7 de Diciembre de 2018.
Abigail.
Había tenido mi cita con Aaron, fuimos a ver una película y luego a comer a un lugar cerca.
¿El chico me gusta? ¡Claro que sí!
Digo, había sido mi crush todo mi primer semestre, obviamente me gusta.
Pero, ¿Había algo que me impedía abalanzarme a él esta noche? Sí.
Normalmente cuando solía salir con chicos, lo cual pasaba muy rara vez ya que yo no soy una chica de citas y esas cosas cursis, las cosas terminaban en mi cama o en la suya pero esta noche no. Antes de empezar a tener "beneficios" con Daniel había pasado mucho tiempo de que me interesara estar con chicos, me había tomado un descanso de esas cosas pero ese animal se había cruzado en mi camino.
Pero al menos ahora no tenía ningún interés en acostarme con Aaron además de que necesitaba ir a casa de Daniel para su fiesta, aunque estuviéramos peleando toda la semana se lo había prometido. Algunas de las peleas habían sido mi culpa ya que me encantaba ver como se enojaba cuando mencionaba a Aaron, no me arrepiento de nada.
Cuando mi cita terminó le pedí a Aaron que me acompañara a casa de Daniel por si quería quedarse, el dijo que no o su compañero de cuarto lo dejaría afuera. Así que me llevó a la puerta de la casa de Daniel, la cual estaba abierta para que todos sus invitados pudieran pasar y me despedí de él solo con un beso en la mejilla.
—¿Así que ya se fue tu amiguito?—Daniel dijo apareciendo detrás de mí
—Sí, ya lo extraño—suspiré para molestarlo. El hacía lo mismo con Eve así que, ¿por qué no hacerlo yo?
—Vamos adentro, está haciendo frío.
Nos adentramos a la casa y comenzamos a beber los dos, a este punto de la noche ninguno de los dos estaba mal. Casi todos nuestros amigos si lo estaban, a excepción de Lia, quien como Mateo podía beber dos botellas sola y parecía muy normal. Los odio por ese talento innecesario.
Más tarde uno de nuestros ebrios amigos decidió jugar a la botella.
¿Qué no eso era muy 2014?
Nadie tomó en cuenta mi comentario y comenzamos a jugar Daniel, Lia, Chris, Eve, Nathan y otros cuantos chicos y chicas de la fiesta.
Clío y Mateo no habían querido jugar, solo observar el juego.
En realidad solo era un absurdo juego de verdad o reto hasta que alguien decidió que mejor se convirtiera en besos, y si alguien no quería besar a una persona tenían que quitarse una prenda de ropa.
Creo que era un mal día para usar un vestido.
Probablemente no podía negar besar a nadie, al igual que Lia que traía un jumper y bueno, por parte de Eve aunque tuviera muchas prendas de ropa no le negaría un beso a nadie.
Y sí, los zapatos no cuentan como prenda así que no tenía opción, iba a tener a besar a quien me tocara.
Después de una serie de besos aburridos entre personas que no conocía llego el turno de Chris quien para suerte pudo tocarle con cualquier desconocida, pero le tocó con Lia. Sé que a Mateo le agrada Chris, cuando no está cerca de Lia obviamente ya que tienden a ser muy cariñosos.
No la culpo, Chris es demasiado tierno y provoca que todos quieran abrazarlo.
Lo peor de todo es que tenían que ser besos bien dados, al menos diez segundos porque si no te tocaba castigo lo cual era una prenda fuera.
Significa problemas.
No por ellos, en realidad son bastante maduros como para que eso no afecte su buena amistad, pero el problema está en que Mateo a veces actúa muy inmaduro y esta podría ser una de esas veces. Soy una clase de oráculo para los desastres.
Luego llegó el turno de Lia y creo que en realidad mi hermana tenía muy mala suerte porque apuntó a Nathan.
Otra vez el mismo punto de antes pero ahora con Clío, ella es a veces inmadura y posesiva.
Yo soy celosa pero ser posesiva es peor.
Estaba tan distraída en mis pensamientos que no me di cuenta que la botella apuntaba a mí. Un chico del cual no sabía su nombre le había tocado besarme y bueno, lo hizo, no besa mal y no es feo. Así que este juego va bien para mí.
Ganando como siempre.
O al menos iba ganando hasta que era el turno de Daniel y tenía que besar a Eve.
Tan solo verlos me revolvía el estómago, no era una imagen agradable y Daniel se estaba vengando de mí por toda la burla que le había hecho a lo largo de la semana.
Gracias Karma, como siempre haces un buen trabajo. Dijo nadie nunca en la vida.
Ahora era el turno de Eve y por suerte le toco besar a alguien que no conocíamos. Por un segundo le iba a tocar a Daniel, pero gracias a cualquier divinidad no pasó. Después llegó el turno de Chris y me apuntó a mí, esta sería mi pequeña venganza, en realidad había sido un buen juego después de todo.
Otra vez era el turno de mi hermana y para la mala suerte de Mateo, le tocó besar a Chris de nuevo.
Al menos Chris podía tener la suerte de decir que besó a unas gemelas.
Volteé a ver a mi mejor amigo para ver cómo estaba y bueno, en todo lo que llevaba del juego no había soltado su botella de ron que ahora estaba a la mitad.
—Ya tuve suficiente de este juego—dijo uno de los desconocidos.
Gracias amigo, en serio ya estaba esto mal y aburrido. Unas personas estaban insistiendo en seguir con este estúpido juego y yo iba a levantarme de mi sitió hasta que alguien habló.
—Está bien, pero terminemos el turno de Abigail—dijo mi adorable copia.
Nótese el sarcasmo. No sé que está tramando ahora.
—Nop, terminé—intenté pararme de nuevo pero Lia me detuvo tomándome del brazo.
—Por favor—puso su estúpida mirada tierna.
Sé que tenemos la misma cara y por eso mismo soy muy vulnerable a sus engaños. Somos adorables, chantajistas y manipulables.