Enfoque al Corazón

Epílogo

La habitación estaba llena de flores blancas, cortinas de encaje en color crema y maquillaje disperso sobre una cómoda. Sobre una mesita junto a la ventana, una laptop abierta mostraba una galería de imágenes en pantalla completa.

Olivia estaba sola, sentada en una silla, con un vestido blanco delicado que caía como agua sobre su piel. El cabello recogido con pequeños toques dorados y la mirada clavada en la pantalla, donde desfilaban una a una las fotografías que había guardado durante los últimos tres años. Fotos nuevas, llenas de recuerdos felices.

Había una de ella y Caleb abrazados en la cocina, cubiertos de harina.
Jennifer y Alex en una playa, riendo contra el viento.
Los cuatro en la inauguración del restaurante, posando con enormes sonrisas en sus rostros. Ella y Caleb frente al espejo de su nuevo hogar, con sonrisas desordenadas.

Cada imagen parecía capturar no solo momentos, sino emociones exactas. No eran perfectas, pero eran reales y eran suyas.

Pasó una última imagen: Caleb dormido con la pequeña Linda sobre el pecho. Olivia sonrió de más cuando la vio, le parecían demasiado adorables.

Y justo cuando iba a cerrar la laptop, la puerta se abrió con un golpe.

—¡Ya sé que las novias llegan tarde, pero no te pases! —gritó Jennifer, entrando como un torbellino de encaje azul y energía nerviosa.

Olivia la miró con sorpresa y soltó una carcajada, poniéndose de pie. Su hermoso vestido caía como una cascada de seda y encaje blanco sobre su cuerpo.

—¡Me distraje! Quería ver algunas fotos antes de salir.

Jennifer la miró con los ojos brillantes y ansiosos.

—¿Y? ¿Estás lista?

Olivia la observó un segundo, luego miró la pantalla por última vez y cerró la laptop. Asintió con la cabeza y sonrió ampliamente, con seguridad.

—Más que nunca.

Jennifer se acercó y revisó que su maquillaje y su cabello estuvieran perfectos antes de tomar con cuidado la cola del vestido, no era muy vistosa, pero era más larga que el resto. Ambas se miraron como cuando eran niñas a punto de hacer una travesura.

—Te ves preciosa, Oli.

—Tú también, dama de honor intensamente mandona.

Jennifer soltó la cola por un momento y ambas se abrazaron fuerte, cómplices. Después volvió a sostener la suave tela.

—No puedo creer que te vas a casar antes que yo —dijo Jennifer en tono de risa—. A Caleb se le saldrán los ojos cuando te vea.

—No digas eso, se pondrá más cursi de lo normal si te escucha —rio Olivia.

—Bueno, bueno. —Jennifer abrió la puerta—. ¿Lista para salir en tu foto más importante? —preguntó, guiñando un ojo.

—Sí —respondió Olivia, con una sonrisa tranquila—. Estoy nerviosa, pero no puedo esperar.

—Tú también eres cursi, hermanita.

—Ay, cállate.

Y juntas salieron de la habitación, camino al altar.

Olivia estaba a punto de escribir una nueva historia, pero esta vez el lente la enfocaría a ella.



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En el texto hay: comedia, romance, chick lit

Editado: 26.06.2025

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