Capítulo 10: Cita.

16 de Noviembre de 2018.

Abigail.

—¿Y qué harás en vacaciones?—le pregunté a Clío mientras caminábamos a la salida de la escuela pues hoy era el último día de clases.

Después de vacaciones empezaría un nuevo semestre, el último de secundaria y de ahí aplicaría para los exámenes de la universidad, sé la carrera que quiero tomar, solo que no sé dónde.

Y sí, secundaria ya que es el nivel que se conocería en mi país como preparatoria o bachillerato.

Una opción es volver a México lo cual amaría demasiado, solo que no hay suficiente campo laboral para actores allá; mientras que otra opción es seguir estudiando aquí. Houston no está mal, me gusta, pero no siento que sea mi hogar, después de varios años todo sigue siendo tan ajeno a mí.

Por eso quiero volver a mi país, pero no importa lo que quiero si no lo que me conviene.

Al menos tengo unos meses para pensarlo.

—Nada especial, visitar a mi familia en navidad y estar aquí en la ciudad—me contestó—. ¿Irás a México?

—No, este año mi familia viene para las fiestas.

En vez de ir a México como todas las vacaciones mi familia decidió venir, son las vacaciones de invierno así que pasaremos navidad todos juntos.

—¡Genial! ¿Pasarás tiempo con tu chico?

Gracias por recordarlo.

—En realidad eso se acabó.

—Espera, ¿qué? ¿por qué?

—Creo que necesito algo más serio—mentiras. Y es que si le decía que el ahora tenía novia, iba a ser muy obvio quien era mi enemigo con beneficios.

—¿No que eres algo así como un alma libre? ¿No estabas fastidiada de las relaciones?

—No me te refiero a una relación solo alguien con quien pasar el tiempo—sí ya no sabía como cubrir esto.

Normalmente soy buena mintiendo pero hoy no lo estoy logrando muy bien.

—¡Me tienes a mí!

Por suerte tengo una amiga ingenua como Clío.

—Tu tienes a tu novio.

—Eso no será un problema, además tienes a Mateo.

—Es lindo salir contigo y Nathan pero necesito a un Nathan solo para mí y Mateo es solo mi mejor amigo.

Ay no, está maquinando un plan para emparejarme con alguien, estoy segura de ello. Ya lo ha intentado tres veces.

—Bueno sé de alguien que te puede gustar, podríamos hacer una cita doble.

—¿Doble?

—Siempre arruinas las citas y de esa manera será menos incómodo.

Hace algunos días me quejaba de que no tenía con quien desgastar mis "frustraciones" así que tal vez debía aceptar esto para seguir adelante, además Clío está haciendo todo el trabajo por mí.

—En realidad es una buena idea.

23 de Noviembre de 2018.

El día de mi "cita doble" había llegado, solo sabía que el chico se llama Chris, que es amigo de Nathan y, bueno eso era todo.

Hace mucho tiempo que no tenía citas, me había aburrido de aquello y le había dedicado un tiempo especial a mi soltería. Luego el idiota de Daniel tenía que llegar a arruinarlo.

Clío y yo estábamos en una mesa esperando a los chicos.

—Por favor cálmate, le gustarás—dijo al verme jugar con los cubiertos.

—Estoy tranquila.

No estaba nerviosa ni nada, ni siquiera me interesa gustarle al tal chico pero tengo uno de esos malos presentimientos, tengo ganas de vomitar.

Los chicos llegaron y el tal Chris se veía lindo físicamente. Esperemos que sea amable y no un idiota.

Los chicos nos presentaron y comenzamos a hablar del ciclo escolar que apenas había terminado hace una semana. Fue un alivio que Clío y Nathan no empezaran con sus cursilerías hasta que Chris y yo nos sintiéramos cómodos como para entablar una conversación.

Este chico sí era muy simpático. Parecía más un amigo que alguien con quien quisiera tener sexo o tener más citas pero me gusta conocer gente agradable.

— ¿Así que eres latina?—dijo mientras que nuestros amigos se besaban.

—Sí, mexicana para ser exactos. ¿Cómo supiste?

—Por tu acento, mi abuela es de Colombia y por cierto hace unos años fui de vacaciones a México. Es muy lindo.

—Wow, ¿así que sabes español?

—Algunas palabras—dijo con una pésima pronunciación—. Claro que soy un asco.

—Solo un poco—nos reímos y seguimos platicando de más cosas.

Todo era muy agradable. Fue la primera vez en la semana que me sentí bien con otras personas y lo mejor que no terminé discutiendo como de costumbre con todos.

Claro que algo siempre tiene que salir mal, ¿No?

—¡Daniel! Ven aquí—dijo Nathan a su amigo mientras iba entrando al lugar con Eve, de la mano.

Se arruinó esto, se arruinó el momento agradable y el buen humor que había mantenido.

—Hola—ambos saludaron a todos.

—¿Quieren sentarse con nosotros?—esta vez fue Clío.

Gracias destino, estás haciendo un gran trabajo, intento hacer algo bien por mi salud emocional y me sales con estas mamadas.

—Pero están en una cita—Eve dijo.

—¿Y? Nosotros también—Daniel me miró, yo traté de no hacerlo.