amarillos; las nubes Tenían un borde brillante rojo tan rojo como la sangre, era un espectáculo realmente hermoso, Kaira lo miro por algunos minutos, aún con Lena en brazos, la niña se aparto de su madre y miro el sol  y le dijo a su madre

-Hoy más que nunca  escucho las voces  qué me dicen el tiempo está cerca, que lo escrito se hará realidad Y qué he de empezar mi aventura- lo dijo con voz soñolienta y como si estuviera en un eventual transe, miró a su madre, Kaira con una angustia profunda en su corazón, al escuchar las palabras de su hija, inmediatamente ordenó a sus sentimientos que pararan y lo tomo como la imaginación tan vasta de su pequeña hija, la abrazó fuertemente y le acarició la frente para posteriormente entrar en la casa. 

Al cabo de unas horas se presentó su padre pero ella ya estaba dormida

-Hola amor- saludó a su esposa brindándole un beso suave y tierno en sus labios- La noche se siente diferente, Incluso el atardecer fue diferente- le hizo la observación

- En mi corazón hay cierta inquietud, mis pensamientos han estado dispersos, sobre todo cuando Lena me dijo que algo la llama al lugar sagrado, que son voces y cada vez son más fuertes- agachó la cabeza con aire de preocupación, después alzó la mirada para conectar con los ojos de su amado- Lo más sagrado para nosotros también lo es para ella (refiriendose a Isis); pero el hecho de saber que podríamos separarnos de ella me rompe el corazón. Me gustaría saber, me gustaría que los ancianos pudieran ver más allá y me dijeran si su destino es incierto, si estaremos ahí tú y yo para ella, esta bendición que nos dio nuestra señora es la misma maldición que nos carcome nuestros pensamientos y nos lastima cada día- puntualizó dando un suspiro profundo. 




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