Enemigos Públicos #1

3. Sueños lúcidos

 

Capítulo tres

“Sueños lúcidos”


 

No encuentro salida al túnel, todo está oscuro y parezco tener miedo.

Escucho ruidos y comienzo a correr a toda velocidad, el corazón me palpita de miedo… tanto que mis lágrimas salen de mis ojos a toda velocidad.

Me duele mucho el corazón, sigo escuchando el grito de la niña y otros cuantos golpes con la correa.

“Ayuda, por favor” “Voy a morir”

Aunque quiero parar y caminar hacia el grito, para salvarla, sigo corriendo de miedo. Lloro y me dedico palabras que suena egoísta: “Es por mi bien, es por mi futuro”.

Salgo del túnel y me encuentro a un chico en un charco de agua, este levanta la vista hacia mí y tiemblo, es él. El culpable de todo.

Un murmuro de atrás de calma: “Él no te ve, no sabes que estás viva. Ten calma y nunca te verá”. Volteo pero no hay nadie, los gritos y el chico han desaparecido y me quedé yo, en plena oscuridad.

Me despierto con el corazón palpitando, ya es de día con sólo ver las ventanas abiertas y la puerta abierta, salgo de la cama mareada y caigo al suelo por inercia, la sabana se enreda en mi pierna cuando escucho el ruido de la moto de mi hermana. Mis sentidos se levantan y corren para quitarme la tela de la pierna, corro hacia el baño y me veo al espejo, un pequeño grito sale de mi boca al ver lo despeinada y pálida que se encuentra mi rostro.

Minutos más tarde, salgo de la habitación. Con unos jeans azules y una camisa suelta de color blanco y unas zapatilla del mismo color bajo las escaleras, mi hermana se encuentra viendo la televisión cuando me escucha.

—Por fin te alistas, vamos

—Hermana, tengo que hablar de algo… yo…

—Yo también tengo que decirte algo, muy importante —dice agarrando las llaves de la camioneta de nuestros padres, —Yami y Tom estarán de viaje por Las Vegas por dos meses

No me sorprende que a nuestros padres les guste ir mucho a Las Vegas, para ellos es su lugar en donde tienen el privilegio de ser quienes son, sin tener que cuidar de un par de jóvenes con líos en la cabeza. Y ya me acostumbré a escuchar que mi hermana mayor, Mila, les diga sus nombres.

—Ah… ahora son dos meses, ya veo

—Y que han dejado que una habitación sea alquilada, así que limpia bien esa habitación porque hoy viene el chico

Mis alertas se activan. ¡¿Chico?! ¡¿Y si es ese chico de ojos verdes?! ¡¿Será él?!

—¿Chico? ¿De quién se trata? —preguntó alarmada

—Sí, tiene tu edad. Se llama L…

—¡No me digas! ¡No lo digas! —digo, agarro la chaqueta, —Me iré a la universidad esta vez sola

—Pero…

—¡Adiós!

Salgo de casa corriendo. Pensando en qué voy a hacer con ese chico, creo que lo primero será averiguar quien es y porque quiere mudarse a mi casa. ¿Se llamará L..? ¿Luis? ¿Lionel? ¿Levis?.

Al estar en la puerta de la universidad me detengo, él está con un celular moderno muy concentrado en lo que está haciendo. Camino hacia a él y veo la pantalla, un par de palabras en otro idioma, bien, caí en su juego.

—Chismosa

—Cállate —retrocedo molesta por no hacerle sentir un poco mal

—Aprende español y sabrás lo que dice. Cierto, eres mala en español

—No entiendo como sabes todo de mí y yo no sepa nada, absolutamente nada de ti —digo cruzando los brazos

—Será porque ni preguntas por mí —me observa riendo, —¿Sabes? Puedes llámarme… Liam. Llamame Liam

—¿Liam? ¿Eres tú?

—Pues sí, aquí estoy vivo. Ni modo que muerto

—No… me refiero… ¿Tienes mi edad?

—¿Bromeas? —dice riendo, —Soy menor que tú por un año de diferencia

—¿Soy mayor que tú?

—No, un niño de cinco es mayor que tú.

—¿Sabes? Pierdo tiempo hablando contigo, me voy. Adiós.

Ya veremos…


 

♀️♂️♀️♂️♀️♂️

 

La clase empieza dando inicio cuando el profesor da su bienvenida, haciendo que saquemos nuestras libretas para apuntar las cosas importantes que dice, cuando de pronto un cuerpo se asoma por la puerta

—Llegas tardes joven —dice el profesor

Este se asomó a la vista de todos. Tiene el cabello ondulado de color negro, con ojos marrones. 

—Hola a todos, disculpen la hora que vengo…

—¿Sabes? ¿Por qué no te presentas?

—Me llamo Logan Miller, un gusto conocerlos a todos

Las alarmas se activan de pronto, el horrible ruido nos deja sordo a todos. El profesor con el gesto nos guía en salir, hay otros que corren y terminan chocando entre otros… haciéndose daño.




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