Enemigos Con Beneficios

Capítulo 21: Visitas.

17 de Diciembre de 2018.

 

 

Abigail.

 

 

Daniel y yo bajamos las escaleras y una manada de tres simios corrieron a abrazarme, casi me estaban asfixiando pero es más que nada su muestra de cariño, o eso espero. En realidad no son simios aunque lo parezcan, solo mis primos, así que más bien son idiotas.

No sé en qué momento perdí de vista a Daniel y cuando volví a encontrarlo estaba en la cocina cómodamente con mis padres platicando alrededor de la barra. Solo han hablado una vez: En la escuela antes hacían eventos de recaudaciones como fiestas de disfraces y ese tipo de cosas, entonces una vez mis padres decidieron ir a "apoyarme"—aunque en realidad iban a burlarse del disfraz que tenía que usar—y resulta que cuando fueron a verme Daniel me estaba molestando con mi adorable disfraz de Sandy de Grease y mágicamente cuando vio a mis padres decidió comportarse y presentarse.

Desde entonces a mamá y papá le han caído bien y desde que se enteraron de la vez que estuvimos juntos en su fiesta cuando todo este caos empezó no han parado de molestarme por mensajes de que si ya vamos a estar juntos. Claro que solo les dije que es mi "amigo" y no la persona con la que tengo sexo casual.

Entonces sí, Daniel estaba riendo de algo con mis padres y estaba conociendo a mis tíos mientras que yo estaba atorada con los idiotas de mis primos diciéndome lo mucho que había crecido. Aunque solo no nos veíamos en un año pero son demasiado exagerados, lo genial de todo es que solo nos diferencian algunos años, no son unos niños pero se comportan como tal.

Los guíe hasta donde estaban los demás para que me dejaran en paz y me senté a lado de Daniel. Mala idea, uno de ellos; Jorge, notó la presencia de mi acompañante.

— ¿Y tú dónde estabas con Abigail?—le dijo y Daniel no supo que decir.

Parecía divertido con el tono brusco que intentó usar. Jorge, que es el menor de los tres no es para nada amenazante.

Ahora gracias a él, los otros dos miraron a Daniel.

—Jorge—le advirtió mi tía. Ella sabe que están a punto de armar una de sus escenitas.

— ¡Perdón por preocuparme por Abisita, mamá! ¡Puede ser un acosador!

—Si fuera un acosador no estaría en presencia de mis tíos, idiota—intervino mi primo Luis, quien es el mayor—. Aunque no ha contestado porqué estaba con Abi, ¿eres su novio?

Luis es el más tranquilo a comparación de los otros dos, pero puede fingir ser intimidante cuando quiere.

— ¿¡Su qué!? ¡Tía, ella no puede tener novio!—ahora hablaba Iván, el de en medio—. ¡Es muy chica para eso!

Es el más inmaduro pero, ¿qué les voy a hacer? Son mi familia no puedo negarlos y abandonarlos en la calle. En realidad son como mis hermanos ya que crecimos juntos, a veces desesperan pero si los quiero.

—Iván, tienes la misma edad—contestó mi tío—. Y no creas que no sabemos cuántas veces metes a chicas a tu cuarto en la noche.

— ¡No le des ideas papá!—Jorge atacó y me tapó los oídos.

Siguieron discutiendo mientras yo me reía de todo esto, Daniel no decía nada a pesar de que se notaba que quería reír, pero aunque tenga cara de baboso bien se dio cuenta de que necesitaba darle el avión* a mis primos para que les caiga bien, así que cada vez que lo interrogaban el contestaba como si en realidad les tuviera miedo cuando no es así.

Finalmente dejaron de prestarle atención para hablar con mis padres y Daniel aprovechó para poner constantemente su mano en mi pierna y aunque le diera manotazos no se rendía, al menos hasta que notamos que Luis nos miraba muy divertido así que dejamos de hacerlo.

¿Quién diría que este desorejado* estaba conviviendo conmigo y mi familia en paz?

Tiempo después la puerta de la casa se abrió y Lia y Mateo entraron riendo. Escena rara por cierto.

Mis tres primos corrieron a abrazarla.

— ¿Y tú dónde estabas con Lia?—le dijo Jorge a Mateo.

Y ahí vamos otra vez.

—Chicos, mejor vayan a ver si ya puso la marrana*—les dijo mi tía y los tres subieron las escaleras, no sin antes de que Iván señalara con dos dedos a Daniel como la seña de "te estoy observando" y Jorge simulara cortar su cuello con el dedo pulgar.

Qué linda es mi familia.

 

 

(...)

 

 

Mi mamá y mi tía estaban preparando la comida, mientras que Lia hacía la lista de las compras de navidad con ayuda de Mateo, aunque faltaban casi dos semanas para ello. Pero mi copia entusiasta ama todas esas festividades.

Daniel y yo veíamos la tele, yo estaba acostada con mi cabeza en sus piernas y el jugando con mi cabello, estaba tratando de hacer trenzas pero solo lograba enredarlo.

Jorge nos miraba desde el otro lado de la casa al igual que vigilaba a Mateo y Lia constantemente.

La puerta de la casa de repente se abrió pero el sillón me tapaba la visión de quien era pero cuando escuche a los tres babosos correr me pude dar una idea de quién era así que me levanté de mi cómoda posición.

Mi hermano, Dylan, había llegado ya que ahora eran sus vacaciones y no tenía que estar en el campus de la universidad, después de que mis primos lo soltaran pude abrazarlo.

—Él es el que nos quiere robar a Abigail—dijo Iván cuando le estaba presentando a Daniel e inmediatamente Jorge se puso en medio de nosotros dos.

Dylan solo se presentó y fue con mis padres y tíos.

Mis primos son más celosos y sobre protectores que mi hermano.

 

 

Daniel.

 

 

Tenía como media hora tratando de despedirme de Abigail pero solo nos interrumpíamos hablando de cualquier tema, yo no me quería ir ni ella quería que me fuera y al parecer pero sus primos seguían dándonos miradas.




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