Enemigos de Sangre Fría.

Capítulo 2:


Primer turno del curso y del día y empezamos con Química. Al menos esta vez no llegué tarde. Cuando entro me encuentro con el aula llena, somos los mismos de siempre, solo resalta una cara nueva y vistosa por encima de todas de las demás. 

Es un chico nuevo... 

Supongo que sintió que alguien lo observaba porque comenzó a mirar a todos los que estaban en el aula, hasta que se dió cuenta que era yo. 

Nuestros ojos hicieron contacto y nos quedamos en la misma posición durante un tiempo largo, al menos para mí. 
Luego el profesor entró al aula y me mandó a ocupar mi puesto (si, digo "mi" porque solo quedaba un puesto y era justamente al lado de ese chico. 

Asentí y fui directo. Todo el turno me la pasé atendiendo, a diferencia de la mayoría de las chicas del salón, que, andaban soltando suspiros exagerados y de alguna forma u otra trataban de llamar la atención de el chico que se encontraba a mi lado, entre esas estaba Shelly. 

Como no tenía ganas de hacer nada al respecto, seguí enfocada en la clase. La campana suena antes de lo esperado, me decido a recoger mis libros para ir al próximo turno y para cuando me decido a caminar una mano que agarra mi brazo me lo impide. 

Al voltearme me doy cuenta de que el chico de los suspiros (entiendan, le puse así porque se roba los suspiros de las chicas, pero no es mi caso). 

—Emm...hola—comienza con una sonrisa en su rostro—no es por molestarte que vengo a hablarte, sino, porque me quiero presentar —ya ok, muy lindo que desee ser amable, pero no me interesa mucho— Mi nombre es Noah Lishnock. 

—Hola soy Lillie Clarence, un gusto. 

—El gusto es todo mio, pequeña. 

—¿Qué?—al oír lo que dijo no pude creer tal nivel de confianza, no se de donde la sacó, porque yo no se la dí—¿Qué acabas de decir?—le vuelvo a preguntar. 

—Dije: "el gusto es todo mío, pequeña. 

—¿Y de donde sacas el "pequeña"?—lo miro a los ojos— porque que yo sepa, soy de tu misma edad. 

—Si, podremos tener la misma edad y todo, pero tu tamaño no es que intimide mucho, aparte si eso es lo que tratas de lograr conmigo, intimidarme para que te deje de hablar y te coja miedo, vas a tener que hacer un duro esfuerzo—acorta la distancia que queda entre nosotros y me susurra en los labios—porque no pienso darme por vencido contigo, peque. 

—¿Darte por vencido en qué?—este niño está locooo, se fue y me dejó con la palabra en la boca o al menos eso supe hasta que lo oí gritar. 

—¡Mas adelante te darás cuenta! 

Ahora si estaba segura de que el comienzo del curso, no fue lo que espere. 

Se me hizo imposible concentrarme en todo el día. Noah era el causante de mis problemas a partir de ahora. 

A decir verdad, estaba un poco inquieta, mi amiga Shelly no estaba por todo eso. Me pareció extraño verla hablar antes con Noah y después de eso se desapareció. Ella no era así,  siempre me avisaba si iba a salir o me decía que iba a hacer. Hoy supongo que fue la excepción, también me pareció raro no haber visto en todo el dia desde por la mañana a Delia, su presencia no me importaba mucho pero después de lo ocurrido con la secretaria quise saber más. 

En mi camino a mi casa, no me quedó de otra que irme sola, se sentía bien ir acompañada de la soledad o al menos lo disfrute por unos momentos hasta que se apareció él. 

—¿A dónde vas tan sola pequeña? 

—Jum, ¿acaso me estas siguiendo? 

—No te sigo, solo voy hacia mi casa, por si no te diste cuenta vivo al frente de la tuya. 

—A ver idiota, entiendo que yo te guste y todo pero esas no son razones para que me estés acosando, si quieres ser mi novio pregúntame a la cara y ya, lo peor que puede pasar es que te ignore y te diga que no, porque créeme es lo q voy a hacer. 

—Pequeña estás equivocada. ¿Qué te hace pensar que me gustas o que quiero ser tu novio? 

—No sé, dime tu, don inteligente. 

—En primer lugar, no tienes nada en lo que yo me pueda fijar, si me llegaras a gustar te lo diría, pero no creo que eso ocurra por ahora. 

—¿Entonces por qué me sigues? 

—Ya te dije que vivo frente a tu casa y tengo deseos de llegar. 

—Entonces adelante. 

—Adiós, nos vemos mañana o quizás quizás en la noche. 

—¿Por qué en la noche? 

—Ya verás, no seas impaciente. 

Ahh, este idiota me trae los pelos de punta. No sé,  pero me da mala impresión eso que dijo de vivir frente a mi casa. Que yo sepa hasta hoy en la mañana, frente a mi casa no vivía nadie, o al menos eso creía yo. 

Siempre vi cosas raras pasar en mi ciudad y más en mi zona. Aveces cuando iba a cerrar las cortinas de mi cuarto en la noche, notaba como si alguien estuviera en la casa de en frente, las luces encendidas y sombras iendo de un lado hacia otro. 

Digamos que eran ladrones, pero si lo eran, ¿qué había tan importante allí como para que entraran? 

Despeje mi cabeza al llegar a mi casa, solo de pisar el umbral de la puerta sentí el olor característico de la comida de mamá. 

—¡¡Mamá llegué!!—no me quedó de otra que gritar, solo de sentir el olor me subieron los ánimos. 

—Lill, ven a la cocina mi amor, te tengo preparada una linda sorpresa. 

¿Mi madre haciéndome sorpresas? Algo debió de ocurrir para que este así de feliz. 

—Hola mamá, ¿de qué sorpresa hablas? 

—Mira cariño te hice tu comida favorita, sushi. 

Mi mamá había perdido contacto conmigo hace un año. Después de qué papá murió—o al menos eso me hacía creer ella— se encerró para todo el mundo y solo la veía salir de vez en cuando a comer algo. Es decir la casa se mantenía pulcra gracias a mi, porque ni eso ella hacía. Es de las madres que cuando pierden a un ser querido se esconden de toda la humanidad esperando a que sus heridas sanen. 

Mi padre era una persona grandiosa, todos los días me daba motivos diferentes para seguir iendo a la escuela —no se de donde sacaba sus palabras pero me convencía — Y en el día del cumpleaños de mamá, llaman a su teléfono tarde en la noche para avisarnos que el había muerto. 

Mi madre se pasó casi media hora hablando por teléfono y cuando terminó vino hacia mi y lo único que me dijo fue que el había muerto y decidió irse a acostar directo. 

Me derrumbe por completo esa noche,  me pasé una semana entera sin ir a la escuela porque no había quien me animara, hasta el día en que Shelly decidió venir a visitarme y me propuso irme a vivir con ella a su depa. Me pareció buena idea al menos para despejar un poco.   

Yo vivía con Shelly desde ese día hasta hoy. Mamá me llamó y me dijo que recogiera todo y volviera a casa, que todo era por una buena razón. La note tan contenta que no quise contradecirle y no me quedó de otra que mandarle un mensaje a Shelly avisándole que no iría a dormir hoy que mañana le explicaba. Tenía la esperanza que me respondiera pero fue en vano, no lo hizo. 

—Gracias mamá,  pero , a que se debe tanta emoción. 

—Despreocúpate cariño, orita verás a que se debe. 

Hace un rato atrás, Noah me había evadido con la misma respuesta o una parecida. Empezaba a creer que tenían algo que ver mi mamá y él. 

Llegó la hora de la cena y justo cuando iba bajando la escalera el timbre de la casa sonó y mi mamá parecía el Rayo McQueen cuando fue a abrir la puerta. 

Justo cuando está completamente abierta y ella se quita del medio puedo ver al causante de dicha felicidad provocada en mi madre o más bien los causantes porque no era una sola persona y tenía un mal presentimiento de lo que pudiera ocurrir esta noche en mi casa. 

Nota de la autora: 

Holaaa preciosuras... 

Cómo están? Espero que bien :D
Aquí esta el capitulo 2.
Espero que les guste.
No sé porque pero me siento emocionada cada vez que escribo un cap diferente jsksk... 

Qué opinan acerca de Lillie? Es muy preguntona verdad?
Y Noah? 
También en un capítulo entero les traeré las fotos de los personajes y sus datos. 

Los quieroo😁💞




 




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