Encuentro

7 - Epílogo

Alara entró a la Sala para interrumpir las conversaciones que estaban en pleno apogeo. Aola, Syo y Ch’Chok estaban presentes mientras Shura y algunos maestros de Coruscant estaban en forma de holograma. Sus rápidos pasos llamaron la atención de Aola que se movió para dejarle un lugar entre ellos.
“Siento la interrupción, maestros.” Dijo con prestancia Alara. “Tengo algo importante para informar. He cruzado mi camino con Ihsahan.” Agregó mientras cruzaba sus manos detrás de su cintura.
El silencio se apoderó del salón.
“Ese… sith es mucho más poderoso de lo que creíamos. Sus habilidades son extraordinarias y además tiene la misma habilidad que Shin, ya que puede ocultar su presencia por completo. Su estilo de espada es muy peculiar, porque usa Soresu de una manera muy agresiva. Su conexión con la Fuerza es impresionante y es más rápido que… cualquiera de nosotros.” Resumió en pocas palabras Alara. “Su… su presencia es un terror que nunca voy a olvidar.” Agregó mientras Syo se acercaba a apretar su mano. “No… no podemos pelear con un monstruo como él sin preparar absolutamente todo.”
Los maestros estaban en silencio, pensando en lo que había dicho.
“No puede ser tan…” Empezó Aola.
“Tendrías que haberlo visto, maestra…” Interrumpió pensante Alara. “Sus movimientos son… mecánicos, perfectos y su estilo es completamente opuesto a lo que esperamos de los siths. Su postura es inmóvil y cada contraataque que hace es letal.”
“Hmm…” Dijo pensante Aola.
“Yo… no sé como podemos lidiar con alguien como él.” Dijo apenada Alara. “¿Cómo peleas con alguien así? Yo… le dije a Tori que necesitamos el poder de nuestros amigos, pero… tengo miedo de perderlos a todos.”
“Alara…” Dijo pensante Syo. “Estas son graves noticias.”
“¿Algo más?” Preguntó con cuidado Ch’Chok. “¿Qué raza es? ¿Tiene alguna conexión particular con la Fuerza?”
“Es como Shin, solo pudimos sentirlo porque liberó su… poder para pelear contra esos dos siths.” Dijo con prestancia Alara. “Parece que hay una guerra de facciones en estos momentos, ya que una de sus enemigas lo acusó de fanático.”
“Entonces… ¿Podría estar en cualquier lugar?” Preguntó sorprendida Shura.
“Eso estaba pensando…” Dijo apenada Alara. “Nuestros sentidos no pueden…”
“No deberíamos desesperarnos por eso.” Anunció con seguridad Syo. “¿Cuántos de ellos puede haber?” Preguntó al aire. “Shin e Ihsahan son dos de todos los sensitivos de la galaxia.”
“Eso es cierto.” Dijo pensante Ch’Chok. “Tenemos que planear esto con mucho cuidado…”
“No sé qué más podríamos hacer, yo opino que deberíamos esquivar a toda costa a este monstruo.” Dijo uno de los maestros de Coruscant.
“Lo decidiremos pronto, Guruntanos.” Dijo pensante Ch’Chok. “¿Quieres decir algo más, maestra?”
“No puedo asegurar de que sea humano, pero esa era su forma. Mis amigos dicen que tiene una armadura de beskar.”
“¿Beskar?” Preguntó sorprendida Aola. “¿Y puede moverse?”
“Me recordaba a la armadura de Mathos…” Dijo pensante Alara. “Honestamente, no le presté mucha atención.”
“Eso explica que haya podido derrotar a Lak y Ceerk.” Dijo al aire Aola.
“También usa un extraño bakuuni lleno de dolor y terror… Sus golpes son pesados y poderosos.” Agregó Alara.
“¿Quién rayos es este sith?” Preguntó ofuscado Guruntanos.
“Creo que pelear está en su sangre, maestro.” Dijo pensante Alara. “Los otros siths parecían usar su ira para todo lo que hacían, Ihsahan parecía más… frío. Su odio cortaba como un sable, pero era frío como las ventiscas de Kyros-4…”
“Gracias por la información, Alara. Es la primera vez que escuchamos algo de este sith desde lo que aprendimos de Jundo.” Dijo pensante Shura. “¿Su máscara era…?”
“Exactamente la de las visiones, maestra. Es la máscara de Mandalore, solo está pintada de rojo.” Dijo pensante Alara. “La Fuerza nos permitió escapar esta vez, pero no creo que tengamos otra oportunidad como esta.”
“Has hecho bien en no atacar a este sith, Alara.” Dijo pensante Ch’Chok.
“Mis amigos querían aprovechar la distracción, pero… estaba segura de que iba a matarnos a todos.” Dijo apenada la maestra. “Lamento no poder decir que lo hemos derrotado.”
“No digas eso, Alara.” Dijo con seriedad Syo. “Ninguno de nosotros quiere volver a perder un amigo ante ese monstruo.”
“Es cierto…” Dijo pensante Shura. “¿Ya la invitaron?”
“Recién llega.” Dijo pensante Ch’Chok. “Alara, tienes una cita con el resto de nosotros en un tiempo. Ossus es el destino.”
“¿Ossus?” Preguntó sorprendida Alara. “¿Ahí estaba uno de los antiguos templos en la época de Exar Kun?”
“Es uno de nuestros secretos, el Congreso va a ser importante para la Orden, Alara. Te necesitamos allí junto al resto de nuestros amigos.” Dijo con prestancia Ch’Chok.
“Vamos a invitar a los Caballeros con más experiencia también, queremos tomar las mejores decisiones para estos tiempos que se avecinan.” Agregó pensante Aola.
“Allí estaré…” Dijo pensante Alara.
La charla solo había empezado.

Alara estaba regando sus hermosas flores cuando sintió unos golpes en su puerta. Syo entró para sentarse a verla trabajar un rato. Luego de servir un amargo té, se sentó a su lado para esperar por él.
“¿Qué más puedes decirme de Ihsahan, Alara? Cualquier detalle me sirve…” Dijo de la nada Syo.
“No mucho, usa su máscara todo el tiempo…” Dijo pensante Alara. “Su Soresu era… no tengo palabras. A veces parecía que estaba atrayendo a la derrota con su postura, pero…”
“Quiero aprender un poco más de él, tal vez cambie algo en mis visiones.” Dijo al aire Syo para luego tomar un sorbo de té.
“Yo estaba pensando en eso también, tal vez ahora tenga una… conexión más profunda con lo que la Fuerza quiere decirnos.” Dijo pensante Alara. “Huye de él si te lo cruzas, maestro…” Agregó preocupada.
“No te preocupes, pequeña.” Dijo sonriente Syo. “Quiero vivir muchos años más…” Agregó mientras apretaba su mano. “Tori me dijo unos detalles peculiares.”
“No quise decirlos frente a todos porque ella es una padawan, pero sintió que se sentía solo y olvidado…” Dijo al aire Alara. “Yo no sentí eso…”
“El talento de Tori puede atravesar lo evidente, tal vez de ahí venga la… frialdad.” Dijo pensante Syo.
“No lo sé, mis amigos mandalorianos me contaron todas las historias que tenían sobre él. Es un enemigo formidable…”
“Está forjando su propia leyenda en el Imperio, Alara. Voy a reactivar mis contactos en ese lado de la galaxia para ver si puedo aprender algo más de él.” Dijo con seriedad Syo. “Tengo que volver a mis raíces.”
“Aprendí mucho en Coruscant…” Dijo pensante Alara. “La Gran Maestra Shan tuvo una vida complicada y era una gran sombra. No entiendo como podía influir todo el campo de batalla con su técnica, pero…”
“Era una gran jedi, Alara. Pocos tienen la capacidad de usar la Meditación de Batalla. Tengo que admitir que me gustaría verla en acción.” Dijo divertido Syo.
“Yo creo que Shin podía usarla sin saberlo…” Dijo pensante Alara.
“Tú eres la única que ha estado en esos momentos, así que no puedo ayudarte con eso, aprendiz.” Dijo divertido Syo. “¿Aprendiste algo interesante?”
“Sí, ahora puedo desviar plasma con las manos…” Dijo sonriente Alara. “Lo aprendí directamente de Kysho y mis remolinos ya tienen mucha más forma que antes. Thirin me está enseñando su Castigo Esmeralda…”
“Yo nunca pude aprender esos relámpagos.” Dijo divertido Syo. “He visto a Thirin noquear bandidos con él.”
“Eso mismo quiero hacer… Es muy útil con robots.” Dijo pensante Alara. “¿Por qué no me dijiste que las últimas formas de Niman eran tan… fáciles? Podría haberlas aprendido hace años.”
“Niman no es para todos, Alara. Encaja perfecto para tu estilo, pero tenías que descubrirlo tú misma.” Dijo sonriente Syo. “Juna, por ejemplo, podría aprender mucho de ese estilo, pero a ella le gustan sus piruetas.”
“No me lo digas…” Dijo al aire Alara.
“¿No era Shien?” Preguntó al aire Syo. “Soresu agresivo sería la Forma V o Shien.”
“No. Su estilo era definitivamente Soresu, ya que su defensa era… impenetrable. Esos dos siths solo pudieron cortar su túnica… El único ataque que lo alcanzó fue un extraño rugido a través de la Fuerza y un relámpago…” Dijo pensante Alara. “El relámpago no lo afectó en lo más mínimo.”
“Ese es un gran secreto, Alara. Ese relámpago lleva tanto dolor como el sith que lo usa…” Dijo al aire Syo. “Eso implica algunas cosas… La voluntad de ese sith debe ser descomunal y ese grito es una técnica del lado oscuro. La Emperatriz es una experta en ello, he tenido el dudoso placer de estar del otro lado de su voz.”
“Yo leí sobre la técnica, pero el wookiee no resonó como esperaba.” Dijo al aire Alara.
“Los siths a veces simplemente… usan lo que encuentran en la Fuerza. Esa técnica suele emerger de sus frustraciones.” Pensó en voz alta Syo.
“Ihsahan estaba jugando con ellos, maestro. No sé cómo poner en palabras la diferencia que había entre ellos.” Dijo apenada Alara.
“Este encuentro te ha marcado, Alara.” Dijo pensante Syo.
“Nunca pensé que iba a… sentir un terror como ese. No sé como sostuve mi técnica cuando liberó su presencia, parecía que todos mis miedos eran reales y que estaba en el medio de una pesadilla.” Respondió apenada Alara. “Si solo liberar su presencia tuvo ese efecto en mí, no quiero saber que puede llegar a pasar al pelar con él.”
“Hiciste bien en no pelear, Alara. A veces hay que estudiar al enemigo para poder derrotarlo, este es un primer paso…” Dijo con seriedad Syo.
Alara se puso de pie para levantar las tazas.
“Debo ver a mis padawans. Voy a seguir enseñándoles Soresu, incluso si están aburridas de haberlo entrenado en Coruscant…” Dijo pensante. “Es el mejor estilo para pelear con enemigos más poderosos como uno… Incluso si solo sirve para ganar tiempo.”
“Puedo ayudarte con los fundamentos, Alara.” Dijo divertido Syo. “A mí también me gustan más las piruetas.” Agregó mientras pasaba a su lado.
Alara quería olvidar a Ihsahan y su fría presencia, pero eso no iba a pasar pronto.



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Editado: 05.07.2023

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