Capítulo 27: Evitando.

9 de Enero de 2019.

Abigail.

Traté de evitar discretamente a Daniel el resto del día, en serio traté.

Pero discreción y Abigail no van juntos en una misma oración, Daniel se había dado cuenta, prácticamente cada vez que lo veía me daba la vuelta y salía corriendo y cuando llegó la salida me fui por el otro lado para no verlo. Antes de salir de vacaciones él me esperaba en un lugar específico para irnos juntos y no quería pasar por ahí.

Al día siguiente llegué más temprano para evitar que pasara por mí, aún no aclaraba mis ideas, había estado sola todo el día para pensar y solo lograba enojarme y más porque no paraba de llamarme y mandarme mensajes.

Incluso fue a la casa pero le dije a mi mamá que le dijera que no estaba, y ella muy amablemente sin preguntar lo hizo, amo a mi mamá.

Por la noche apagué mi celular y cuando estaba en los pasillos de la escuela comencé a leerlos.

Danidiota: Te estuve esperando hoy en el lugar de siempre...

Y en la tarde fui y no estabas, o eso me dijo tu mamá pero no sé por que sospecho que miente.

Incluso le llamé a Mateo pero el tampoco sabe que está pasando

Tampoco Chris sabe

Tuve que pedirle a Nathan el número de Lia y Adivina que dijo?

Qué eres estúpida. Eso y que te diera tu espacio. Y que eres estúpida, otra vez

¿Pero darte espacio en qué?

Qué te pasa, qué tienes? Hay algo en lo que pueda ayudarte?

Por qué me evitas??

Ya no quieres estar conmigo?

Genial, ahora no te llegan mis mensajes.

Ni entran mis llamadas!

Dame una señal de vida, Algo!!

Abigail si es una de tus bromas esto no es divertido, me preocupas en serio

Hice algo mal?

Te extraño...

Ok, olvida eso último ahora te odio por evitarme.

Por suerte encontré a Clío en su taquilla. No la había visto desde esa charla en mi cocina, necesitaba un poco de apoyo femenino ya que cuando le dije a Mateo me dijo casi lo mismo que Lia.

—Haz estado desaparecida—le dije.

—Estuve algo ocupada—cerró su taquilla y me dio la espalda. 

—Le dijiste todo a Eve, ¿verdad? —le solté y ella se dió la vuelta.

Su actitud de mierda me estaba confirmando todo.

—Sí. Ella es mi prima y él era su ex. Ahora todo está claro—se sonrió cínicamente.

—Casi te rogué para que no lo hicieras porque eres mi amiga.

—Ni siquiera voy a disculparme, no voy a ser amiga de alguien que se mete con los novios de otra persona.

Ouch.

—Cuando engañaste a Nathan te apoyé, no te juzgué a pesar de que fuera mi amigo. Cada vez que haces algo malo estoy para ti y ahora que te pedí que no revelaras algo que no tenía importancia contar no pudiste al menos apoyarme.

—Me estás aburriendo—miró su reloj.

Hija de su santísima madre. Insultar a las madres de los demás es malo.

—¿Sabes qué? No me mereces. Sí, me metí con alguien que tenía novia y me arrepiento. Pero al menos sé que nunca fui mala contigo, siempre fui una buena amiga y qué bueno que le dijiste todo a Eve, ahora puedo estar libremente con el chico que me gusta.

Cien puntos para Abigail.

—Mejor supéralo. Eve y Daniel van a regresar, son perfectos juntos. Solo eres una piedra en si camino, solías ser un juguete para él solo para no aburrirse porque adivino, no tenía con quien más acostarse.

Bueno, eso es un poco cierto.

—Pero eso ya acabó, para que sepas estuvieron juntos el fin de semana y estos días, es cuestión de tiempo para que estén formalmente juntos, así que buena suerte con estar con el chico que te gusta.

Ella se fue, yo estaba solo parada ahí sin saber qué hacer.

Genial, se había quedado con la última palabra, yo siempre soy la de la última palabra.

Mateo llegó a lado mío y dijo algo sobre ir a comer pero en realidad no le presté mucha atención. Él se dio cuenta de que estaba perdida y luego vi a Daniel caminar a nuestra dirección.

Algo que amo de mi mejor amigo es que sabe leer mis expresiones faciales así que me tomó del brazo y me llevo a la dirección contraria.

Quería llorar y déjenme decirles que Abigail no llora por falsas amigas ni por chicos.

Al menos no en público por que la realidad es que soy bien chillona.

(...)

—Abigail, tienes que salir de ahí—Mateo dijo fuera de un cubículo del baño de mujeres. A mi mejor amigo ya no le daba vergüenza nada.

Solo aceptar que le gusta mi hermana.

—No—dije tratando de que no se notara mi voz cortada. Al igual que lo había intentado mientras le contaba todo lo que Clío me dijo.

—No puedo creer que en serio te estés dejando ganar por una chica así.

No recordaba haber llorado así por alguien, Clío había sido mi primera amiga aquí, me cuesta mucho hacer amigos así que le hubiera perdonado lo que hizo, pero me dio la espalda y eso dolía más que nada.

Y luego estaba Daniel, en realidad pensaba que estaba haciendo un drama de todo esto, ¿qué tal que lo nuestro si era solo sexo?

Y yo aquí perdiendo el tiempo.

—No puedo ganar algo que no tuve—me soné mis moquitos.