Capítulo 7 - Un Viaje al Supermercado.

Después de disfrutar de su tranquilo despertar y de un reconfortante desayuno en su terraza, Lyra decidió que era hora de abastecerse de provisiones. Con una lista en la mano y una sonrisa en el rostro, se dirigió al supermercado del pueblo.

El supermercado estaba situado en el corazón del pueblo costero, rodeado de coloridos edificios y animadas calles. Al entrar, el bullicio de las compras y el aroma fresco de los productos llenaron el aire, creando una atmósfera vibrante y acogedora.

Lyra recorrió los pasillos con calma, tomando su tiempo para explorar los diversos productos que se exhibían en los estantes. La variedad de frutas y verduras frescas, los productos locales y los ingredientes exóticos despertaron su curiosidad culinaria.

Con su lista en mano, comenzó a llenar su carrito con alimentos nutritivos y deliciosos. Se detuvo en la sección de productos horneados, donde seleccionó un pan recién hecho y algunas galletas caseras para disfrutar durante la semana.

Mientras recorría los pasillos, Lyra se encontró con algunos residentes del pueblo, intercambiando amables saludos y pequeñas conversaciones. El ambiente comunitario y cálido del lugar se manifestaba en cada interacción, recordándole lo afortunada que era de haber encontrado un refugio en aquel pueblo.

Después de llenar su carrito con todos los elementos de su lista, Lyra se dirigió a la caja para pagar sus compras. Mientras esperaba su turno, observó a las personas que se encontraban en la fila junto a ella. Cada rostro reflejaba la diversidad y la autenticidad propias de aquel lugar especial.

Una vez que completó la transacción, Lyra salió del supermercado con bolsas llenas de alimentos frescos y una sensación de satisfacción. Sabía que había tomado otro paso importante en su camino hacia una vida más saludable y equilibrada.

De regreso a su departamento, Lyra guardó cuidadosamente los alimentos en su despensa y en el refrigerador. La cocina se llenó con los aromas prometedores de los ingredientes, despertando su creatividad culinaria y generando anticipación por las deliciosas comidas que prepararía.

Con las compras realizadas y la despensa surtida, Lyra se sentó en su acogedora sala de estar, lista para disfrutar de un momento de tranquilidad. Sabía que aquel pueblo costero le brindaba no solo un refugio físico, sino también la oportunidad de nutrir su cuerpo y su alma de formas nuevas y significativas.

Con una sonrisa en el rostro y el corazón lleno de gratitud, Lyra se permitió sumergirse en el momento presente, sabiendo que cada elección que hacía la acercaba más a la vida que siempre había soñado.