Encrucijada: La profecía y el tigre

CAPÍTULO 6 Venganza

Seren aún en la cama, despertó soñolienta, y recobró el recuerdo de lo que había sucedido, entonces comenzó a llorar, tapándose los ojos con sus manos, sintió una mano que le acariciaba su cabello, se descubrió para mirar quien lo hacía, era Lena, quien la miraba con ternura. La niña se levantó de la cama y sin media palabra, abofeteó a Lena, Sigurd que se encontraba en el sillón, se abalanzó contra esta y le tomó fuerte de la muñeca alzándose –¡No te atrevas!, No vuelvas a tocarla- le reprocho en un grito – La niña con sus ojos muy abiertos llenos de rabia le grito- ¿De que estas hablando?, ¿Por qué la defiendes?, no ves que esos asesinos llegaron a la Isla buscándola a ella, si no fuera por ella nuestro pueblo estaría vivo!- y le regaló una mirada desafiante a Lena.

Sigurd, la bajo y la tomo por lo hombros para ponerla de frente a él – No hables de lo que no sabes, Lena es soberana de Isis, nuestra madre tierra, ella está aquí para liberar a la tierra del mal, ella también sufre, porque amaba a todos igual que nosotros; ella tiene una misión al igual que yo de protegerla, es mandato directo de Isis, y he jurado con mi vida llevarlo acabo, así que, no te permitas ponerme en predicamento entre tu y ella- 

Seren sintió un escalofrío, su propio hermano diciéndole estas palabras, le rompían el corazón, y antes de que su corazón se llenará del velo de la oscuridad, Lena se acercó a Seren y la tomó de la mano –No soy culpable de lo que el mal hizo, este tiene vida propia y elige por sí solo, no soy capaz de devolver el tiempo y menos la vida a nuestros seres amados, lo que sí tengo es una promesa para ti, todo aquel, que levantó un arma contra nuestro pueblo, no tendrá perdón ni descanso, pues al atentar contra sus vidas, atentó contra mi Madre, y eso, tendrán que pagarlo- le dijo mirándola a los ojos.

Seren cerró los ojos y rodaron lágrimas de tristeza, se le abalanzó y la rodeo con los brazos, Lena hizo lo mismo con ella -¿De verdad eres todo lo que dijo mi hermano?- le preguntó Seren.

-Yo aun no lo termino de asimilar, pero la misma Iris me lo ha dicho- le respondió, Seren se apartó de esta y la tomó de las manos.

-Di..Disculpeme Señora, así como mi hermano, y aunque no soy tan diestra como el, buscare servirle en la medida de lo posible, pero si me lo permite decirle, tomaré en mi corazón su promesa y tendré fe en que usted la cumplirá- le dijo la niña haciendo una reverencia.

-Aún no se como, pero tengo la seguridad, que así será Seren- Le levantó Llena la cara a la niña poniendo su mano sobre su mentón.

Y aun cuando su corazón seguía afligido, Sigurd no pudo evitar sentir hambre, así que lo externo –Señora, ¿Y no será posible que Jabra nos proporcione un poco del manjar que seguramente le sirven a los Dioses?- acariciando su vientre.

- Vamos a preguntárselo- le contesto sonriendo.

 Tomadas de la mano Lena y Seren, salieron de la habitación seguida de Sigurd, no caminaron mucho del pasillo cuando encontraron a Jabra.

- Pensé que no lo dirían nunca, vengan conmigo- y se dio la vuelta para guiarlos, Lena y Seren se dedicaron una risita de complicidad.

Mientras iban caminando admiraban las paredes talladas, todas eran hermosas, atravesaron una sala que era enorme, un gran salón, en una de las paredes, se encontraba el mapa del mundo conocido, en el se dividían lo reinos, al norte “Olden” , al este pertenecía Sigridur, al reino de Lejre, “Ålesund”  estaba al oeste y por último al sur “Viborg”. En la aldea había mapas algo burdos, pero este parecia que tenia vida, Lena se detuvo frente a él, algo la llamo, y mirando fijamente, miro que en cada reino se encontraban una luz de diferente color, en Olden una luz dorada, en Ålesund luz rosa, en Viborg color azul y por último en Lejre había 2 luces, color verde  esmeralda y rojo. Miro a Jabra y le dijo -¿Esas son las luces que le pertenecen a los otros 3 a quién debo encontrar?-

-Así es mi señora, ellos están distribuidos por los reinos, todo tiene un propósito que usted deberá ir descubriendo- Le anticipo Jabra – Vamos, que la comida se enfría-

Siguieron caminando y Lena vio una vez más el mapa, como si quisiera memorizar los lugares a donde quería ir para encontrarse con los demás elegidos, tuvo el pensamiento fugaz si eran todos hombres, todas mujeres o ambos.

-Son hermosas las joyas que tienen, se las ha dado Madre tierra?- Pregunto Seren.

- Así es, son mágicas, tienen un poder extraordinario, deseo mostrarte hermana, en su momento será, ahora lo único que quiero es ¡comer!- exclamó Sigurd.

Lena se le acercó al oído a Seren y en un susurro le dijo -Le pediré a Jabra que también te obsequie unas-

Entraron a un gran salón en el que estaba una mesa enorme, en una de las cabeceras había 3 lugares preciosamente puestos, Jabra los invitó a sentarse, Lena en la cabecera  y un hermano a cada lado, miraban a todos lados, del techo caía un hermoso candelabro de exquisitos cristales tallados, que parecían estar suspendidos sin ningúna unión, a la cadena, de hecho, la luz emanaba de las mismas joyas, el cielo estaba pintando, parecía la historia del mundo, como Isis, creó el universo, hasta en estos tiempos, tan absortos estaban con la decoración que en lo último que repararon fue en la mesa, en la que había diferentes frutas, una pierna de cerdo deliciosamente preparada, un pollo que parecía bañado en una salsa agridulce, o'sagas de pan, agua y frutas de todas, incluso había algunas de las que desconocian su nombre o su existencia.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.