Era la última hora de la noche, ya casi amanecía, cuando conocimos el final del camino.
El colectivo detuvo su marcha y todos comenzaron a movilizarse, descender, formar fila y retirar el equipaje.
La despedida se hacía inevitable con quien había compartido tantas horas de viaje que parecía que éramos conocidos de mucho tiempo. Intercambiamos números de teléfono y al comentar hacia donde me dirigía, mi compañero se apresuró a decirme con su rostro lleno de alegría y una amplia sonrisa:
-Todo el viaje juntos y qué casualidad, vamos al mismo lugar.
Después de mi sorpresa acordamos seguir lo que restaba de viaje juntos, después de todo, ya nos conocíamos un poco.
Tomamos un taxi, que nos llevó al hotel.
La habitación que había reservado, quizás no era la más lujosa, pero era agradable, simple, sus paredes contaban con un tono claro, una pequeña cama y un sillón junto a la ventana.
Llamar a casa para informar a mi familia que el viaje había sido bueno, que ya estaba en el lugar fue tranquilizador.
Fui a darme un baño para luego ir al lugar de trabajo.
Tomé de mi vestuario lo mejor que tenía.
Bajé las escaleras, decidí que eso me daba tiempo para pensar un poco, y mientras descendía me sentí tranquilo, atravesé el hall del hotel y salí con toda mi energía puesta en que este sería un buen día.
Para mi sorpresa, el día no resultaría tal y como yo lo había pensado.
Llegar y presentarme fue todo un minuto, pero el recibimiento, terminaría por derribar todas mis emociones.
Una secretaria elegante, pero ácida, se acercó y me invitó a pasar a la oficina.
Ni siquiera podía imaginar lo que pasaría minutos después.
Con una sonrisa, claramente fingida y aparentes buenos modales me comentó:
-Por lo que usted está aquí, asumo que no recibió la notificación que enviamos, dónde le especificábamos que no necesitaríamos su servicio.
Escucharlo y derrumbarme, todo se produjo al mismo tiempo en un instante: viaje, feliz, oficina, “no necesitamos su servicio”. Todo fue uno y nada al mismo tiempo.
El esfuerzo de mi familia para viajar, mis ilusiones, mi preparación, todo se hizo un gran vacío, estaba lejos de casa, solo, en medio de la nada y sin trabajo