13/05/2018
Un terrible dolor de cabeza decoraba a Roy, quién sin saber dónde estaba tocaba su cansado cuerpo.
Todo su cuerpo se sentía pesado, su garganta ardía, necesitaba agua y su vista era muy pesada. Solo deseaba seguir durmiendo.
Eso iba a hacer hasta que al acomodarse hacia su lado derecho vio una gran cantidad de botellas de vidrio que contenían líquidos con alcohol y se asustó. Levantó su cuerpo de golpe, lo que le costó un gran mareo, y vio que su cuerpo estaba cubierto por un labial con un fuerte color rojo, su camisa colgaba de sus hombros y sus partes más íntimas solo estaban cubiertas por su ropa interior.
Le daba miedo mirar a hacia su izquierda, por más grande que el dolor de cabeza sea sabía todo lo que eso significaba. Estiró un poco su mano sin mirar y sintió un gran bulto tapado por sábanas. Una persona.
Con toda la valentía que necesitaba Roy miró hacia su izquierda pero no pudo distinguir nada y luego recordó, necesitaba de sus anteojos para poder ver. Tomó ese artefacto mágico y notó que antes descansaban sobre un pequeño cartel.
Claridge's
Brook St, Mayfair, London W1K 4HR, Reino Unido
Ese no era su hotel, él no podría pagar nunca un hotel cinco estrellas, porque los viajes de trabajo incluían el viaje pero no el hospedaje.
Cuando Roy volteó su rostro pudo ver aquel ser que lo había dejado manchado de labial. Era una mujer, su cuerpo estaba cubierto por las sábanas del hotel, mientras que dormía en una posición fetal y todo su cabello rubio se esparcía por la almohada.
El morocho se impresionó y se levantó de golpe de la cama, provocando que sus anteojos se desacomodaran un poco y volteando algunas de las botellas que se encontraban en el suelo. El ruido provocó que aquella mujer se removiera un poco pero que no despertara.
8:37 a.m
Aún faltaba para que su vuelo de vuelta a casa saliera. Roy tomó rápidamente sus cosas para adentrarse al baño y poder asearse. Mientras lo hacía pequeñas imágenes de la noche anterior llegaban a su mente y cada vez se sorprendía más de las cosas que había hecho. Cuando terminó, tomó su teléfono que descansaba en la mesa de luz y partió de la habitación.
8 llamadas perdidas de Jhon.
Debía volver a casa.