La sensibilidad electromagnética de los Extraños es mucho mayor que la de los ciudadanos comunes. Son capaces de conectarse a cualquier aparato eléctrico y cambiar sus características (normalmente de forma breve). Tienen especial éxito cuando se conectan a un teléfono móvil o a un ordenador, lo que les permite, una vez más, confundir a la gente corriente con información falsa.
Pueden conectarse a los semáforos para alargar los tiempos de espera, y pueden conectarse a las señales de parada para cambiar brevemente los horarios de salida de los trenes y autobuses que no cambian realmente.
Esto se hace para desequilibrar a los ciudadanos y obligarles a seguir las decisiones erróneas que toman basándose en los datos distorsionados que tienen.
Los extraños también son capaces de utilizar dispositivos que parecen teléfonos móviles para ver las emisiones electromagnéticas de los órganos humanos y, si es necesario, conectarse a ellos. Por ejemplo, la conexión con la vejiga desencadena las ganas de ir al baño, mientras que la conexión con el recto desencadena las mismas ganas de ir al baño, pero de forma correspondiente. La conexión con varias articulaciones provoca dolor en estas últimas. Se presta especial atención a los pies, en particular a los talones, donde envían un fuerte impulso electromagnético, que puede causar un fuerte dolor y una cojera de corta duración.
Lo más interesante es la capacidad de estas criaturas para conectarse con los ojos de las personas. Así pueden ver lo que ven sus presas. Además, estas cosas tienen la capacidad de enfocar los ojos de una persona en lo que el Extraño quiere. Como en el caso anterior, todo esto se hace para que la persona tome una decisión inadecuada.
Sin embargo, la culminación de todo lo anterior es la capacidad de los Extraños para introducirse en el cerebro humano. Son capaces de leer los patrones de pensamiento inmediatos y de utilizar objetos para conjurar imágenes en el cerebro humano e invadir la memoria del mismo. Ni siquiera es necesario decir que utilizando estas habilidades son capaces de influir en los procesos de pensamiento y gobernar a un hombre en función del componente psicofisiológico de este último.
Algunos de nosotros estamos totalmente controlados y otros sólo parcialmente. Cuanto más educado sea un hombre, más idiomas conozca y más fuerte sea su fuerza de voluntad, menor será la influencia de esta entidad maligna.
También son capaces de utilizar la radiación electromagnética de diferentes objetos. Cuantos más objetos innecesarios permanezcan en el mismo lugar durante mucho tiempo, mayor será la posibilidad de que los no humanos utilicen su radiación para sus propios fines.
Uno de los signos de que una persona ha caído bajo la influencia de estas criaturas es la presencia de un gran número de objetos innecesarios en su casa (como en la tienda de un trapero).
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Editado: 07.11.2021