Cinco meses después.
14 de Junio de 2019.
Daniel.
Los últimos meses han sido un completo desastre, todos habíamos estado preocupados por pasar los exámenes para poder graduarnos, sumándole eso a las admisiones de la universidad.
Yo había sido aceptado en la carrera de Gastronomía en México, Abigail en su segunda opción que era Comunicación y Mateo en Turismo. Todos en la misma ciudad, Mateo y yo en el mismo campus y el de Abigail un poco cerca.
Así que sí, estaría cerca de mi novia además de que había encontrado un lugar para vivir que no estaba muy lejos de su casa, compartiría la casa con más estudiantes pero era una gran oportunidad de hacer amigos y hacerme independiente.
Eso entraba en las cosas buenas de estos últimos meses, además de las fiestas, salidas con amigos y mi fantástica novia.
Y hablando de mi fantástica novia: Hace poco había llegado a la conclusión de que estoy enamorado de Abigail. Sí, esa chica que me caía mal, a la que fastidiaba y con la que siempre peleaba. Ella misma.
Obviamente habíamos peleado mucho en estos cinco meses que habíamos estado juntos y por lo mismo habíamos terminado dos veces, pero a la semana volvíamos a estar juntos más felices ya que nuestras peleas siempre eran por cosas estúpidas y no podíamos pasar más de tres días sin hablar.
La mayoría de las peleas se basaban en mis celos o los de ella ya que las primeras semanas de que iniciamos nuestra relación Clío y Eve habían estado molestándonos, o más bien molestándome a mí, además de que los chicos siempre se le acercaban a mi novia, chicos como Aaron o Julián.
Pero no somos tóxicos ni nada o al menos yo veo así las cosas, soy el mejor novio que alguna vez en su vida podrá tener y no debería de estar celoso ya que soy genial y sé que nunca querrá remplazarme, solo que no me había dado cuenta de que en realidad Abigail tiene muchos pretendientes; pero adivinen que, ella me quiere a mí.
Aún recuerdo cuando ese pequeño desastre me pidió que fuera su novio.
Sí, ella me lo pidió porque es la persona más desesperada que conozco.
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18 de Enero de 2019,
No pude callar mi bocota y le había dicho a Abigail que la quería. Fue un impulso y solo me salió pero eso no significa que no sea cierto.
Lo había hecho porque sí, la quiero, aunque claro que el alcohol y una buena sesión de sexo me impulsó a decirlo pero ahora ella había regresado del baño sin decir nada, solo llegó y se sentó en su cama.
—¿En serio lo haces?—rompió el silencio.
—¿Qué?—me hice el tonto.
No iba a repetírselo, todavía tengo dignidad aunque no lo parezca.
—¿Me quieres?—volteé a verla y ella ya me estaba mirando.
¿Qué es lo peor que podía pasar? Al diablo mi dignidad, esa cosa no sirve para nada.
—Sí—ella no dijo nada. ¡Nada!—. Sé que tal vez es muy pronto y no voy a forzarte a sentir nada solo porque yo sí, n...
—Yo también te quiero—me interrumpió y luego me besó.
Qué complicadas son las mujeres, que le costaba decir un "Oh Daniel yo también te quiero y eres asombroso en la cama" en vez de huir a esconderse al baño o a quién sabe dónde.
¿Sólo quería jugar con mis sentimientos?
—Y en vista de que eres muy lento en estas cosas Daniel, yo te lo pediré—dijo cuando nos separamos.
—¿Pedirme qué?—volví a hacerme el tonto.
Era mi venganza por jugar con este tipo de cosas.
—¿En serio vas a hacer que lo diga?
—¿Decir qué?—espero que no me dé un puñetazo en mi linda cara, o una patada. No sé que es peor.
Ella solo rodó los ojos.
—¿Quieres ser novio de la persona más increíble del universo?
—No puedo ser mi novio, Abigail—dije como si fuera algo muy obvio.
—¿Quieres ser mi novio, bobo?
—Ah no, pídemelo bonito—hice un puchero y me miró mal—. Sigo esperando, Abigail.
—¿Quieres ser mi novio?
—Mmm... déjame pensarlo—ella me pateó—. Está bien si quiero, boba.
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—¿En qué piensas, apestoso?—dijo Abigail abrazándome por la espalda.
Al parecer "apestoso" era su nuevo apodo cariñoso del mes. Estábamos en la fiesta que organizaron los alumnos para celebrar al fin el cierre del ciclo escolar, nos encontrábamos rodeados de adolescentes—o más bien casi adultos— alcoholizados, bebidas misteriosas y drogas legales. Lo común.
—Pensando. ¿Dónde estabas?—me volteé y le di un beso en la frente.
Eso de ser cariñoso nunca se me había dado con ninguna de mis novias pero algo en Abigail me motiva a serlo. Nunca creí verme así, que asquito.
—Cuidando que Mateo no haga alguna estupidez—suspiró fastidiada.
Desde que Mateo se había enterado de que Lia tenía novio había estado bebiendo y acostándose con chicas al azar y luego los novios de esas chicas llegaban a golpearlo.