Encuentros bajo la lluvia

Capitulo 34

Narra Petter:

 

—¿A dónde llevan a Celina?

 

—No te preocupes por ella, la pasará muy bien con Carlos, y si tiene suerte, también conmigo.

 

—¡Damián, dime a dónde la llevan!—exigí.—Tienen un minuto para decirme a dónde la llevan, o morirán.

 

—Petter Carrera siempre tan amenazante y retador.—respondió Damián frenando en auto.

 

Estábamos en una carretera desconocida. Por las altas temperaturas supuse que íbamos al occidente.

 

—Tú te quedarás aquí esperando a que la gente de tu papi te salven.—dijo Damián en tono burlón.

 

—Llévame con Celina.—volví a exigir, los bastardos solo me bajaron del auto, dejándome a media carretera a mitad de la noche.

 

Comencé a caminar sin rumbo fijo. No me importaba que podría pasar conmigo, solo me importaba lo que podría estarle pasa no a ella.

 

¿En donde estas vecina?—me preguntaba bajo la fría noche.

 

El sonido de la radio de una patrulla me sacó de mis pensamientos.

 

—Petter Carrera ¿cierto?—yo sólo asentí ante la pregunta del oficial.

 

Damián tenía razón, la gente de mi padre ya me estaba buscando. Es que, aunque no me enorgullecía era una Carrera, no podía estar desaparecido.

 

—Su padre dio la orden de buscarlo desde que encontramos su auto abandonado.

 

—¿Dónde está mi auto?—pregunté de inmediato. Carlos se había llevado a Celina en él.

 

—Abandonado en las orillas de Amatitlán.

 

¡Malditos!

 

Me habían llevado en la dirección contraria.

 

—¿Qué sucede?—preguntó.

 

Le expliqué al oficial lo ocurrido, pero era inútil.

 

—La orden fue buscarlo a usted, no a ella.—es la maldita respuesta del oficial.—Lo llevaré a casa.—dijo mientras encendía la radio patrulla.—Su padre lo espera.

 

—Claro, mi padre.

 

Llegué a casa y mi madre salió angustiada preguntándome que había pasado.

 

—Otro problema por esa niña.—respondió mi padre acercándose también.

 

Intenté hablar, pero el oficial llegó a hablar con mis padres, por ello preferí ir a mí habitación.

 

—No queremos que nadie se entere de esto. Petter a estado un poco desorientado.—escuché decirle mi padre al oficial. Claro, era lo único que le importaba, guardar el falso prestigio de la familia. Pero, eso no me interesaba ahora.

 

Llamé a Dani, mi pequeña cuñada. Me dijo que los Aldana estaban buscando a Celina, pero no tenían rastro de ella.

 

Ni una familia hizo una denuncia formal por el echo de nosotros estar juntos.

 

Me encargaré de recuperarla.—pensé.

 

Llamé a Jorge, no me importaba ya lo que me había echo con Susy. Era él único que nunca decía que no a mis planes, sin importar que tan locos y arriesgados fueran.

 

—Eey ¿todo bien?

 

—No tengo tiempo para explicártelo. Necesito que vengas por mí a las tres en punto de la mañana.—sin decirle más colgué, sabía que allí estaría.

 

"Sal"

 

Genial, Jorge ya estaba aquí.

 

—¿Cuál es el plan?—preguntó, lo vi confundido.

 

No sabía ni a donde debía de ir, solo de algo estaba seguro y era que tenía que recuperarla.

 

—Tú arranca, yo me encargo del resto.

 




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