Encuentros bajo la lluvia

Capitulo 29

—¡Celina, te dejará el autobús!—gritó mi madre.

 

Salí de mi habitación rápidamente.

 

—Adiós mamá.—me despedí.

 

Salí de la casa y fue cuando lo vi. Petter iba saliendo también de su casa, me sonrió y ese gesto seguía encantándome como la primera vez, sin embargo, lo ignoré y subí al autobús

 

Por el bien de los dos debo de ser fuerte. Tengo que resistirme a sus encantos.—pensé mientras me sentaba al lado de Tere, quién al ver mi expresión inmediatamente me abrazó.

 

—¿Qué pasó ahora?—preguntó.

 

—Terminé con Petter.—susurré mientras una lágrima se deslizaba por mi mejilla.

 

No podía evitarlo, amaba a Petter, pero lo nuestro no podía ser.

 

—Celina, últimamente has echo muchas locuras, pero esta es la peor.—se exaltó Tere, sabía que tenía razón pero aún así tenía mis razones

 

Luego de un largo como llorando y escuchando a Tere, llegamos a la escuela, dónde nos topamos con una gran sorpresa.

 

Los maestros habían organizado una fiesta sorpresa, así que no habrían clases ese día.

 

—¡Genial!—gritó la haragana de mi amiga.

 

Los pasillos estaban decorados con globos, en el patio había una mesa repleta de golosinas y bebidas. Como me lo imaginaba, en otro salón habían bebidas alcohólicas y lo que era peor es que chicos de afuera entraban a la escuela.

 

Dentro de ellos, Carlos.

 

—Yo me voy.—intenté salir, pero Tere me detuvo. Mary y Lilie se sumaron, no tuve escapatoria.

 

—Chicas, no tengo ánimos para fiestas.—traté de justificarme.

 

—¡Celina no seas aburrida!—exclamaron las tres, a lo que yo asentí.

 

La fiesta comenzó, los maestros se fueron y eso se volvió una locura. Unos bailando, tomando, fumando, parejas entrando a salones de clases...en fin.

 

Quiero irme.—pensé mientras veía a mis amigas disfrutar de la fiesta.

 

Llevaban horas bailando con unos chicos que ni siquiera conocían. Me habían pedido a mi también bailar, pero no me apetecía.

 

Encendí mi celular para ver la hora. Se me escapó una sonrisa al ver a Petter en mi pantalla.

 

Mi vecino es perfecto.—pensé.

 

Petter era tan guapo, su cabello ondulado y suave, su rostro encantador tallado tan perfectamente, esa sonrisa que me  mataba...

 

—Como siempre, sola.—una tediosa voz me sacó de mis pensamientos, Alexa.

 

Fruncí el ceño al verla y traté de ignorarla, ella siguió su camino.

 

—¿Te estaba molestando?—preguntó Lilie acercándose junto con las demás.

 

—No.—me limité a contestar, ellas no preguntaron más.

 

Mis amigas se fueron a uno de los salones donde todos estaban tomando. El alcohol me había traído mucho problemas, así que preferí no ir con ellas.

 

"Me voy. Nos vemos mañana"

 

Le envié un mensaje a Tere y traté de salir de la escuela.

 

—¿Por qué te vas?—dijo un chico cruzándose en mi camino.

 

Levanté la vista y vi a Henry, un eterno acosador que tengo desde los cuatro años.

 

—Henry, no tengo tiempo para tus cosas.—le dije siguiendo mi camino.

 

Por fin aire puro.—pensé mientras me alejaba del bullicio.

 

Caminaba sin saber a dónde ir. Era muy temprano aún y no quería volver a casa.

 

Pensaba en lo mucho que había cambiado mi vida, los problemas que me había buscado y lo mucho que había decepcionado a mis padres.

 

—¿A dónde vas tan sola?—una voz me sacó de mis pensamientos. Vi hacia los lados y no tenía ni una jodida idea de dónde me encontraba.

 

¡Carajo!

 

Seguí caminando hasta alejarme lo suficiente del tipo que me andaba chiflando.

 

—¿Qué hago?—susurré para mí misma.

 

Encendí mi celular para llamar alguien, pero no tenía señal.

 

¡Doble carajo!

 

Seguí caminando y por fin logré ubicarme.

 

"LICEO GUATEMALA"

 

Sin apenas planearlo había llegado a la escuela de Petter .Recordé que hoy tenía un partido, así que fui al campo de liceo.

 

Está tan hermoso.—pensé mientras lo veía.

 

Petter estaba en la portería y estaba teniendo un excelente partido. Me alegré mucho por él.

 

—Celi, viniste.—Jorge llegó a saludarme y se sentó junto a mí.

 

Entre gritos, sustos, jugadas extraordinarias y las súper atajadas de mi vecino, acabó el partido.

 

—Deberías ir a felicitarlo.—sugirió Jorge guiñándome un ojo a lo que yo asentí.

 

Caminé hacia la cancha para felicitar a Petter, pero una chica que no conozco se me adelanto.

 

Una chica alta, con cabello ondulado hermoso, debo admitir y un cuerpo de envidia.

 

Se acercó a Petter y depositó un suave besos sobre sus labios.

 

Auch.

 

No me interesa ver cómo Petter es feliz sin mí.—pensé mientras salía de allí.—Pensé que me había echado de menos.—seguí mi camino

 

—¡Celina!—gritó alguien detrás de mí. No me molesté en voltear.

 

Seguí mi camino deseando llegar a casa.

 

En mi habitación apreciando la oscuridad de la noche, llegué a una conclusión: “Mi vecino no es tan perfecto como en realidad pensaba."

 

—Eras mejor como amor platónico, Petter.—pensé mientras observaba la nada.




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