17 de Enero de 2019.
Abigail.
—¡Tú, estúpida!—Eve gritó mientras se acercaba a mi taquilla.
Ayer no había hecho nada mientras Daniel y yo nos besábamos frente a ella así que de algún modo estaba esperando esto.
Traté de ignorarla pero era muy insistente.
—¡Mírame cuando te hablo!
—¿Que quieres?—volteé a verla.
—Que me devuelvas lo que es mío.
—¿Y eso es?
—Daniel. Me lo robaste y te hacías llamar mi amiga.
—No me lo "robé", él te engañó conmigo y la verdad siento mucho eso. Pero él no es un objeto y decidió estar conmigo.
—No siempre va a ser así, te va a cambiar como a mí—dio una vuelta dramática y se fue.
No sé si había sido cruel pero ella me estaba gritando. Y ahora todo el mundo me miraba, genial.
En realidad me había imaginado esta escena mucho peor.
(...)
Para la hora del almuerzo estaba sola, mi profesor me había dejado salir antes, o más bien me había sacado de clase por estar comiendo, pero estaba aquí en la cafetería sin nada que hacer. Solo comiendo uvas.
—Hola preciosa—dijo Nicolás sentándose a lado de mí.
Nicolás es un chico de mi clase que me había gustado por mucho tiempo y cuando por fin le pedí una cita él solo quería acostarse conmigo y como soy idiota acepté con la esperanza de que le fuera a gustar o algo.
Pero no fue así, al día siguiente hizo como si no me conociera y misteriosamente cuando se aburre me viene a buscar.
También sabe español aunque a veces no le entiendo nada.
—Ya te dije que tu acento es ridículo—le sonreí falsamente.
Era de esos chicos que solo te buscaban cuando parecía que ponías tu atención en alguien más. Así que ahora que estaba con Daniel había venido a molestar.
¿Es el día de fastidiar a Abigail?
Parece que sí.
—Y yo ya te dije que me gustas, pero sigues sin admitir lo mismo—me tomo de la mano y yo la aparté.
¿Cómo me había gustado este tipo?
—Te felicito, sé que soy un buen partido pero no me gusta eso de salir con chicos bobos—necesito insultos menos infantiles.
—Sólo pensé que podíamos volver a acostarnos, ¿qué opinas?
—Asco.
—Vamos, no te arrepentirás—colocó una mano en mi pierna y antes de que pudiera soltar un puñetazo alguien se sentó entre los dos.
Puñetazo, porque patadas y manotazos solo a Daniel.
Qué asco me doy.
—No gracias, ella ya tiene con quién acostarse. Todos los días y noches por cierto—Daniel dijo, mientras yo quería reírme de la expresión de Nicolás.
Olvídenlo, no me da asco decir que solo el se merece mis patadas llenas de cariño.
—¿Y tú quién eres?—Nicolás alzó una ceja.
Claro como si no nos hubiera visto ayer. Si por algo está aquí molestando.
—Su novio—le sonrió—. Así que lárgate.
Nicolás se levantó de mala gana y se fue.
La actitud protectora de Daniel me había prendido y es que vamos, no habíamos tenido sexo en mucho tiempo, como ayer por ejemplo.
Dios, ya pensaba cómo el.
No éramos novios aún pero me gustaba como sonaba eso.
Novio, mío, mi novio.
—Así que, ¿mi novio?—use un tono burlón y el fingió ignorarme—. Ahora supondré que estas celoso.
—Cállate—rodó los ojos.
—Cállame—me colocó una uva en mi boca—.No era lo que tenía en mente pero gracias—y le metí un puñado de uvas.
18 de Enero de 2019.
—Necesito un consejo de hombre—le dije a Mateo mientras abría la puerta de su habitación.
—¿Qué hiciste ahora?—de mala gana pausó la película que estaba viendo.
—Perdón por molestarte con mi amistad—me tumbé en su cama—. Aún así te contaré.
Bueno, como decir esto con un poco de tacto... veamos:
—Acababa de tener el sexo más maravilloso de mi vida con Daniel y...
—No aguantaré esto—se levantó del otro extremo de la cama, que es donde estaba, y se dirigió a la puerta. Yo lo jalé de la oreja y lo obligué a sentarse en la cama y luego yo me senté.
—Toleré varias veces tus peleas con Lia, tú puedes tolerar esta historia.
—Está bien, prosigue—rodó los ojos.
—Bueno, terminamos el sexo más maravillosamente hermoso de mi vida y luego él lo arruino y luego yo.
—Pausa. ¿Estabas tomando alcohol?—¿cómo se dio cuenta?
Tal vez por mi aliento a alcohol.
—Si bueno, antes de todo esto tomamos una botella de vodka. Pero ese no es el punto, desp...
—Espera, ¿esto acaba de pasar?—puso cara de asco y me empujó de su cama provocando que me cayera. Me quedé sentada en el piso y asentí—. ¿Él ya se fue?
—Oh no, él está a lado en mi cuarto, dije que iba al baño.
¿No se había dado cuenta de que solo traía la playera de Daniel y ropa interior? Creí que era algo obvio, dah.
Le debe de gustar mucho mi hermana como para no fijarse en esos detalles. Aunque eso no sonó bien ya que somos prácticamente iguales. Mejor voy a borrar los últimos pensamientos de mi mente.
—Termina de contar esto antes de que quiera vomitar. Y no vuelvas a decir maravilloso y sexo en una oración.
—Bueno después de "eso" él dijo que me quería. Nos quedamos callados y yo dije que iba al baño y ahora estoy aquí. Y tengo miedo.
—Escucha, Abs. Los chicos muchas veces decimos cosas que no queremos por la emoción del momento. No digo que este sea el caso pero es lo más probable.
—No tengo miedo de que sea verdad.