21 de Diciembre de 2018.
Abigail.
Tener una cena todos nosotros había sido buena idea.
Tomar alcohol después no lo era.
Y es que cuando mi familia compraba alcohol para siete personas parecía que compraban para veinte.
Así que eran las 4:00 am y Jorge e Iván estaban quedándose dormidos en el sillón mientras que Luis estaba pegado a su teléfono, escribía algo, luego leía algo, se enojaba, y tomaba su trago entero. No es la borrachera más desastrosa que hemos hecho pero estoy segura de que todos tendrán una gran cruda mañana. Y me incluyo ahí ya que aunque se lo había "prometido" a Lia sabía que en algún momento caería en las garras del alcohol, así que sí, ya me estoy poniendo algo tonta.
Mientras mi hermano ya se había largado a dormir. Es la oveja blanca de la familia, los demás somos ovejas negras.
—¿Y si llevamos a esos estúpidos a dormir en nuestro cuarto?—dijo Lia mirándolos con pena.
—¿Y dónde dormiré yo?—dije, el plan no me gusta. Yo necesito dormir en mi cama.
—Si quieren los dejamos en mi cuarto—dijo Mateo—yo puedo dormir en el sillón.
—Si queremos—respondí por mi hermana y entre Daniel y Mateo subieron a mis primos a excepción de Luis que seguía en su misma rutina.
Lia siguió bebiendo y tiempo después fue hasta donde estaba Luis a arrebatarle su celular.
—¿Qué haces? Eso es mío—le reclamó.
—No voy a dejar que te sigas humillando. Ven, es hora de que duermas.
—¿No iba a dormir en el sillón?—dijo arrastrando las palabras.
—Nop, te llevaré a dormir con Dylan.
—¡Pero no me gusta Dylan!—a Lia no le importó su comentario y como pudo lo levantó del sillón.
Ella siempre cuida los borrachos. Aunque la copia mentirosa no me engaña, tal vez sí tenga una resistencia increíble al alcohol pero hoy se le pasó un poco la mano.
—Creo que debería acompañarlos—dijo Mateo viendo cómo ambos se tambaleaban subiendo las escaleras.
Tengo muchos motivos por los cuales no debería dejar que ellos dos suban solos:
1.- Lia para nada es impulsiva, pero cuando consume alcohol no hay una conexión con su razón así que cualquier idea es genial.
2.- Cuando Lia tiene el suficiente alcohol en la sangre se vuelve muy... ehm, ¿cariñosa?
Bueno solo tengo dos motivos, pero en conclusión: Lia es otra persona cuando bebe y es muy mala idea dejarla sola con Mateo en esta ocasión. Tenía que cuidar a mi hermana de su embriaguez pero ahora tengo que lidiar con la mía que apenas comienza.
Ups.
¿Soy una mala hermana?
Minutos después solo oímos la puerta de mi habitación cerrarse y algunos minutos más el sonido de algo caer.
Supondré que está bien, aún así ella lo va a superar.
—Bien, todavía nos queda media botella de tequila y nada de refresco—dije sirviéndola en dos caballitos—. Así que toma—le extendí uno a Daniel.
—¿No deberías de cuidar a tu hermana?—tomó el caballito y bebió "la felicidad líquida" inmediatamente.
—No en realidad, necesita eso. Yo lo sé—tomé el contenido de mi vaso y me mareé un poco ups—. ¿No deberías de estar besándome?
Bien pues ya describí como es mi copia estando ebria, ahora es mi turno.
Digamos que cuando alcanzo la cantidad adecuada de alcohol en mi sangre me pongo tonta y muy cariñosa en una forma diferente a mi hermana. Ella se vuelve cariñosa más sexualmente.
¿Yo?
Aunque odie admitirlo—y eso que muy pocas personas han visto esa faceta en mí—me vuelvo cariñosa, melosa, cursi, empalagosa y todas las cosas que odio y nunca hago.
Ojalá que mi sentido común no me permita hacer eso esta noche.
(...)
Daniel.
Ya era de mañana, mi cabeza y cuerpo dolían pero unos brazos al rededor de mi me impedían retener ese pensamiento de dolor, Abigail me estaba abrazando como si fuera su peluche después de que quedáramos profundamente dormidos cuando iba saliendo el sol.
Ajá, solo dormir.
No habíamos hecho nada, nuestro estado etílico era muy alto para hacer ese tipo de cosas, así que después de fallar y burlarnos por nuestra idiotez a causa del alcohol comenzamos en el nivel de contar cosas personales y platicar cosas inusuales hasta que nos quedamos dormidos.
Abrazados.
Abigail por primera vez no me insultó o golpeó, fue muy dulce conmigo y cuando decidimos que era buena idea dormir ella se acerco a mí y se acurrucó.
Nunca había hecho eso con nadie y, ¿lo peor? Me gustó.
Como pude me levanté del colchón improvisado de la sala y fui al baño, había estado tantas veces aquí que ya hasta tenía un propio cepillo de dientes. Así que me lave los dientes e intenté acomodar mi ropa y cabello.
No quería que sus primos pensaran que dormimos juntos y que habíamos hecho más cosas. Ayer habíamos convivido bien sin que me miraran mal así que hoy al menos quiero llegar a casa con mi linda carita a salvo.
Cuando salí Abigail ya estaba en la cocina, como si no se hubiera desvelado, no ojeras, no maquillaje corrido, no despeinada.
Solo se veía casi como siempre. ¿Hizo un pacto con el Diablo para verse así de bonita después de emborracharse?
Solo no le digan que dije que es bonita porque alimentaré su ego.
—¡Buenos días, solecitooo!—ella me gritó. Estaba de muy buen humor y yo con resaca.
Qué chica tan rara.
—Veo que alguien tiene cruda—me sonrió.
¿Quién despierta de tan buen humor?