Buenos amigos (5-III)

—Bueno —Alis miraba incomoda al extraño—. ¿Cómo logran... fusionarse?

—No tenemos la más mínima idea. —Se hoyó al unisonó por parte de Akira y Lili, ambos se miraron extrañados por el hecho; sin embargo, la castaña negó rápido con la cabeza para olvidarlo.

—No, esto es bueno —Akira intentó tomar la mano de Lili y fue aprendido por las miradas de extrañeza de todos y la devolvió a su lugar; no quería iniciar otro interrogatorio que terminara mal—. Me refiero de que entre mayor sincronización haya entre nosotros dos, más fluidos serán nuestros movimientos. Recuerda, es mi aura el combustible de tus... "poderes" y si hay una buena sincronización de ambas almas, mejor podrás aprovechar mi aura y podrás ser más fuerte.

—Que hayamos dicho lo mismo al mismo tiempo no significa nada —reprochó Lili, insegura—. Fue solo una coincidencia.

—¿Y cómo podrían mejorar esa sincronización? —indagó Ika después del último bocado de su merienda. La sonrisa repentina en Akira no le daba buena vibra al grupo, a pesar de tener intenciones nobles.

—Nuestras almas deben conocerse mejor. —respondió con sutil emoción en sus palabras, la sola idea de eso llevaba energía desde su pecho hasta sus pies y manos.

—Pues, no tenemos tiempo de eso y de idear un mejor método de lucha. —La pena de Lili era obvia ante el comentario del chico. El Akira tímido le agradaba y le gustaría ser su amiga, pero no había tiempo para eso.

—Yo tengo una mejor relación con Lili, ¿no podría yo darle mi alma?

—Ni en broma, Ika, tu misma viste como terminó el chico demonio, no quiero que te pase lo mismo. —A pesar de negarlo, el comentario de su amiga le causó una gran felicidad, notable en el brillo de sus ojos.

—Además no puedes. Mi alma puede entrar en Lili gracias a su "eso", es el puente entre nosotros dos.

—Aún no han respondido mi pregunta y es el primer paso para poder pelear —mencionó Alis con ademan de curiosidad y la aprobación de Akira—. ¿De verdad no tienes idea de cómo lograron hacer eso dos veces?

—La primera vez fue con el ritual ese y la segunda —Ika se dio un momento para recordar bien—. Él se arrojó para alejar a Lili de la lanza. —Su tono de voz fue tan suave, como susurrando una pregunta en lugar de decir una afirmación.

—De verdad la quieres proteger —rio Leo.

—Sí —Akira aclaró su garganta y daba miradas fugaces a los marrones ojos de Lili—. Si lo pienso bien: es tu deseo de luchar y mi preocupación por ti, juntas dan comienzo a la… fusión. —La niña solo evitó hacer contacto visual con el chico.

—¿Preocupación? —Esta vez fue Alis quien rio y al carecer de la masculinidad de Leo, pudo leer entre líneas.

—Sí, ¿acaso no sabes la definición de la palabra?... —El paliducho muchacho movía las manos, nervioso, actuaba ser sarcástico por el miedo de no saber qué responder.

—¿No íbamos aceptar su incompleta e incompetente ayuda? Ya no molesten al tonto —Misy había vuelto de hablar, aunque para ella era ser regañada, por celular justo a tiempo para sacar a Akira de la incómoda situación.

—¿Qué hablaron ustedes dos en el arroyo? Hace un momento lo querías golpear —preguntó entre risillas la rubia muy confundida por la actitud de Misy.

—Todavía quiero —contestó la morena muy cortante y volteó a ver a Lili —. Tú hermana está como loca porque dejaste tu celular e Ika no contesta, me gané el regaño tuyo. Iba a salir a buscarte, pero le dije que estabas conmigo —Se sentó hambrienta y vio como Lili estaba decayendo otra vez—. ¿Estás bien?

—Sí, solo... no había pensado como va a tomar mi hermana esto. Ni sé qué decirle. —La castaña llevó sus manos a su rostro y las paseó sobre su ondulada cabellera hasta entrelazarlas atrás de la cabeza, soltó todo el aire de abatimiento, el cual aplastaba sus pulmones.

—Le dije que Ika y tú se van a quedar en mi casa, tienes ropa en mi casa y ella lo sabe. Ika, tu mamá llamó esta mañana a mi casa y le pidió permiso a mi mamá para que te quedaras también, así que no problema. En cuanto a ti, al menos por hoy, te cubrí. Ya es decisión tuya si le dices la verdad o no. Preferiría que se lo dijeras —explicó Misy de forma ruda para su habitual trato con Lili, la castaña mordió sus labios a placer de la culpa y asentó con la cabeza para agradecerle por eso. La ya de por sí oscura mirada de la morena reflejaba gran severidad por el tema, le daba una vista de pocos amigos, esos ojos vieron hacía Akira—. ¿Sí lograran fusionarse en el momento de la pelea?

—Sí. —Como en el arroyo la respuesta de Akira estaba llena de seguridad y determinación, convenció incluso al joven árbol.

—Ahora ¿Cómo hacen para pelear? —La mayor del grupo volvió a tomar su sándwich y le proporcionó un gran mordisco.

—Según lo que él me explicó —Lili señaló al pelirrojo con su delgado brazo—, él tiene que saber de forma muy específica qué acción voy a realizar y así me da la energía para hacerla. También lo escucho en mi cabeza, ¿podríamos usar eso?

—No, la única forma de movernos es bajo tus ordenes, porque es tu cuerpo el que se mueve, yo solo siento el consumo de aura y comparto el dolor. No siento el flujo de los movimientos y eso nos entorpecerá. Debes aprender a pelear. Además, puedes oírme en tu cabeza, pero yo no puedo oír tus pensamientos para mantener nuestros movimientos en secreto, lo intenté.

—La única forma de comunicación de Lili contigo es qué ella hable. Pero también su adversario la escucharía. —Alis se quedaba pensativa ante el planteamiento del dilema.

—¿Y un sistema de códigos? —Ika casi no había hablado y cuando la idea de los códigos le paseó como el vuelo de un águila por la cabeza, la compartió en público.

—¿Cómo un sistema de códigos? —Akira y Lili preguntaron al unisonó, otra vez, se vieron las caras y el muchacho gesticulo una sonrisa, Lili se sintió incomoda y llevó su mirada al piso. Alis y Leo no pudieron evitar reírse por la situación.