Encuentros bajo la lluvia

Capítulo 14

Al salir de la escuela fuimos a celebrar con las chicas el triunfo del partido. Eran las tres de la tarde.

 

—Debo irme a casa.—dije despidiéndome de ellas y saliendo de la heladería.

 

Me decidí por caminar ,ya que mi casa no quedaba tan lejos de allí.

 

—¡Celina!

 

Volteé a ver quién me llamaba...no podía ser, Carlos de nuevo. ¡No podía dejarme en paz!

 

Lo ignoré y seguí caminando. Comenzó a llover así que me apresuré a correr pero el me pisaba los talones.

 

—Tenemos que hablar.—decía mientras tiraba de mi brazo.

 

—No hay nada que hablar, Carlos. Suéltame.—pedí, pero ví en sus ojos que iba a hacer caso omiso.

 

—Estás saliendo con alguien ¿cierto?

 

—Ese no es tu problema.—espeté.

 

Entonces en un movimiento brusco me atrajo hacia sí y comenzó a besarme bajo mis  débiles intentos para apartarlo.

 

—¡Suéltame!—gritaba.

 

—Eres mía Celina.—murmuró mientras bajaba mi vestido.

 

El pánico se apoderó de mí.La carretera estaba sola y por la fuerte lluvia la vista era casi nula.

 

—¿Carlos, qué haces?—escuché un voz. Era Jorge.

 

—No te metas.—gruñó él.

 

Aproveché su momento de distracción para soltarme y salir corriendo lejos de él.

 

Llegué a casa con el pecho subiendo y bajando a gran velocidad. Petter que me veía desde su ventana bajó inmediatamente a preguntarme porque estaba tan mojada y llorando.

 

—Carlos intentó abusar de mí.—apenas terminé de decir la última sílaba cuando rompí en llanto, tenía miedo.

 

—¡¿Donde está!? ¡¿Dime en dónde está!?—me ordenó alzando la voz pero Jorge apareció.

 

—Carlos se fue.—dijo.

 

—¿Tú cómo lo sabes?—Petter estaba muy alterado, tomó a Jorge por la camisa mirándolo con furia.

 

Impedí que le hiciera daño interponiéndome entre los dos, luego Jorge le explicó lo que había ocurrido Petter se llevó las manos al rostro para luego golpear la pared.

 

Jorge y yo nos miramos confundidos.

 

—Déjanos solos.—le pidió Petter a Jorge pero este negó.—Se que te interesa, pero si de verdad quieres salvar nuestra amistad déjanos solos.—Jorge me miró para luego mirar a su amigo y terminar asintiendo.

 

—Apresúrate, ya tengo frío.—me dirigí a Petter, este fijó su mirada en mí.

 

Él tomó mí cara entre sus manos y la acarició delicadamente.—Lamento no haber estado contigo, lo siento.—susurró apretando los ojos con fuerza.

 

—No es tu culpa y tampoco era tu responsabilidad estar allí conmigo.

 

—Quiero que sea mi responsabilidad.—lo miré confundida.—Quiero que seas mi responsabilidad Celina. Déjame ser quien cuide de ti, de tú ser ,de tú corazón, de tú cuerpo. Déjame ser quien te defienda, déjame ir a la luna por ti.... déjame amarte.

 

Terminó su frase con un beso que me llenó el alma, justo como el primero, lo hacía con amor, delicadezas, dulzura. Bajo la lluvia, me hago novia de mi vecino. Ambos sabíamos que sería difícil.

 

Pues teníamos un secreto que descubrir.

 

 

 

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